La competencia laboral y de negocios es cada vez más exigente y por ello debemos apostarle a nuestra Imagen. Distinguirnos de los demás es una estrategia no verbal, que nos permitirá mostrarnos auténticos e irrepetibles.
¡Distinguirse y no extinguirse es la estrategia a seguir! En el pasado quedaron los tiempos en donde solo se requería del conocimiento y de la experiencia para ocupar un espacio laboral; hoy no basta ya ser el mejor o la mejor en su campo… ¡es necesario parecerlo!
La imagen es percepción y la percepción es un proceso físico-psicológico que inicia por los ojos: “de la vista nace el amor”, viaja por el sistema nervioso central y se aloja en nuestra mente, y es en ese momento cuando todos los seres humanos creamos juicios de valor; que pueden ser positivos o negativos… Es decir, que la próxima vez que te conozca una persona, experimentará este proceso que solo durará entre ¡8 a 12 segundos! Suficientes para que “perciban” una buena o mala sensación de ti.
Por este motivo es inevitable tener una imagen, quieras o no creerlo, la imagen es tu carta de presentación y será la forma que atraiga o que aleje; si tu apariencia física no es lo suficientemente atractiva a la vista de los demás, entonces no habrá la oportunidad de conocer tu interior.
Para conseguir esa imagen exitosa sigue estos consejos básicos:
1. Tener claro lo que deseas comunicar, por ejemplo: un ascenso, un nuevo empleo, autoridad con tu equipo de trabajo, un gobierno eficaz, etcétera. Encontrar aquello de tu personalidad que te haga único e irrepetible, me refiero a lo que estás hecho en esencia: tu forma de ser y tu comportamiento, estos elementos forman parte de tu imagen interna.
2. Coherencia en tu imagen física y tu imagen interna: la congruencia en tu persona comunicará credibilidad; de lo contrario solo intentarás disfrazarte de alguien que no eres, por ejemplo: un nutriólogo pasado de kilos o un político sin vocación de servir… “Forma sin fondo carece de sustento (es un engaño), fondo sin forma carece de credibilidad (no comunica)”.
Así que, analiza los mensajes verbales y no verbales que estás enviando a tu audiencia; estos incluyen: redes sociales, fotografías, WhatsApp y aquello relacionado con tu persona o empresa. El éxito radica en el autoconocimiento y enviar solo que tú deseas que perciba tu consumidor.
3. Alcanzar una buena reputación de tu persona y tu trabajo debe convertirse en una de sus metas máximas. La reputación (fama, prestigio u honor) es tu “imagen sostenida en el tiempo” y solo se logra con el autoconocimiento de tus propios estados internos, preferencias, recursos e intuiciones. El autoconocimiento te permite enaltecer tus virtudes y minimizar tus defectos. “Quién no se conoce a sí mismo, no será capaz de conocer a los demás”
4. El 93% del impacto del mensaje es no verbal (lenguaje corporal) y sólo el 7% es verbal. En otras palabras, debe privilegiarse más la estrategia visual o presencial que la oral. La pulcritud, arreglo personal, sonrisa, gestos y tu propia imagen física (complexión-vestuario) serán el cheque en blanco que compre la confianza de tu audiencia.
5. Protocolo de saludo: el apretón de manos queda olvidado, ya que la pandemia nos obliga a innovar en las maneras de saludar: tener contacto visual, sonreír, unir codo a codo y escuchar el nombre de la persona a quien saludas. #LaImagenEsLoDeHoy.
La manera de actuar y comportarse proporciona 13 veces más información sobre el individuo que lo que expresa con palabras
Lalo Huber
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