/ miércoles 30 de junio de 2021

¿Soy el tóxico de mi trabajo? Identifica las características

Es importante reconocerlo para superar este problema y poder crecer como persona

En el trabajo, como en todas las actividades y roles de nuestra vida, te puedes encontrar con todo tipo de personas, aquellas con las que congenias y otras que no; con algunas puedes llegar a entablar relaciones de amistad o simplemente hacer buen equipo para crecer y ser mejor en tu actividad profesional. Por otro lado, existen algunas que podríamos definir como tóxicas, porque no aportan nada positivo a su entorno; pero lo peor es -como cuando tienes mal aliento- que puede darse el caso de que el tóxico seas tú y no te has dado cuenta.

Para poder distinguir cuando nosotros somos quienes están contaminando el entorno, entrevistamos a Jaquelín Machado, psicóloga con especialidad en coaching multidimensional, con diplomado en sexualidad e instructora en desarrollo de conciencia, quien para empezar nos explica que una persona tóxica por lo general tiene un vacío existencial muy profundo y necesita llenarlo a través de protagonizar o llamar la atención.

Foto: diana.grytsku


CARACTERÍSTICAS DE LA PERSONA TÓXICA

Agrega que también se les conoce como depredadores o vampiros emocionales, porque llegan a absorber la energía emocional, física o en muchas situaciones mental de las personas que los rodea y generalmente llegan a infectar los ambientes en donde se desenvuelven y continuamente juzgan, critican, siempre encuentran lo negativo en todo, interrumpen a los demás cuando hablan y les dicen que solo importa su propia opinión, no la de los otros.

Tienden también a hacerse las víctimas, no reconocen sus errores y culpan a otros, no asumen la responsabilidad de sus actos. Si no les funciona la víctima, se ponen como verdugo y si esto tampoco les sirve, empieza a entrar al tema del juez. Siempre encuentran el modo de hacer pasar mal a las personas, buscan culpabilizar o meter en cuadros de ansiedad a los demás.

Son egocéntricos, necesitan que todo gire alrededor de ellos, ser el centro de atención y están dispuestos a hacer lo que sea con tal de llamar que así sea y creen que todo en su vida es más importante que las personas que tienen junto. Por lo mismo, también son narcisistas, piensan que ellos tienen que ser lo más importante y su nivel de tolerancia a la frustración es prácticamente nulo; desprecian a las personas que consideran por debajo de sí mismos, pero son muy aduladores con los que están por encima, expone la especialista.

Ellos definitivamente no saben trabajar en equipo, siempre creen que tienen las mejores ideas, los mejores proyectos y cuando algo les sale mal dicen: “es porque tú no leíste lo que había mandado”, (cuando en realidad nunca lo envió). También son mentirosos, crean divisiones cuando ven que empieza a haber como un ambiente de armonía entre otros, meten cizaña, crean chismes y conflictos, son intrigosos y provocan pleitos entre los demás, asegura.

Estas personas pueden limitar el crecimiento de los demás en el trabajo y en cualquier área, porque como continuamente critican a los demás, son envidiosos; aunque al principio son muy seductores, porque de repente entran con una teoría intelectual muy interesante o pueden llamar la atención con alguna filosofía de vida, pero es pura fanfarronería, añade Machado.

Foto: master1305

CONSECUENCIAS DE SER TÓXICO

Cuando eres una persona con este perfil, la gente se termina por darse cuenta y entonces te aíslan, se crean divisiones, aumenta el tema de la soledad, los demás no te toman en cuenta y tu amargura aumenta como consecuencia de ese aislamiento; no te incluyen en muchos eventos o proyectos o cuando lo hacen es porque el jefe los obliga, indica Jaquelín.

Entonces terminas por aumentar tu victimización y se realenta tu negatividad, porque se cumple la autoprofecía de “yo tenía razón, lo que pasa es que la gente no me entiende”, porque además una persona tóxica se siente superior.

Foto: peoplecreations

CÓMO DARME CUENTA SI SOY ASÍ

Cuando, por ejemplo, durante el día son más los momentos donde yo me manejo desde la víctima, desde el juez, si continuamente critico a los demás, si tengo esa necesidad de juzgarlos, de señalarlos, cuando todo el tiempo hago comentarios mordaces, es uno de los síntomas de que yo soy una persona tóxica, comenta.

Si me siento con un estado continuo de carencia, de vacío, que necesito cubrirlo de alguna forma y me junto con los demás, no para tener una situación de creatividad, sino buscar la crítica y destrucción; si entro en estados de ansiedad o de apatía, si caigo demasiado en el perfil de la víctima, cuando la mayor parte de mis días se vuelven negativos, de crítica, de juicio y busco que la responsabilidad de mis emociones, pensamientos y acciones están fuera de mí y no dentro… entonces estás cayendo en matices de una persona tóxica, afirma Jaquelin.

