/ viernes 7 de septiembre de 2018

[Entrevista] Yo fui del Yunque y "me avergüenzo de haber sido antisemita": Manuel Díaz Cid

Las ideologías no te dejan ver la realidad como es y que quedarte atrapado por el pensamiento ideológico no te permite convivir con discursos y pensamientos del mundo donde te mueves

Manuel Díaz Cid, el ideólogo de la derecha en Puebla y miembro prominente de la organización de ultraderecha, "el Yunque", dio una entrevista a El Sol de Puebla en 2014 cuando tenía 75 años y estas fueron sus palabras

Autocrítico, el fundador en 1955 del Frente Universitario Anticomunista (FUA) -una de las fachadas del Yunque- afirma que sus años como "fua" fueron "los más improductivos de su vida", debido a que su pensamiento radical, contrario al marxismo, a la masonería y a los judíos, a quienes como sus correligionarios culpaba de "todo el mal en el mundo", le impidió estar abierto a otras formas de pensamiento.

-¿Cómo le gustaría ser recordado?

-Siempre he escrito mis análisis y mis textos con un solo propósito: que la sociedad entienda lo que está pasando. A mí lo que me gustaría es que los grupos que tienen diferencias sean capaces de entender que hay un país que nos pertenece a todos y que no tenemos derecho a destruirlo.

Minutos antes de la charla Díaz Cid mantenía una reunión en una sala contigua a su oficina con catedráticos de la institución y con Francisco Fraile García, ex diputado federal del PAN y candidato de este partido a la gubernatura de Puebla en 2004.

La espera al inicio de la entrevista permite un repaso al cuestionario preparado con las referencias que los periodistas Álvaro Delgado y Manuel Buendía hacen de Díaz Cid en sus textos "El Yunque: La ultraderecha en el poder" y "La Ultraderecha en México", respectivamente.

El vistazo a las preguntas concluye. Aún queda tiempo para apreciar la oficina, que resulta una extensión de la biblioteca de la UPAEP, en una planta baja del edificio, ubicado en el barrio de Santiago.

Un crucifijo dorado en la pared, versiones del Nuevo Testamento en el librero e imágenes religiosas en la pantalla de inicio de la PC de una de las colaboradoras de este personaje llaman enseguida la atención.

En el pasillo se escucha la voz gruesa de Francisco Fraile, considerado previo al morenovallismo como "el pastor del PAN en Puebla", en el momento en que se despide de su consejero político.

Es la señal ineludible. Díaz Cid ingresa al que representa uno de sus sitios de reflexión. El hombre vetusto, calvo, con anteojos cuadrados, ataviado con camisa azul, corbata y una chamarra negra sin cerrar, ofrece un apretón de manos y se sienta para escuchar con atención a las preguntas.

-En los libros que hacen referencia a usted se le señala como ideólogo de la derecha en Puebla y en México, padre del Yunque, junto con Ramón Plata Moreno, fundador del FUA y del Movimiento Universitario de Renovadora Orientación (MURO). ¿Qué hay de cierto en todo ello?

-Como en muchas de las versiones que se mueven en la política hay cosas que son reales y cosas que son supuestas. Me decías que hay quienes me consideran un ideólogo. En alguna parte de mi vida fui ideólogo pero eso se quedó atrás hace 20 años, cuando me di cuenta que las ideologías no te dejan ver la realidad como es y que quedarte atrapado por el pensamiento ideológico no te permite convivir con discursos y pensamientos del mundo donde te mueves, que te sirven para orientarte a ti y a los demás de cómo alcanzar los fines de la política. Yo digo que la ideología es construir en la mente la realidad. En lugar de ver la realidad y entenderla con la mente. Un tiempo estuve atrapado en eso pero ya no.

-¿Fue uno de los fundadores del Yunque como lo refiere Álvaro Delgado y del MURO como lo señala Manuel Buendía?

-Que si fundé el Yunque con Ramón Plata Moreno. Él era un poco mayor de edad que yo y él ya había fundado el Yunque cuando yo lo conocí. Entonces no hay una versión al menos cronológicamente. Yo fui del Yunque, claro que sí. Esto jamás lo he negado. Pero no pertenezco a la generación fundadora. En lo que sí hay una mala información es que yo fundé el MURO. Fue un organismo que funcionó el en D.F. Después, hubo un intento aquí que resultó un desastre y yo ahí me mantuve al margen.

