Existen diferentes tipos de seducción como son la intelectual, mental, espiritual, sexual y subliminal, a las cuales es importante que pongas una intención que vaya de acuerdo con la ocasión como, por ejemplo, una imagen seductora de un ambiente laboral no tiene que ver nada con una imagen de seducción sexual.
Por otro lado, portar un traje sastre gris o negro entallado (si eres mujer) con un peinado apropiado y una voz cálida, en un ambiente laboral darán a la sala de juntas un ambiente de seducción hacia el objetivo personal que persigas, pero si esta persona seductora quisiera seducir intelectualmente con una imagen sexual en una sala de juntas, lo único que lograría sería quedar como prostituta; por eso es tan importante saber en qué vamos a poner la intención para seducir, en qué ambiente y para qué fin.
En el caso de la seducción de los hombres es muy importante la manera de caminar, la forma de mirar, de utilizar los diferentes tonos de voz y saberlos matizar bien, observándose a sí mismos si se requiere hablar desde el intelecto, la emoción o si es desde lo visceral o lo sexual, ya que, en ocasiones se pueden mezclar debido al contexto en que se encuentren. El hombre que sabiendo utilizar bien este tipo de tonalidades de voz, más la imagen y ropa adecuadas, se vuelve un seductor fuerte y atractivo.
En el caso de las mujeres es muy importante la imagen, el corte de pelo, las uñas, la depilación, la ropa, la ropa íntima, medias que vayan con su color de piel y sus ojos, eso es muy importante porque, de lo contrario, le va a ser más difícil ser seductora.
De lo anterior es muy importante, para el hombre y la mujer, en esos aspectos seductores, que se sientan seducidos por ellos mismos porque si no lo sienten, difícilmente lo transmitirán hacia afuera.
Las características de la seducción son las diferentes poses y ademanes físicos como mover las manos, fijar la mirada, saber escuchar, saber hacer caricias finas al saludar y al expresar algo son totalmente seductoras, pero todo eso tiene que practicarse en un espejo y verificar que sea de manera natural y espontánea, no sobreactuada, por eso para ser un perfecto seductor o seductora sedúcete a ti mismo(a) en los diferentes aspectos de tu vida y hazlo como una forma de vida. No lo olvides, la seducción es parte de ti y no al revés, que tú seas parte de la seducción.
Todos, mujeres y hombres tenemos cualidades seductoras. Sin embargo, podemos tenerlas bloqueadas aun pretendiendo irradiarlas hacia los demás y ello puede ser porque en algún momento de tu vida pudiste haber sido criticado(a) severamente o censurado(a) y ello provocó en ti un mal sentimiento, creándose en tu interior un impacto negativo a tal punto que, posiblemente hoy ni lo notes.
Entonces te encuentras actualmente tratando de ser seductor(a) sin lograr tus objetivos aun habiéndote aplicado para ellos y ejemplos de ello pueden ser citas fallidas, comportamientos que, a pesar de haber sido ensayados, se vieron superficiales y falsos, pláticas sobrehabladas, tonos de voz exagerados, etc. Todos ellos producto de la falta de sensibilidad.
¿A qué me refiero con lo anterior?, bien, la sensibilidad y el sentir son dos aspectos de la seducción muy importantes, ya que si no sientes lo que haces y/o dices y careces de sensibilidad, tus situaciones de seducción simplemente no se logran más que por breves espacios, que te dejan una sensación interna de ansiedad y mal deseo que no necesariamente reconoces, a veces, ni ante ti mismo(a). Todo ello te puede conducir a no querer intentarlo de nuevo.
La seducción va acompañada de las emociones y los sentimientos, como lo mencioné anteriormente, estos pueden ser la ternura, la paciencia, la bondad, la alegría, la espontaneidad y autenticidad.
Si logras comprender tu momento de vida y lo combinas con los aspectos de seducción que mencioné, notarás en qué punto de seducción te encuentras y seguramente te darás cuenta de que no estás en un punto en el que la seducción sea una forma de vida para ti sino que tú eres parte de la seducción.
Por ello, si te atreves a ir más allá de tus límites y capitalizas la seducción en tu cuerpo, mente y espíritu, te transformarás en un(a) seductor(a) nato, que puede lograr seducir a la vida misma, ya que esta forma de vida no tiene nada que ver con la posición social, cultural, económica ni con todos los aspectos que se han mal vendido como seductores.
¡Atrévete, vale la pena vivir así!
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