Foto: wayhomestudio


CÓMO SER UNA PERSONA POSITIVA

Lo opuesto a alguien tóxico es una persona que irradia buena vibra, ligera, que siempre impulsa y trabajar en equipo, crea alianzas, busca que las diferencias entre compañeros de trabajo se conviertan en fortalezas, asume la responsabilidad de sus actos. Es tolerante a la frustración y a la diferencia de opiniones; siempre va a darte una palmada en el hombro y te dará ánimos, pero lo siente realmente de corazón. Tiene una mirada más serena, más brillante… la persona tóxica normalmente no te sostiene la mirada, la evade mucho, expone Jaquelin Machado, profesional de la salud mental.

Es positiva, no solo optimista, porque esta es de memes, frases y cosas así; esta busca siempre la parte creativa de las situaciones laborales que se presenten; cuando hay conflictos o situaciones complicadas en el trabajo es aquel que dice: “vamos a ver de qué manera encontramos una solución”; no busca aventar culpas, cuando la riega lo reconoce y busca corregirlo; pretende no ofender y, cuando por alguna situación lo llega a hacer, busca la disculpa.

Normalmente es una persona humilde, sencilla, alegre, contagia el buen humor, es magnética y con ella sí te gusta estar, con ella dices “me encantaría ser como tú”; brillan, son cascabelitos, andan por todos lados y siempre tienen una palabra de aliento para quienes ve que la está pasando no muy bien.

CONSEJOS PARA DEJAR DE SER TÓXICOS

La especialista aconseja, para dejar atrás esa toxicidad, practicar la autoobservación, ver qué momento de tu vida estás pasando; cuando pases por una situación complicada, observar de alguna forma que los demás no tienen la culpa ni la responsabilidad de eso. También puedes darte cuenta si tienes una tendencia hacia la crítica, la negatividad, a ponerte de víctima cuando las cosas no te salen bien.

Todo este tipo de cuestionamientos requieren una mirada hacia el interior y que realmente seas íntegro y sincero contigo mismo, porque ya sabemos que puedes engañar a todo mundo, pero en el fondo tú sabes perfectamente que hay una incomodidad cuando te avientas un comentario o una acción que está fuera de lugar, no te sientes bien.

Debes aprender a reconocer que la responsabilidad de cómo te sientes, cómo accionas, cómo piensas, es tuya y que, si intentas, con tus propias herramientas, no caer en comportamientos tóxicos, pero no te sale bien y vuelves a lo mismo. Debes observar los patrones de con quién te llevas y por qué te interesa llevarte con esa persona o personas… si a lo mejor sientes que necesitas llevarte con gente que se siente peor que tú para creer que estás bien, eso no es cierto, es un engaño.

Cuando realmente estás en una situación pesada, pues busca ayuda, porque las personas tóxicas tienen un perfil muy complicado. Y si en un momento dado estás en una relación de pareja o laboral con alguien que está incisivamente en un tema de toxicidad y tú te estás volviendo así, si sientes ya mucha incomodidad, es importante buscar ayuda profesional, porque estas situaciones envenenan el alma de manera muy sutil y cuando te das cuenta estás bien en el hoyo. Se requiere mucha observación, sencillez, integridad y honestidad contigo mismo, concluye.

En el trabajo, como en todas las actividades y roles de nuestra vida, te puedes encontrar con todo tipo de personas, aquellas con las que congenias y otras que no; con algunas puedes llegar a entablar relaciones de amistad o simplemente hacer buen equipo para crecer y ser mejor en tu actividad profesional. Por otro lado, existen algunas que podríamos definir como tóxicas, porque no aportan nada positivo a su entorno; pero lo peor es -como cuando tienes mal aliento- que puede darse el caso de que el tóxico seas tú y no te has dado cuenta.

Para poder distinguir cuando nosotros somos quienes están contaminando el entorno, entrevistamos a Jaquelín Machado, psicóloga con especialidad en coaching multidimensional, con diplomado en sexualidad e instructora en desarrollo de conciencia, quien para empezar nos explica que una persona tóxica por lo general tiene un vacío existencial muy profundo y necesita llenarlo a través de protagonizar o llamar la atención.

Foto: diana.grytsku


CARACTERÍSTICAS DE LA PERSONA TÓXICA

Agrega que también se les conoce como depredadores o vampiros emocionales, porque llegan a absorber la energía emocional, física o en muchas situaciones mental de las personas que los rodea y generalmente llegan a infectar los ambientes en donde se desenvuelven y continuamente juzgan, critican, siempre encuentran lo negativo en todo, interrumpen a los demás cuando hablan y les dicen que solo importa su propia opinión, no la de los otros.

Tienden también a hacerse las víctimas, no reconocen sus errores y culpan a otros, no asumen la responsabilidad de sus actos. Si no les funciona la víctima, se ponen como verdugo y si esto tampoco les sirve, empieza a entrar al tema del juez. Siempre encuentran el modo de hacer pasar mal a las personas, buscan culpabilizar o meter en cuadros de ansiedad a los demás.