-¿Militó en el FUA?

-Estuve en la fundación del Frente Universitario Anticomunista, en abril de 1955. Eso sí es cierto. La UAP (Universidad Autónoma de Puebla) era entonces la única institución de Educación Superior. Era una institución que tenía 5 mil alumnos. Era la época de la Guerra Fría. En esa época los pensamientos se radicalizaron y cuando te radicalizas en lo ideológico polarizas a tu alrededor. Había un FUA porque había un Partido Comunista, que era respaldado, que tenía posiciones con las que no estábamos de acuerdo y lo manifestamos. Nuestro grupo fue reaccionario. Reaccionó en contra de una actitud marcada de estos grupos en contra de quienes llegábamos de colegios particulares. Yo no fui a un colegio particular religioso. Yo fui al Humboldt. Que tenía una tradición liberal, laica. En ese esquema me formé. -Refiere quien de 1999 a 2004 fue consultor del Consejo Pontificio para la Cultura del Vaticano.

Y agrega mientras mueve sus manos en señal de explicación: "dentro de la universidad (UAP) estaba identificado con el grupo de personas con las que no se podía tener un entendimiento. Entonces chocamos y en una época ideologizada esa lucha se ideologizó".

"LOS AÑOS COMO FUA, LOS MENOS PRODUCTIVOS"

Manuel Díaz Cid concentra su mirada en su escritorio. Hurga en sus pensamientos que pese a ser lejanos en el tiempo observa con extrema claridad. De vez en cuando dirige su mirada hacia el entrevistador. Sus ojos sobrepasan el filo de sus anteojos.

Entonces repara que sus años como FUA fueron los menos productivos de su vida por la naturaleza del pensamiento radical.

-¿Mantiene los ideales de la lucha anticomunista de esa época?

-No. El comunismo se cayó en 1988 y desapareció. Por lo menos desapareció como esa oferta mundial llevada a cabo por Rusia para la unificación bajo la línea marxista. Eso se perdió. Yo leía a Augusto Del Noce y este filósofo italiano me hizo entender que si tú eres anti lo que sea, estás amarrado a aquello contra lo que tú dices que peleas y entonces en vez de que tu vida sea una propuesta que contribuye al bien de los demás acabas teniendo como única razón de tu existir a tu adversario. Aunque yo sí lo viví fue el periodo menos productivo de mi vida. Por lo menos ese comunismo quedó liquidado. Yo me siento absolutamente liberado frente a este tema. Sería muy poco maduro seguir con el planteamiento del anticomunismo, aunque hay quien lo hace con la visión de que les ganamos.

Su argolla matrimonial sobresale con el movimiento continuo de su mano derecha al tiempo que se ufana de contribuir, junto con otros anticomunistas, a la caída de aquella hegemonía.

"Estábamos como la mosca en el cuerno del toro. Estábamos arando y se cayó la URSS. Se cumplió una visión de orden geopolítico que nosotros teníamos. Se cumplió por encima de quienes fueron nuestros adversarios. Eso es historia. De 1988 para acá eso es historia".

-¿El comunismo aún atenta contra el pensamiento católico como ustedes pensaban en esa época?

-Me parece que siguen estando equivocados en muchas cosas pero ya no son un peligro. Decía Enrique Krauze que el último comunista morirá dando clases en alguna universidad de México porque en el resto del mundo ya no hay ese atractivo. Ellos también se ideologizaron. Entonces para muchos de ellos el derrumbe de la Unión Soviética significó que les quitaban el piso y a penas se están recuperando. Cuando me invitaron a la UAP para hablar sobre estos temas, una de las personas que nos acompañaba en el presídium me dijo: tú te podrás olvidar de la dialéctica pero esta nunca lo hará de ti. Bueno, está en su derecho de pensarlo pero eso quedó totalmente extemporáneo.

-¿Cómo eran los enfrentamientos con los carolinos? ¿Eran estrictamente ideológicos?

No. Se llegó a los golpes muchas veces. Algunas veces por culpa de ellos y otras por culpa nuestra. La confrontación sobre los temas internacionales nos hacían sentir muy participativos en la política. Pero nuestra lucha era por representación en las mesas directivas de las escuelas. Representación en el Consejo Universitario. Proponer reformas que nos parecían importantes.

