/ jueves 15 de agosto de 2019

La tríada luminosa, los tres rasgos de la personalidad positiva

Uno de los pilares para investigar a las personas aversivas

El prestigioso psicólogo Scott Barry Kaufman, de la Universidad de Columbia (EE.UU.), cree que hay que dedicar mayores esfuerzos a investigar el lado positivo de la personalidad humana, teniendo en cuenta que los estudios de la psique están masivamente enfocados en las facetas menos edificantes y más patológicas de nuestro mundo interior.

Uno de los pilares para investigar a las personas aversivas, es decir aquellas que tienen comportamientos desagradables para los demás, es la denominada “tríada oscura de la personalidad”, descubierta por los psicólogos Delroy L. Paulhus y Kevin M. Williams, en 2002, según señala Scott Barry Kaufman.


Este terceto de rasgos que consistente en el narcisismo, o la admiración exagerada hacia uno mismo; el maquiavelismo, la explotación estratégica y engaño de los demás; y la psicopatía, es decir la insensibilidad y cinismo, ha sido bien estudiado, descubriendo que todos poseemos esos atributos, en cierta medida.

“Las personas socialmente aversivas existen, pero ¿qué ocurre con el lado luminoso de la naturaleza humana?, ¿qué pasa con los ‘santos’ del día a día?, ¿con esas personas, cuyo ser ilumina lo que existe a su alrededor en todas direcciones, que emiten amor incondicional de forma natural y espontánea porque así es su naturaleza?”, reflexiona Kaufman.

Para averiguarlo, este psicólogo comenzó a trabajar con los investigadores David Yaden, Elizabeth Hyde y Eli Tsukayama, analizando aspectos como el perdón, la confianza, la honestidad, el cuidado, la aceptación y el disfrute intrínseco de conectarse con los demás en vez de utilizar a las personas como un medio para un conseguir un fin.

Para su sorpresa, de sus trabajos surgieron tres grandes factores que etiquetaron como “la ‘tríada luminosa’” y consistentes en el kantismo, es decir tratar a las personas como fines en sí mismos, no como simples medios; el humanismo, el valorar la dignidad y el valor de cada individuo; y la fe en la Humanidad, que consiste en creer en la bondad fundamental de las personas.

Tras un sofisticado análisis estadístico, Kaufman y su equipo establecieron que los tres grandes factores de esta “tríada luminosa”, se componen a su vez de doce elementos, que “capturan” la esencia del kantismo, el humanismo y la fe en la Humanidad.

LOS DOCE ELEMENTOS.

Estos doce elementos clave que ha averiguado el especialista estadounidense son:

  • La tendencia a ver lo mejor en una persona.
  • Creer que los demás nos tratarán justamente.
  • Pensar que la gente es, sobre todo, de buen corazón.
  • Perdonar rápidamente a quienes nos han dañado.
  • Tendencia a admirar a los demás.
  • Aplaudir el éxito en otras personas.
  • Tratar a los demás como seres valiosos.
  • Prestar atención a personas de todas las condiciones sociales.
  • Preferir la honestidad al encanto.
  • Sentirse a disgusto al manipular a las personas.
  • Ser auténticos, aunque ello pueda dañar nuestra reputación.
  • Hablar con la gente sin pensar en lo que se puede conseguir de ella.

A partir de esos doce elementos diseñaron un test en línea (scottbarrykaufman.com/lighttriadscale) para evaluar los porcentajes de “tríada oscura” y de “tríada luminosa” que tiene la persona que responde a las preguntas de dicho test.

Este cuestionario ha sido respondido por miles de personas de diferentes edades, géneros, razas y etnias, arrojando resultados consistentes, según los investigadores.

“Para muchas personas, su ego se interpone en el camino de su crecimiento y desarrollo personal”, señala Kaufman.

“En un entorno clínico, el conocimiento de las tríadas oscura y luminosa puede ayudar a los pacientes a que “aprendan más sobre las tendencias más oscuras que pueden dañar sus relaciones y su satisfacción con la vida, y sobre el potencial de benevolencia que está dentro de ellos y al que pueden recurrir más para aportar luz a sí mismos y a los demás”, enfatiza este psicólogo.

El análisis de los resultados obtenidos respalda la idea de que en cada uno de nosotros coexisten en distintas proporciones la luz y la oscuridad psicológicas, y desveló que la persona promedio se inclina más hacia la luz en sus pensamientos, comportamientos y emociones cotidianos, y que la malevolencia extrema es muy rara en la población general.

Los investigadores hallaron que la “tríada oscura” tiene una correlación positiva con ser joven y hombre, estar motivado por el poder, el sexo instrumental, los logros y la afiliación (pero sin intimidad), tener valores de automejora, un estilo inmaduro de defensa psicológica, el consumo conspicuo y el egoísmo.

Las personas con mayor porcentaje oscuro también tienden a realizar juicios morales de tipo utilitario y a considerar el trabajo creativo y la inmortalidad que prometen las religiones, como vías para trascender la muerte, según este trabajo.

