Qué tal amigos lectores, nuevamente los saluda el Barón Rojo para otra agradable charla. En esta ocasión dejo un poco las historias que enmarcan nuestra ciudad para adentrarme en otra población, una muy pequeña, tan pequeña que cabe en una caja de cristal.
Así es, les voy a hablar acerca de una mujer poblana que, aunque la mayoría de ustedes no la conocieron, dejó por su paso en esta vida una enorme colección de recuerdos de la Puebla que se nos fue: se trata de la señora Teresa Nava (1922-2005).
La historia de esta distinguida dama se remonta a los años de su infancia en el Colegio Unión, de las monjas ursulinas, quienes la encausaron en el arte de las manualidades Años después reafirmó sus habilidades en la Escuela de Artes y Oficios, allá por la Avenida 8 Oriente, casi frente al Teatro Principal.
Al pasar de los años desarrolló una increíble habilidad para el bordado, al grado de que una casa de modas de Los Ángeles, California, la contrató para trabajar en la Unión Americana; ahí desarrolló su labor hasta el año de 1970, cuando decide regresar a su querida Puebla.
Con apoyo de su familia establece la primera casa de antigüedades en el popular Barrio de los Sapos, a la que puso por nombre “Bazar Teresita”. Dentro de sus ratos libres desarrolla una curiosa actividad, la elaboración de la maqueta de una pulquería, tan perfectamente detallada que al ponerla en venta su tiempo de exhibición fue muy efímero.
Viendo el éxito que tuvo esta primera pieza en miniatura se dedica a elaborar maquetas del mismo tamaño, todas con una gran cubierta de cristal, pero con temas diferentes, escogiendo para esto las memorias de las pequeñas tiendas y comercios que marcaron una época en el Centro Histórico de la ciudad.
Fue tan grande su éxito que el ayuntamiento le pide realizar una exposición de sus trabajos, lo que le mereció que las autoridades le otorgaran una copia de la Cedula Real de la fundación de la ciudad, meérito que solo se le otorga a poblanos distinguidos.
Esto propició que en 1980 la directora de Culturas Populares y Artes de la Ciudad de México, Teresa Pomar, la invitara a montar una exposición, lugar donde la conoce el escritor y columnista Carlos Monsiváis (1938-2010), quien queda fascinado por su labor y se vuelve un fervoroso coleccionista de sus maquetas, llegándole a comprar más de 300, las cuales se exhiben en el Museo del Estanquillo, en la Ciudad de México. Y es a partir de ahí cuando la obra de esta señora pasa a la historia de Puebla.
Pero ¿cuáles fueron los temas que eligió para elaborar estas maquetas?, algo que para muchos de nosotros ya forma parte de nuestros recuerdos: las tiendas y casas comerciales que dejaron huella en la historia de nuestra ciudad, tales como papelerías, tiendas de abarrotes, de ropa, mueblerías, y un sinfín de negocios.
Entre las muchas tiendas que reprodujo en miniatura esta la famosísima Sevillana, un establecimiento que estaba engalanado en sus entradas por sendas vidrieras, donde exhibía su gran variedad de productos nacionales y de importación, como vinos españoles, quesos franceses, galletas y pastas italianas, conservas, sin faltar el exquisito y muy cotizado aceite de oliva.
Recuerdo otra más que dejó huella, la famosa tienda de aparatos electrónicos Tele Radio Hidalgo; a unos pasos sobre Reforma no podían faltar, en el portal del Ayuntamiento, los famosos Tacos Tito, la elegante joyería La Esmeralda, la distribuidora de artículos electrodomésticos Agencia Graphos.
En el majestuoso Pasaje del Ayuntamiento, la gran tienda de equipajes y regalos La Mexicana, haciéndole compañía a la distribuidora de periódicos El Heraldo; ya en la esquina sobre la 2 Oriente la gran tienda de autoservicio Astor.
Nunca olvidaremos la dulcería y camotearía El Lirio, pequeñas tiendas como La Pluma Contenta, los almacenes 5-10-15, sin olvidar la llegada a Puebla de la primera gran tienda de máquinas tragamonedas en 1974, Snooopys, en la planta baja del Edificio María.
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Como detalle curioso les cuento, gracias a la información que me proporcionó mi amigo Martín Tapia, controlador de cabina en la estación de radio donde participo, quien me platicó que tuvo la oportunidad, en un viaje por Viena, de conocer la Casa Museo de Wolfgan Amadeus Mozart y ahí está en exhibición una colección de estas pequeñas maquetas representando los pasajes más importantes de la vida del compositor austriaco, todas elaboradas por la señora Teresa Nava, ¡qué gran orgullo para los poblanos!
¡Qué gratos recuerdos nos llegan a la mente! y todo gracias a la labor de la señora Teresa Nava, quien, gracias a su paciencia y dedicación, tuvo a bien el mantener vivas las memorias de esas pequeñas grandes tiendas poblanas, que hoy forman parte de la historia comercial de nuestra ciudad.
Actualmente esta colección de maquetas esta en exhibición en el Museo del Estanquillo, en la ciudad de México, estas imágenes las tomé con la autorización de la fundación Carlos Monsiváis y gatos olvidados, y se reproducen sin fines de lucro.
Muchas gracias queridos lectores, hasta el próximo sábado.
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Fotos: cortesía Museo del Estanquillo