"ME AVERGÜENZO DE HABER SIDO ANTISEMITA"

Si para Díaz Cid fue "un error" la recalcitrante ideología anticomunista, el antisemitismo, propio de los regímenes fascistas como el nazismo, así como base fundamental del nacimiento del Yunque, "es un disparate".

-¿Qué hay de los judíos y de la masonería?

-Ese fue uno de los puntos que nos hizo mucho daño. El disparate este de "Los Protocolos de los Sabios de Sion", que es un libro que se repartió aquí mucho, después de la Guerra Cristera, y que supuestamente atribuye a los judíos los problemas de todo el mundo. Eso es una tontería. Da vergüenza decir que en algún momento creí en esas cosas. Yo sí creí desafortunadamente en esto, hasta que al ponerme a leer y estudiar descubrí que es puro cuento.

-¿Y la masonería?

-La masonería ya no es lo que era. No creo, como algunos autores católicos sostienen, que la masonería ha hecho la historia de México, yo no creo en eso pero sí creo que la historia de México no se explica sin los masones. Ellos jugaron un rol muy importante. Hoy ya no tienen la fuerza de antes. La libertad, igualdad y fraternidad, que fueron las banderas que ellos enarbolaron, ya se alcanzaron. Ya no tienen algo que les conecte al mundo actual. Todo lo relacionado a sus ceremonias es del tipo de los escenarios del siglo XVIII. La masonería en el 2017 cumple 300 años. Ya es una señora decrépita y con ideas fijas en el pasado que ya no tiene un proyecto para el futuro.

"NO MATÉ A JOEL ARRIAGA"

El año de 1972, en plena Guerra Sucia, fue uno de los más duros para los líderes estudiantiles del 68 en Puebla. Ese año fueron asesinados los activistas universitarios Joel Arriaga Navarro -20 de julio- y Enrique Cabrera Barroso -20 de diciembre-.

Pese a que en el Yunque tuvo una formación militar, en artes marciales y en manejo de armas, Manuel Díaz Cid reivindica su otrora activismo anticomunista como meramente ideológico. Niega que haya estado involucrado en el asesinato de Joel Arriaga, como lo denunciaron los llamados "carolinos" de la época.


-¿Hubo asesinatos por la lucha entre "fuas" y "carolinos"?

-Hasta donde yo sé no. Sé del asesinato de Enrique Cabrera. Mucha gente no lo sabe pero él era mi amigo. Acabábamos de hablar, incluso nos citamos para tomarnos un café cuando lo mataron. Murió Joel Arriaga. Murieron algunas otras personas.

Díaz Cid prosigue su relato y recuerda que Ramón Plata, considerado "el creador del Yunque", también fue asesinado.

"También murió Ramón Plata. También lo asesinaron. En algunos textos nos dicen que somos asesinos. Pero que nos den nombres. ¿A quién asesinamos? En una plática que tuve en la UAP con comunistas les dije, ustedes me señalan de haber asesinado a Joel Arriaga. Yo con Joel nunca tuve un sí o un no. Nos conocíamos, sabíamos quiénes éramos. Ni siquiera con él tuve un debate ideológico. Denme una razón para que yo matara a alguien".

"EL YUNQUE NO ERA SECRETO SINO DISCRETO"

En su texto "El Yunque", el periodista Álvaro Delgado desnudó a esta organización secreta, tanto en sus rituales, como en su reclutamiento y en el origen de sus miembros.

Con un dejo de extrañeza, Díaz Cid intenta matizar la versión del ganador del Premio Nacional de Periodismo 2003 por dicha investigación y asegura que "la organización" era más bien "discreta".

-¿Por qué durante mucho tiempo el Yunque fue una organización secreta?

-Era una organización discreta. Una discreción porque éramos cuatro gatos al interior de la Universidad y ellos eran muchos. Ahora que me he reunido con ellos se lo hemos dicho. Ustedes magnificaron lo que nosotros hacíamos. Éramos 25 en toda la UAP. Lo que pasa es que no sé cómo nos vieron. Nos pusieron un lente de aumento y nos hicieron crecer y eso fue lo que creó un poco la leyenda de mucha fuerza y de tener muchos elementos a nuestro favor en la Universidad.