EL LADO POSITIVO DE NUESTRA PERSONALIDAD

En contraste, la “tríada luminosa” se asoció con ser mayor y mujer, y con ser menos imprevisible en la infancia, así como presentar niveles más altos de religiosidad, espiritualidad, satisfacción con la vida y aceptación de los demás, y de sostener las creencias de que los demás son buenos y de que uno mismo también lo es.

La compasión, la empatía, la apertura a las experiencias, la conciencia, el entusiasmo positivo, tener un ego tranquilo y creer que uno puede seguir viviendo después de la muerte a través de la naturaleza y de los hijos que se han tenido, son otros factores asociados a la “tríada luminosa” en el test.

Las personas con un mayor porcentaje de rasgos positivos también son más proclives a estar satisfechos con sus relaciones, competencia y autonomía, así como a presentar en sus relaciones unos niveles más altos de apego y erotismo seguros, y una motivación primaria de cultivar la intimidad y unos valores de autotrascendencia, según los resultados del test.

Las personas más inclinadas a la “tríada luminosa” también mostraron fortalezas como la perspectiva, el entusiasmo, el amor, la amabilidad, el trabajo en equipo, el perdón y la gratitud, así como una curiosidad positiva.

Asimismo, se asociaron con la percepción positiva de la vida los estilos de defensa psicológica maduros basados en el humor, el altruismo o la anticipación; en las creencias optimistas sobre uno mismo, el mundo y el futuro personal; y unos niveles elevados de autoestima y autenticidad.

“Esperamos que nuestra investigación ayude a equilibrar las fuerzas en la psicología de la personalidad, ya que existen psicópatas cotidianos, pero también los santos del día a día y, son tan dignos de ser investigados, como fomentados en una sociedad que a veces olvida que, no solo hay bondad en el mundo, sino también en cada uno de nosotros”, concluye Kaufman.

  • El psicólogo Scott Barry Kaufman ha determinado recientemente los componentes básicos de la 'santidad' humana o '“tríada luminosa”': tratar a las personas como fines en sí mismos, no como simples medios; valorar la dignidad y el valor de cada individuo; y creer en la bondad fundamental de las personas.
  • “Puede ayudarnos a aprender más sobre nuestro potencial de benevolencia al que podemos recurrir para iluminarnos a nosotros mismos y a los demás”, señala Kaufman a Efe.
  • La compasión, la empatía, la apertura a las experiencias, la conciencia, el entusiasmo positivo, tener un ego tranquilo y creer que uno puede seguir viviendo después de la muerte a través de la naturaleza y de los hijos, son algunos factores asociados a esta ““tríada luminosa””.

El prestigioso psicólogo Scott Barry Kaufman, de la Universidad de Columbia (EE.UU.), cree que hay que dedicar mayores esfuerzos a investigar el lado positivo de la personalidad humana, teniendo en cuenta que los estudios de la psique están masivamente enfocados en las facetas menos edificantes y más patológicas de nuestro mundo interior.

Uno de los pilares para investigar a las personas aversivas, es decir aquellas que tienen comportamientos desagradables para los demás, es la denominada “tríada oscura de la personalidad”, descubierta por los psicólogos Delroy L. Paulhus y Kevin M. Williams, en 2002, según señala Scott Barry Kaufman.


Este terceto de rasgos que consistente en el narcisismo, o la admiración exagerada hacia uno mismo; el maquiavelismo, la explotación estratégica y engaño de los demás; y la psicopatía, es decir la insensibilidad y cinismo, ha sido bien estudiado, descubriendo que todos poseemos esos atributos, en cierta medida.

“Las personas socialmente aversivas existen, pero ¿qué ocurre con el lado luminoso de la naturaleza humana?, ¿qué pasa con los ‘santos’ del día a día?, ¿con esas personas, cuyo ser ilumina lo que existe a su alrededor en todas direcciones, que emiten amor incondicional de forma natural y espontánea porque así es su naturaleza?”, reflexiona Kaufman.

Para averiguarlo, este psicólogo comenzó a trabajar con los investigadores David Yaden, Elizabeth Hyde y Eli Tsukayama, analizando aspectos como el perdón, la confianza, la honestidad, el cuidado, la aceptación y el disfrute intrínseco de conectarse con los demás en vez de utilizar a las personas como un medio para un conseguir un fin.

Para su sorpresa, de sus trabajos surgieron tres grandes factores que etiquetaron como “la ‘tríada luminosa’” y consistentes en el kantismo, es decir tratar a las personas como fines en sí mismos, no como simples medios; el humanismo, el valorar la dignidad y el valor de cada individuo; y la fe en la Humanidad, que consiste en creer en la bondad fundamental de las personas.

Tras un sofisticado análisis estadístico, Kaufman y su equipo establecieron que los tres grandes factores de esta “tríada luminosa”, se componen a su vez de doce elementos, que “capturan” la esencia del kantismo, el humanismo y la fe en la Humanidad.

LOS DOCE ELEMENTOS.

