Si has notado que a tu minino le cuesta trabajo orinar, busca hacerlo en otro lugar diferente a su arenero, hace por goteo, chorritos muy pequeños o lame sus genitales, quizá padezca una enfermedad que requiere pronta atención y si no lo llevas a tiempo al médico veterinario podrías llegar a perderlo.
Cuando un felino comienza a presentar este tipo de signos, incluso a veces se puede observar algo de sangre en la orina, puede ser debido a la enfermedad del tracto urinario caudal en los gatos, la cual puede tener diferentes causas, comenta Pamela Pérez Sánchez, coordinadora del posgrado en medicina y cirugía de perros y gatos en la UPAEP.
Explica que la principal condición que la provoca es la cistitis idiopática, que se presenta generalmente en animales jóvenes, de menos de 10 años y es un proceso inflamatorio ocasionado sobre todo por estrés, el cual surge por situaciones como, por ejemplo, ahora que muchas personas están en modo home office y antes los gatos tenían su rutina, se iba el propietario y ellos hacían lo que preferían en la casa; ahora nos tienen todo el tiempo ahí.
“También se estresan cuando ingresa un gatito nuevo o un perrito y ellos no están habituados a esto, o por situaciones más personales como una mudanza o que algún miembro de la familia se vaya o llegue a fallecer, todas estas circunstancias pueden provocar el problema de cistitis, porque la vejiga es el órgano donde los mininos reflejan el estrés. Otra causa común de la enfermedad del tracto urinario caudal, aunque la primera es la cistitis, es que pudieran tener urolitos o piedras en la uretra, las cuales pueden obstruir el paso de la orina”, asegura.
Comenta que la enfermedad afecta tanto a machos como a hembras, pero los médicos veterinarios la diagnostican sobre todo en los primeros, en los que se llega a encontrar con mucha frecuencia por las características anatómicas de su uretra. En las segundas es más difícil que un proceso de inflamación cause una obstrucción.
CONSECUENCIAS
Dentro de las consecuencias primero está el que dejen totalmente de orinar, lo cual quiere decir que la obstrucción causa que se dilate la vejiga, que se vaya dañando con el proceso inflamatorio y todas las toxinas que normalmente sacan por la orina no salen, entonces se pueden llegar a perjudicar los riñones de forma aguda, agrega.
Si no se les hace caso y ya no orinan nada, a veces los animales ya están postrados, deprimidos, hipotérmicos. Si llegas a observar cualquier alteración en el patrón o la forma de orinar, sí es importante llevarlo a consulta, porque si el gatito tiene atención médica el pronóstico cambia mucho y puede ser favorable, afirma.
¿CÓMO SE CURA?
La especialista expone que para tratarla se hace de una manera multimodal, los médicos lo que hacen es desobstruir al paciente, a veces se quedan sondeados por algunos días, manejan el proceso inflamatorio y les quitan el dolor. Se hace un manejo tanto médico como del ambiente en donde vive el gato.
Además, se tiene que dar una dieta en específico para este problema y una parte fundamental es el manejo del estrés en casa, por ejemplo, presentarle poco a poco al nuevo gato o cachorro, si le pusieron su arenero en otro lugar, volverlo a colocar donde estaba; si le cambiaron el tipo de arena, ponerle la misma a la que estaba acostumbrado, aconseja.
“Se recomienda tener un arenero más que el número de gatos: si tengo un gatito debo tener dos areneros; si tengo dos, tres areneros y que estén distribuidos en lugares tranquilos de la casa, eso les ayuda mucho. Otra cosa que les gusta es tener diferentes fuentes de agua: trastes pequeños en varios lugares de la casa y también podemos recomendar algún tipo de feromona felina (sin decir marcas)”, añade.
¿SE PUEDE PREVENIR?
Es difícil la prevención, hay estudios que indican que hay gatitos que ya nacen con esta predisposición, lo que se puede hacer es manejar adecuadamente el ambiente con todos los ejemplos que ya se mencionaron anteriormente, aunque por supuesto hay cuestiones que no podemos evitar, como una mudanza u otras más personales.
Finalmente sugiere que estemos muy pendientes del patrón de micción, es decir, de la forma en que orinan habitualmente y ante cualquier cambio, llevarlo pronto al veterinario para que el pronóstico sea mejor para el gatito.