-¿Por qué concebir al Yunque como una organización paramilitar, manejar armas y aprender artes marciales?

-Jamás la consideramos nosotros así. No te digo que no haya gente que no piense de esa manera. A la organización que me invitaron de paramilitar no tenía nada. Era una institución para formar líderes universitarios, capaces de debatir en lo intelectual con los movimientos revolucionarios. Todo lo demás han sido agregados, un poco inventados desde afuera y por otro lado con algunas personas que sí les gusta esa manifestación.

-¿El Yunque cumplió con el objetivo de implantar el "reino de Dios en la tierra mexicana"?

-Ese era un planteamiento que de muy buena intención se hacía. Hoy somos plenamente conscientes que es algo que no procede en la realidad. El Papa Juan Pablo II dijo que esto no solo no es posible sino que no es deseable. Éramos un grupo de gente que se presenta como católico, obediente al Papa, en materia de fe y costumbres. Entendemos que el Papa dijo que por ahí no es el camino.

EL PAN Y EL YUNQUE

Según Delgado, para alcanzar posiciones de poder el Yunque penetró al Partido Acción Nacional a partir de los años 70. Entre los panistas y miembros prominentes de esta organización el autor refiere a Luis Felipe Bravo Mena, Carlos Castillo Peraza, Carlos Abascal Carranza y Juan Manuel Oliva Ramírez, y en el ámbito local a Ana Teresa Aranda, Jorge Ocejo Moreno, así como a los hermanos José y Juan Carlos Espina von Roehrich, entre otros.

En el sexenio de Vicente Fox fue cuando la mayoría de estos personajes convergieron en posiciones de poder como senadurías, diputaciones federales y principalmente en la administración federal, en la que el propio Manuel Díaz reconoce que fue consejero político.

-¿El punto máximo de la lucha del Yunque por el poder fue el foxismo?

-Con (Vicente) Fox no había un proyecto que se tuviera en común. Es cierto que llamó a muchas personas. Pero al final de cuentas se hacía un poco lo que Fox estaba buscando que era su proyecto personal. Ahora mismo su esposa puede ser candidata a presidenta municipal en Celaya por el PRI. Es una historia larga de una sociedad que aspiraba a la democracia y que se fue detrás de la imagen de un ranchero que era muy bravucón. La gente pensó que así era y no una actuación. No resultó una persona mala pero sí un mal político. -Contestó quien fue presidente del extinto Centro de Estudios Sociales "Motolinía".

-¿Resintió El Yunque el embate de Felipe Calderón?

-No estoy en el PAN. Hay cosas que he oído de esta relación. Desde la época en la que los jesuitas formaron la UNEC (Unión Nacional de Estudiantes Católicos), donde militó el papá de Calderón, había dos posiciones distintas. Una era la de los jesuitas que querían manejar las organizaciones de manera discreta y otros no. De ahí hubo diferencias que marcaron estas distancias entre el gobierno de Calderón y otras de las personalidades que optaron por la vía democrática, porque no todos lo han hecho.

EL YUNQUE Y MORENO VALLE

Sin rodeos sobre el tema, Manuel Díaz afirma que en el sexenio de Rafael Moreno Valle hay miembros de la organización como Ana Teresa Aranda, quienes sienten que no les son reconocidos sus méritos.

No obstante niega que haya una persecución en contra de la ex directora del DIF nacional o del ex edil Eduardo Rivera, quien es considerado otro relevante integrante del Yunque.

-¿Ana Teresa Aranda y Eduardo Rivera son perseguidos?

-Ana Tere no se siente perseguida, por lo que me ha contado. Siente que no se le reconocen los méritos que tiene en la política. No me da la impresión que se sienta perseguida. No conozco a nadie (ningún miembro del Yunque) que se sienta perseguido de los que yo conozco.

-¿Cree que el gobernador Moreno Valle puede llegar a la candidatura del PAN a la presidencia de la República?

-Una parte de lo que ha hecho, le servirá como plataforma de despegue. Pero se han cometido errores políticos. El niño de Chalchihuapan (asesinado) son cosas que le pesarán enormemente en su contra porque van a ser utilizadas por sus enemigos. No tengo otra perspectiva porque además falta tiempo y en estas cosas el tiempo juega un papel más importante de lo que queremos reconocer.