Estos doce elementos clave que ha averiguado el especialista estadounidense son:

  • La tendencia a ver lo mejor en una persona.
  • Creer que los demás nos tratarán justamente.
  • Pensar que la gente es, sobre todo, de buen corazón.
  • Perdonar rápidamente a quienes nos han dañado.
  • Tendencia a admirar a los demás.
  • Aplaudir el éxito en otras personas.
  • Tratar a los demás como seres valiosos.
  • Prestar atención a personas de todas las condiciones sociales.
  • Preferir la honestidad al encanto.
  • Sentirse a disgusto al manipular a las personas.
  • Ser auténticos, aunque ello pueda dañar nuestra reputación.
  • Hablar con la gente sin pensar en lo que se puede conseguir de ella.

A partir de esos doce elementos diseñaron un test en línea (scottbarrykaufman.com/lighttriadscale) para evaluar los porcentajes de “tríada oscura” y de “tríada luminosa” que tiene la persona que responde a las preguntas de dicho test.

Este cuestionario ha sido respondido por miles de personas de diferentes edades, géneros, razas y etnias, arrojando resultados consistentes, según los investigadores.

“Para muchas personas, su ego se interpone en el camino de su crecimiento y desarrollo personal”, señala Kaufman.

“En un entorno clínico, el conocimiento de las tríadas oscura y luminosa puede ayudar a los pacientes a que “aprendan más sobre las tendencias más oscuras que pueden dañar sus relaciones y su satisfacción con la vida, y sobre el potencial de benevolencia que está dentro de ellos y al que pueden recurrir más para aportar luz a sí mismos y a los demás”, enfatiza este psicólogo.

El análisis de los resultados obtenidos respalda la idea de que en cada uno de nosotros coexisten en distintas proporciones la luz y la oscuridad psicológicas, y desveló que la persona promedio se inclina más hacia la luz en sus pensamientos, comportamientos y emociones cotidianos, y que la malevolencia extrema es muy rara en la población general.

Los investigadores hallaron que la “tríada oscura” tiene una correlación positiva con ser joven y hombre, estar motivado por el poder, el sexo instrumental, los logros y la afiliación (pero sin intimidad), tener valores de automejora, un estilo inmaduro de defensa psicológica, el consumo conspicuo y el egoísmo.

Las personas con mayor porcentaje oscuro también tienden a realizar juicios morales de tipo utilitario y a considerar el trabajo creativo y la inmortalidad que prometen las religiones, como vías para trascender la muerte, según este trabajo.

EL LADO POSITIVO DE NUESTRA PERSONALIDAD

En contraste, la “tríada luminosa” se asoció con ser mayor y mujer, y con ser menos imprevisible en la infancia, así como presentar niveles más altos de religiosidad, espiritualidad, satisfacción con la vida y aceptación de los demás, y de sostener las creencias de que los demás son buenos y de que uno mismo también lo es.

La compasión, la empatía, la apertura a las experiencias, la conciencia, el entusiasmo positivo, tener un ego tranquilo y creer que uno puede seguir viviendo después de la muerte a través de la naturaleza y de los hijos que se han tenido, son otros factores asociados a la “tríada luminosa” en el test.

Las personas con un mayor porcentaje de rasgos positivos también son más proclives a estar satisfechos con sus relaciones, competencia y autonomía, así como a presentar en sus relaciones unos niveles más altos de apego y erotismo seguros, y una motivación primaria de cultivar la intimidad y unos valores de autotrascendencia, según los resultados del test.

Las personas más inclinadas a la “tríada luminosa” también mostraron fortalezas como la perspectiva, el entusiasmo, el amor, la amabilidad, el trabajo en equipo, el perdón y la gratitud, así como una curiosidad positiva.

Asimismo, se asociaron con la percepción positiva de la vida los estilos de defensa psicológica maduros basados en el humor, el altruismo o la anticipación; en las creencias optimistas sobre uno mismo, el mundo y el futuro personal; y unos niveles elevados de autoestima y autenticidad.

“Esperamos que nuestra investigación ayude a equilibrar las fuerzas en la psicología de la personalidad, ya que existen psicópatas cotidianos, pero también los santos del día a día y, son tan dignos de ser investigados, como fomentados en una sociedad que a veces olvida que, no solo hay bondad en el mundo, sino también en cada uno de nosotros”, concluye Kaufman.

  • El psicólogo Scott Barry Kaufman ha determinado recientemente los componentes básicos de la 'santidad' humana o '“tríada luminosa”': tratar a las personas como fines en sí mismos, no como simples medios; valorar la dignidad y el valor de cada individuo; y creer en la bondad fundamental de las personas.
  • “Puede ayudarnos a aprender más sobre nuestro potencial de benevolencia al que podemos recurrir para iluminarnos a nosotros mismos y a los demás”, señala Kaufman a Efe.
  • La compasión, la empatía, la apertura a las experiencias, la conciencia, el entusiasmo positivo, tener un ego tranquilo y creer que uno puede seguir viviendo después de la muerte a través de la naturaleza y de los hijos, son algunos factores asociados a esta ““tríada luminosa””.

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