Dicen que es bueno decir groserías porque aumenta tu autoestima, libera energía y, en fin, que benefician la salud física y mental tanto, que apuntan es un indicador de que eres una persona inteligente. Lo cierto es que decirlas se ha vuelto tan “normal”, que la gente se falta el respeto y ni cuenta se da.
De acuerdo con Jaqueline Machado Garduño, especialista en sexualidad y desarrollo de consciencia, muchas veces se quiere parecer gracioso o muy seguro de sí mismo al decir groserías en un ambiente poco propicio para ello, quedando así como una persona poco educada o con rasgos de patanería. Lo importante, conforme tu estado de consciencia es saber en qué lugar y con qué personas es válido expresarlas.
Refiere que decir groserías es parte de la picardía mexicana y, aunque parezca irónico, una forma incluso de expresar afectos. Y así como podemos expresar afecto al decir groserías, también expresamos enojo, una intención de dañar o defendernos.
Afirmar si es bueno o malo decirlas sería entrar en etiquetas y clasificaciones, por la sencilla razón de que son parte del folclor del ser humano, aunque varíen de un país a otro. Pero definitivamente están incluidas dentro del lenguaje, independientemente del idioma.
SU IMPACTO VIBRACIONAL
Expone que cualquier grosería, como palabra, tiene una frecuencia de vibración muy baja y mucho más si se expresan con coraje y agresión. Decirlas en forma coloquial y divertida, porque son parte del folclor, no quita que tengan una frecuencia baja, aunque no con tal intensidad.
La especialista dice que cada palabra tiene una frecuencia de resonancia que impacta en el estado de las personas y se acompaña de una emoción, de una intención y de una acción. Los pensamientos y las palabras tienen una frecuencia vibratoria que impacta a todo tu ser y tu personalidad. Imagina por un momento lo que las groserías le hacen a tus cuerpos físico, emocional y mental principalmente.
Detalla que somos un 75% de agua y las palabras tienen ondas de frecuencia vibratoria. Si tú tiras una piedra a un estanque esta genera ondas, eso es lo que las palabras altisonantes como las groserías le hacen a tu ser. Tienes una merma de energía que impacta todas las áreas de tu vida, aunque no lo creas.
Enfatiza que no se trata de entrar en temas puritanos, ni mucho menos. Se trata de que te des cuenta y seas consciente de la forma en que te expresas. Decirlas merma tu equilibrio interno, aunque creas que es inocente y no tiene mayor impacto en tu vida. Tampoco se trata de etiquetar como bueno o malo decirlas, la intención es que tengas información para que adquieras consciencia de que, las palabras expresadas verbalmente o no verbalmente (con señas) tienen un impacto vibracional que puede mermar tu energía.
“Lo bueno o malo de las groserías lo determinas tú bajo tu sistema de creencias. Pero el impacto que estas tienen sobre ti o sobre los demás, tiene una frecuencia vibratoria baja que va inmersa de una intención y de un impacto emocional que mueve tu estructura interna, seas consciente o no de eso. Es un tema sencillo y coloquial, con raíces tan profundas o superficiales, dependiendo del enfoque y la perspectiva con que se vea”, concluye.
- No se trata de entrar en temas puritanos ni mucho menos, sino de que seas consciente de la forma en que te expresas
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