El llamado "ideólogo de la Derecha en Puebla" agradece la atención con un apretón de manos y un hasta pronto. Luego prosigue su camino hacia las aulas, su refugio de los años convulsos en los que la derecha se radicalizó.

Manuel Díaz Cid, el ideólogo de la derecha en Puebla y miembro prominente de la organización de ultraderecha, "el Yunque", dio una entrevista a El Sol de Puebla en 2014 cuando tenía 75 años y estas fueron sus palabras

Autocrítico, el fundador en 1955 del Frente Universitario Anticomunista (FUA) -una de las fachadas del Yunque- afirma que sus años como "fua" fueron "los más improductivos de su vida", debido a que su pensamiento radical, contrario al marxismo, a la masonería y a los judíos, a quienes como sus correligionarios culpaba de "todo el mal en el mundo", le impidió estar abierto a otras formas de pensamiento.

-¿Cómo le gustaría ser recordado?

-Siempre he escrito mis análisis y mis textos con un solo propósito: que la sociedad entienda lo que está pasando. A mí lo que me gustaría es que los grupos que tienen diferencias sean capaces de entender que hay un país que nos pertenece a todos y que no tenemos derecho a destruirlo.

Minutos antes de la charla Díaz Cid mantenía una reunión en una sala contigua a su oficina con catedráticos de la institución y con Francisco Fraile García, ex diputado federal del PAN y candidato de este partido a la gubernatura de Puebla en 2004.

La espera al inicio de la entrevista permite un repaso al cuestionario preparado con las referencias que los periodistas Álvaro Delgado y Manuel Buendía hacen de Díaz Cid en sus textos "El Yunque: La ultraderecha en el poder" y "La Ultraderecha en México", respectivamente.

El vistazo a las preguntas concluye. Aún queda tiempo para apreciar la oficina, que resulta una extensión de la biblioteca de la UPAEP, en una planta baja del edificio, ubicado en el barrio de Santiago.

Un crucifijo dorado en la pared, versiones del Nuevo Testamento en el librero e imágenes religiosas en la pantalla de inicio de la PC de una de las colaboradoras de este personaje llaman enseguida la atención.

En el pasillo se escucha la voz gruesa de Francisco Fraile, considerado previo al morenovallismo como "el pastor del PAN en Puebla", en el momento en que se despide de su consejero político.

Es la señal ineludible. Díaz Cid ingresa al que representa uno de sus sitios de reflexión. El hombre vetusto, calvo, con anteojos cuadrados, ataviado con camisa azul, corbata y una chamarra negra sin cerrar, ofrece un apretón de manos y se sienta para escuchar con atención a las preguntas.

-En los libros que hacen referencia a usted se le señala como ideólogo de la derecha en Puebla y en México, padre del Yunque, junto con Ramón Plata Moreno, fundador del FUA y del Movimiento Universitario de Renovadora Orientación (MURO). ¿Qué hay de cierto en todo ello?

-Como en muchas de las versiones que se mueven en la política hay cosas que son reales y cosas que son supuestas. Me decías que hay quienes me consideran un ideólogo. En alguna parte de mi vida fui ideólogo pero eso se quedó atrás hace 20 años, cuando me di cuenta que las ideologías no te dejan ver la realidad como es y que quedarte atrapado por el pensamiento ideológico no te permite convivir con discursos y pensamientos del mundo donde te mueves, que te sirven para orientarte a ti y a los demás de cómo alcanzar los fines de la política. Yo digo que la ideología es construir en la mente la realidad. En lugar de ver la realidad y entenderla con la mente. Un tiempo estuve atrapado en eso pero ya no.

-¿Fue uno de los fundadores del Yunque como lo refiere Álvaro Delgado y del MURO como lo señala Manuel Buendía?

-Que si fundé el Yunque con Ramón Plata Moreno. Él era un poco mayor de edad que yo y él ya había fundado el Yunque cuando yo lo conocí. Entonces no hay una versión al menos cronológicamente. Yo fui del Yunque, claro que sí. Esto jamás lo he negado. Pero no pertenezco a la generación fundadora. En lo que sí hay una mala información es que yo fundé el MURO. Fue un organismo que funcionó el en D.F. Después, hubo un intento aquí que resultó un desastre y yo ahí me mantuve al margen.

-¿Militó en el FUA?

