El sábado 19 de mayo, todo el mundo siguió con interés un acontecimiento propio de un cuento de hadas: la boda del príncipe Harry de Inglaterra con la actriz estadounidense Meghan Markle, ceremonia que tuvo lugar en la imponente capilla de San Jorge del Castillo de Windsor, el cual se ubica en Inglaterra a poco más de una hora de Londres, en dirección oeste.
LA CAPILLA DE SAN JORGE
Inspirándose en los caballeros de la mesa redonda del rey Arturo, Eduardo III fundó en 1348 la Nobilísima Orden de la Jarretera, la más prestigiosa del país. El rey eligió la capilla de Windsor como la iglesia madre de la orden y la dedicó al patrón de Inglaterra, San Jorge. En esa capilla se han llevado a cabo numerosas bodas reales y ceremonias oficiales, precisamente ahí fue bautizado el príncipe Harry en diciembre de 1984.
Cada año en esta iglesia aún se realiza una ceremonia de esta Orden, durante la cual sus caballeros entran en procesión en el templo luciendo sus mejores galas: capas de terciopelo azul y sombreros negros del mismo tejido, tocados con plumas blancas de avestruz. La orden tiene solo 24 miembros, y cada uno tiene su asiento en la iglesia adornado con su escudo de armas.
La Capilla de San Jorge, del siglo XV, ha sido considerada por el historiador John Robinson como uno “de los logros supremos del diseño del gótico perpendicular inglés”.
EL CASTILLO DE WINDSOR
Originalmente fue diseñado sobre una mota y con tres murallas en torno a un montículo central, para proteger a los normandos en las afueras de Londres, para supervisar una parte de importancia estratégica del río Támesis. Forma parte de los monumentos medievales en la ciudad de Windsor, en el condado de Berkshire, Reino Unido y goza de una gran importancia histórica debido a que guarda mucha relación con los sucesos históricos de la realeza.
El castillo cuenta con tres salas que rodean un montículo central. Poco a poco sustituida por fortificaciones de piedra, su infraestructura resistió un asedio prolongado durante la Guerra de los primeros barones en el inicio del siglo XII. Luego de un período largo, Eduardo III lo convirtió en “el proyecto del edificio secular más caro de toda la Edad Media en Inglaterra”.
Tras resistir la Guerra Civil Inglesa el Castillo fue reconstruido por Carlos II con la ayuda del arquitecto Hugh Mayo. Después de un período de abandono durante el siglo XVIII, Jorge III y Jorge IV lo renovaron, lo llenaron de estilo rococó, gótico y muebles barrocos.
Por su parte la reina Victoria hizo cambios menores en el castillo, que se convirtió en el centro de entretenimiento real durante gran parte de su reinado. El Castillo de Windsor fue utilizado como refugio de la familia real durante las campañas de bombardeo de la Luftwaffe de la Segunda Guerra Mundial, y sobrevivió a un incendio en el año 1992.
Algunas de sus lujosas estancias, como los “Apartamentos de Estado”, son arquitectónicamente muy interesantes y han sido descritas por el historiador Hugh Roberts como “una secuencia magnífica e inigualable de habitaciones ampliamente reconocidas como la mejor y más completa expresión del estilo del periodo georgiano tardío”.
En la actualidad en el castillo de Windsor viven y trabajan más de quinientas personas, es una atracción turística muy popular, sede de visitas de Estado y el hogar de fin de semana preferido por la reina Isabel II de Inglaterra.
