Los pacientes críticos que han superado la Covid-19 afrontan retos tan duros como haber sufrido la misma enfermedad. Y es que no solo se trata de haberla librado, un gran porcentaje de ellos padece o padecerá secuelas físicas que suelen ser principalmente respiratorias y neuromusculares. Su rehabilitación es fundamental.
De acuerdo con Montserrat Pliego Azcue, médico del área de urgencias de la Universidad UPAEP y maestra en medicina física y rehabilitación, para ayudar a activar al paciente para que recupere sus funciones existen diferentes tipos de terapia. El proceso es muy pausado, se tiene que dosificar dependiendo de su capacidad física y las secuelas que le hayan quedado. Pero lo primero es que su médico los canalice a rehabilitación.
Refiere que si el paciente se encuentra en fase aguda solo se recomiendan cambios de posición para mejorar su capacidad respiratoria (de lado, boca abajo, elevar extremidades) y para iniciar con la activación física hay que esperar a que no haya ninguna sintomatología. Se hace de forma escalonada, puede empezar a hacer ejercicio por una hora o en dos períodos de 15 a 20 minutos.
Asegura que existen diferentes ejercicios dependiendo de las secuelas que presente el paciente, pueden ser:
Circulatorios
Respiratorios
De equilibrio, y
Pliométricos, de fuerza, aeróbicos en conjunto con ejercicios de relajación.
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Si el paciente llega a tener cúmulo de secreción en los pulmones, sería prudente iniciar con percusiones (palmadas constantes en la espalda) para que le ayude a expulsarlas, dice la especialista, y agrega que la actividad física se puede iniciar caminando, pero hay que tener la precaución de controlar la respiración y mantenerla, para evitar la desoxigenación.
“Dependiendo del subgrupo (edad) se inicia con ejercicios de circulación donde se trabaja elevación de extremidades y movimientos paulatinos de las piernas. Los respiratorios, son contención de la respiración profunda y mantenerla, o se les da globos de diferentes tamaños para que los inflen durante el día. Son movimiento de soplo contenido que les ayuda a incrementar su capacidad respiratoria. Los ejercicios de relajación van desde estiramientos pausados que se ayudan con la respiración (tipo yoga)” explica.
Comenta que una vez que el paciente empiece a tener mayor movimiento, mayor concentración, mayor retención de la fase respiratoria, se sigue con ejercicios aeróbicos, dependiendo cada paciente y de los diferentes grupos: jóvenes, de mediana edad, mayores de 60.
Dice que en los ejercicios de fuerza se usan ligas para su resistencia o un resorte o toalla, empiecen a tener movimientos sostenidos con sus extremidades, como flexión, extensión, sentadillas apoyados con una silla o lagartija invertida (sobre la pared para trabajar la espalda). En los de equilibrio sostiene cada pie, suben uno y bajan el otro, pueden hacerlo en escalón.
No todos los pacientes responden de la misma forma, pero hay que ser constante y pacientes. “La rehabilitación es un proceso coordinado por alguien que sepa de terapia, tanto respiratoria como física o neuroterapia. Una parte de los movimientos son asistidos y los tiene que realizar un fisioterapeuta. Si lo quieren hacer en casa, el cuidador tiene que capacitarse para aprender y poder trabajar con el paciente”, puntualiza.