-Estuve en la fundación del Frente Universitario Anticomunista, en abril de 1955. Eso sí es cierto. La UAP (Universidad Autónoma de Puebla) era entonces la única institución de Educación Superior. Era una institución que tenía 5 mil alumnos. Era la época de la Guerra Fría. En esa época los pensamientos se radicalizaron y cuando te radicalizas en lo ideológico polarizas a tu alrededor. Había un FUA porque había un Partido Comunista, que era respaldado, que tenía posiciones con las que no estábamos de acuerdo y lo manifestamos. Nuestro grupo fue reaccionario. Reaccionó en contra de una actitud marcada de estos grupos en contra de quienes llegábamos de colegios particulares. Yo no fui a un colegio particular religioso. Yo fui al Humboldt. Que tenía una tradición liberal, laica. En ese esquema me formé. -Refiere quien de 1999 a 2004 fue consultor del Consejo Pontificio para la Cultura del Vaticano.

Y agrega mientras mueve sus manos en señal de explicación: "dentro de la universidad (UAP) estaba identificado con el grupo de personas con las que no se podía tener un entendimiento. Entonces chocamos y en una época ideologizada esa lucha se ideologizó".

"LOS AÑOS COMO FUA, LOS MENOS PRODUCTIVOS"

Manuel Díaz Cid concentra su mirada en su escritorio. Hurga en sus pensamientos que pese a ser lejanos en el tiempo observa con extrema claridad. De vez en cuando dirige su mirada hacia el entrevistador. Sus ojos sobrepasan el filo de sus anteojos.

Entonces repara que sus años como FUA fueron los menos productivos de su vida por la naturaleza del pensamiento radical.

-¿Mantiene los ideales de la lucha anticomunista de esa época?

-No. El comunismo se cayó en 1988 y desapareció. Por lo menos desapareció como esa oferta mundial llevada a cabo por Rusia para la unificación bajo la línea marxista. Eso se perdió. Yo leía a Augusto Del Noce y este filósofo italiano me hizo entender que si tú eres anti lo que sea, estás amarrado a aquello contra lo que tú dices que peleas y entonces en vez de que tu vida sea una propuesta que contribuye al bien de los demás acabas teniendo como única razón de tu existir a tu adversario. Aunque yo sí lo viví fue el periodo menos productivo de mi vida. Por lo menos ese comunismo quedó liquidado. Yo me siento absolutamente liberado frente a este tema. Sería muy poco maduro seguir con el planteamiento del anticomunismo, aunque hay quien lo hace con la visión de que les ganamos.

Su argolla matrimonial sobresale con el movimiento continuo de su mano derecha al tiempo que se ufana de contribuir, junto con otros anticomunistas, a la caída de aquella hegemonía.

"Estábamos como la mosca en el cuerno del toro. Estábamos arando y se cayó la URSS. Se cumplió una visión de orden geopolítico que nosotros teníamos. Se cumplió por encima de quienes fueron nuestros adversarios. Eso es historia. De 1988 para acá eso es historia".

-¿El comunismo aún atenta contra el pensamiento católico como ustedes pensaban en esa época?

-Me parece que siguen estando equivocados en muchas cosas pero ya no son un peligro. Decía Enrique Krauze que el último comunista morirá dando clases en alguna universidad de México porque en el resto del mundo ya no hay ese atractivo. Ellos también se ideologizaron. Entonces para muchos de ellos el derrumbe de la Unión Soviética significó que les quitaban el piso y a penas se están recuperando. Cuando me invitaron a la UAP para hablar sobre estos temas, una de las personas que nos acompañaba en el presídium me dijo: tú te podrás olvidar de la dialéctica pero esta nunca lo hará de ti. Bueno, está en su derecho de pensarlo pero eso quedó totalmente extemporáneo.

-¿Cómo eran los enfrentamientos con los carolinos? ¿Eran estrictamente ideológicos?

No. Se llegó a los golpes muchas veces. Algunas veces por culpa de ellos y otras por culpa nuestra. La confrontación sobre los temas internacionales nos hacían sentir muy participativos en la política. Pero nuestra lucha era por representación en las mesas directivas de las escuelas. Representación en el Consejo Universitario. Proponer reformas que nos parecían importantes.

"ME AVERGÜENZO DE HABER SIDO ANTISEMITA"

Si para Díaz Cid fue "un error" la recalcitrante ideología anticomunista, el antisemitismo, propio de los regímenes fascistas como el nazismo, así como base fundamental del nacimiento del Yunque, "es un disparate".

-¿Qué hay de los judíos y de la masonería?

-Ese fue uno de los puntos que nos hizo mucho daño. El disparate este de "Los Protocolos de los Sabios de Sion", que es un libro que se repartió aquí mucho, después de la Guerra Cristera, y que supuestamente atribuye a los judíos los problemas de todo el mundo. Eso es una tontería. Da vergüenza decir que en algún momento creí en esas cosas. Yo sí creí desafortunadamente en esto, hasta que al ponerme a leer y estudiar descubrí que es puro cuento.

-¿Y la masonería?

-La masonería ya no es lo que era. No creo, como algunos autores católicos sostienen, que la masonería ha hecho la historia de México, yo no creo en eso pero sí creo que la historia de México no se explica sin los masones. Ellos jugaron un rol muy importante. Hoy ya no tienen la fuerza de antes. La libertad, igualdad y fraternidad, que fueron las banderas que ellos enarbolaron, ya se alcanzaron. Ya no tienen algo que les conecte al mundo actual. Todo lo relacionado a sus ceremonias es del tipo de los escenarios del siglo XVIII. La masonería en el 2017 cumple 300 años. Ya es una señora decrépita y con ideas fijas en el pasado que ya no tiene un proyecto para el futuro.

"NO MATÉ A JOEL ARRIAGA"

El año de 1972, en plena Guerra Sucia, fue uno de los más duros para los líderes estudiantiles del 68 en Puebla. Ese año fueron asesinados los activistas universitarios Joel Arriaga Navarro -20 de julio- y Enrique Cabrera Barroso -20 de diciembre-.

Pese a que en el Yunque tuvo una formación militar, en artes marciales y en manejo de armas, Manuel Díaz Cid reivindica su otrora activismo anticomunista como meramente ideológico. Niega que haya estado involucrado en el asesinato de Joel Arriaga, como lo denunciaron los llamados "carolinos" de la época.


-¿Hubo asesinatos por la lucha entre "fuas" y "carolinos"?

-Hasta donde yo sé no. Sé del asesinato de Enrique Cabrera. Mucha gente no lo sabe pero él era mi amigo. Acabábamos de hablar, incluso nos citamos para tomarnos un café cuando lo mataron. Murió Joel Arriaga. Murieron algunas otras personas.

Díaz Cid prosigue su relato y recuerda que Ramón Plata, considerado "el creador del Yunque", también fue asesinado.

"También murió Ramón Plata. También lo asesinaron. En algunos textos nos dicen que somos asesinos. Pero que nos den nombres. ¿A quién asesinamos? En una plática que tuve en la UAP con comunistas les dije, ustedes me señalan de haber asesinado a Joel Arriaga. Yo con Joel nunca tuve un sí o un no. Nos conocíamos, sabíamos quiénes éramos. Ni siquiera con él tuve un debate ideológico. Denme una razón para que yo matara a alguien".

"EL YUNQUE NO ERA SECRETO SINO DISCRETO"

En su texto "El Yunque", el periodista Álvaro Delgado desnudó a esta organización secreta, tanto en sus rituales, como en su reclutamiento y en el origen de sus miembros.

Con un dejo de extrañeza, Díaz Cid intenta matizar la versión del ganador del Premio Nacional de Periodismo 2003 por dicha investigación y asegura que "la organización" era más bien "discreta".

-¿Por qué durante mucho tiempo el Yunque fue una organización secreta?

-Era una organización discreta. Una discreción porque éramos cuatro gatos al interior de la Universidad y ellos eran muchos. Ahora que me he reunido con ellos se lo hemos dicho. Ustedes magnificaron lo que nosotros hacíamos. Éramos 25 en toda la UAP. Lo que pasa es que no sé cómo nos vieron. Nos pusieron un lente de aumento y nos hicieron crecer y eso fue lo que creó un poco la leyenda de mucha fuerza y de tener muchos elementos a nuestro favor en la Universidad.

-¿Por qué concebir al Yunque como una organización paramilitar, manejar armas y aprender artes marciales?

-Jamás la consideramos nosotros así. No te digo que no haya gente que no piense de esa manera. A la organización que me invitaron de paramilitar no tenía nada. Era una institución para formar líderes universitarios, capaces de debatir en lo intelectual con los movimientos revolucionarios. Todo lo demás han sido agregados, un poco inventados desde afuera y por otro lado con algunas personas que sí les gusta esa manifestación.

-¿El Yunque cumplió con el objetivo de implantar el "reino de Dios en la tierra mexicana"?

-Ese era un planteamiento que de muy buena intención se hacía. Hoy somos plenamente conscientes que es algo que no procede en la realidad. El Papa Juan Pablo II dijo que esto no solo no es posible sino que no es deseable. Éramos un grupo de gente que se presenta como católico, obediente al Papa, en materia de fe y costumbres. Entendemos que el Papa dijo que por ahí no es el camino.

EL PAN Y EL YUNQUE

Según Delgado, para alcanzar posiciones de poder el Yunque penetró al Partido Acción Nacional a partir de los años 70. Entre los panistas y miembros prominentes de esta organización el autor refiere a Luis Felipe Bravo Mena, Carlos Castillo Peraza, Carlos Abascal Carranza y Juan Manuel Oliva Ramírez, y en el ámbito local a Ana Teresa Aranda, Jorge Ocejo Moreno, así como a los hermanos José y Juan Carlos Espina von Roehrich, entre otros.

En el sexenio de Vicente Fox fue cuando la mayoría de estos personajes convergieron en posiciones de poder como senadurías, diputaciones federales y principalmente en la administración federal, en la que el propio Manuel Díaz reconoce que fue consejero político.

-¿El punto máximo de la lucha del Yunque por el poder fue el foxismo?

-Con (Vicente) Fox no había un proyecto que se tuviera en común. Es cierto que llamó a muchas personas. Pero al final de cuentas se hacía un poco lo que Fox estaba buscando que era su proyecto personal. Ahora mismo su esposa puede ser candidata a presidenta municipal en Celaya por el PRI. Es una historia larga de una sociedad que aspiraba a la democracia y que se fue detrás de la imagen de un ranchero que era muy bravucón. La gente pensó que así era y no una actuación. No resultó una persona mala pero sí un mal político. -Contestó quien fue presidente del extinto Centro de Estudios Sociales "Motolinía".

-¿Resintió El Yunque el embate de Felipe Calderón?

-No estoy en el PAN. Hay cosas que he oído de esta relación. Desde la época en la que los jesuitas formaron la UNEC (Unión Nacional de Estudiantes Católicos), donde militó el papá de Calderón, había dos posiciones distintas. Una era la de los jesuitas que querían manejar las organizaciones de manera discreta y otros no. De ahí hubo diferencias que marcaron estas distancias entre el gobierno de Calderón y otras de las personalidades que optaron por la vía democrática, porque no todos lo han hecho.

EL YUNQUE Y MORENO VALLE

Sin rodeos sobre el tema, Manuel Díaz afirma que en el sexenio de Rafael Moreno Valle hay miembros de la organización como Ana Teresa Aranda, quienes sienten que no les son reconocidos sus méritos.

No obstante niega que haya una persecución en contra de la ex directora del DIF nacional o del ex edil Eduardo Rivera, quien es considerado otro relevante integrante del Yunque.

-¿Ana Teresa Aranda y Eduardo Rivera son perseguidos?

-Ana Tere no se siente perseguida, por lo que me ha contado. Siente que no se le reconocen los méritos que tiene en la política. No me da la impresión que se sienta perseguida. No conozco a nadie (ningún miembro del Yunque) que se sienta perseguido de los que yo conozco.

-¿Cree que el gobernador Moreno Valle puede llegar a la candidatura del PAN a la presidencia de la República?

-Una parte de lo que ha hecho, le servirá como plataforma de despegue. Pero se han cometido errores políticos. El niño de Chalchihuapan (asesinado) son cosas que le pesarán enormemente en su contra porque van a ser utilizadas por sus enemigos. No tengo otra perspectiva porque además falta tiempo y en estas cosas el tiempo juega un papel más importante de lo que queremos reconocer.

El llamado "ideólogo de la Derecha en Puebla" agradece la atención con un apretón de manos y un hasta pronto. Luego prosigue su camino hacia las aulas, su refugio de los años convulsos en los que la derecha se radicalizó.

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