Son egocéntricos, necesitan que todo gire alrededor de ellos, ser el centro de atención y están dispuestos a hacer lo que sea con tal de llamar que así sea y creen que todo en su vida es más importante que las personas que tienen junto. Por lo mismo, también son narcisistas, piensan que ellos tienen que ser lo más importante y su nivel de tolerancia a la frustración es prácticamente nulo; desprecian a las personas que consideran por debajo de sí mismos, pero son muy aduladores con los que están por encima, expone la especialista.

Ellos definitivamente no saben trabajar en equipo, siempre creen que tienen las mejores ideas, los mejores proyectos y cuando algo les sale mal dicen: “es porque tú no leíste lo que había mandado”, (cuando en realidad nunca lo envió). También son mentirosos, crean divisiones cuando ven que empieza a haber como un ambiente de armonía entre otros, meten cizaña, crean chismes y conflictos, son intrigosos y provocan pleitos entre los demás, asegura.

Estas personas pueden limitar el crecimiento de los demás en el trabajo y en cualquier área, porque como continuamente critican a los demás, son envidiosos; aunque al principio son muy seductores, porque de repente entran con una teoría intelectual muy interesante o pueden llamar la atención con alguna filosofía de vida, pero es pura fanfarronería, añade Machado.

Foto: master1305

CONSECUENCIAS DE SER TÓXICO

Cuando eres una persona con este perfil, la gente se termina por darse cuenta y entonces te aíslan, se crean divisiones, aumenta el tema de la soledad, los demás no te toman en cuenta y tu amargura aumenta como consecuencia de ese aislamiento; no te incluyen en muchos eventos o proyectos o cuando lo hacen es porque el jefe los obliga, indica Jaquelín.

Entonces terminas por aumentar tu victimización y se realenta tu negatividad, porque se cumple la autoprofecía de “yo tenía razón, lo que pasa es que la gente no me entiende”, porque además una persona tóxica se siente superior.

Foto: peoplecreations

CÓMO DARME CUENTA SI SOY ASÍ

Cuando, por ejemplo, durante el día son más los momentos donde yo me manejo desde la víctima, desde el juez, si continuamente critico a los demás, si tengo esa necesidad de juzgarlos, de señalarlos, cuando todo el tiempo hago comentarios mordaces, es uno de los síntomas de que yo soy una persona tóxica, comenta.

Si me siento con un estado continuo de carencia, de vacío, que necesito cubrirlo de alguna forma y me junto con los demás, no para tener una situación de creatividad, sino buscar la crítica y destrucción; si entro en estados de ansiedad o de apatía, si caigo demasiado en el perfil de la víctima, cuando la mayor parte de mis días se vuelven negativos, de crítica, de juicio y busco que la responsabilidad de mis emociones, pensamientos y acciones están fuera de mí y no dentro… entonces estás cayendo en matices de una persona tóxica, afirma Jaquelin.

Foto: wayhomestudio


CÓMO SER UNA PERSONA POSITIVA

Lo opuesto a alguien tóxico es una persona que irradia buena vibra, ligera, que siempre impulsa y trabajar en equipo, crea alianzas, busca que las diferencias entre compañeros de trabajo se conviertan en fortalezas, asume la responsabilidad de sus actos. Es tolerante a la frustración y a la diferencia de opiniones; siempre va a darte una palmada en el hombro y te dará ánimos, pero lo siente realmente de corazón. Tiene una mirada más serena, más brillante… la persona tóxica normalmente no te sostiene la mirada, la evade mucho, expone Jaquelin Machado, profesional de la salud mental.

Es positiva, no solo optimista, porque esta es de memes, frases y cosas así; esta busca siempre la parte creativa de las situaciones laborales que se presenten; cuando hay conflictos o situaciones complicadas en el trabajo es aquel que dice: “vamos a ver de qué manera encontramos una solución”; no busca aventar culpas, cuando la riega lo reconoce y busca corregirlo; pretende no ofender y, cuando por alguna situación lo llega a hacer, busca la disculpa.

Normalmente es una persona humilde, sencilla, alegre, contagia el buen humor, es magnética y con ella sí te gusta estar, con ella dices “me encantaría ser como tú”; brillan, son cascabelitos, andan por todos lados y siempre tienen una palabra de aliento para quienes ve que la está pasando no muy bien.

CONSEJOS PARA DEJAR DE SER TÓXICOS

La especialista aconseja, para dejar atrás esa toxicidad, practicar la autoobservación, ver qué momento de tu vida estás pasando; cuando pases por una situación complicada, observar de alguna forma que los demás no tienen la culpa ni la responsabilidad de eso. También puedes darte cuenta si tienes una tendencia hacia la crítica, la negatividad, a ponerte de víctima cuando las cosas no te salen bien.

Todo este tipo de cuestionamientos requieren una mirada hacia el interior y que realmente seas íntegro y sincero contigo mismo, porque ya sabemos que puedes engañar a todo mundo, pero en el fondo tú sabes perfectamente que hay una incomodidad cuando te avientas un comentario o una acción que está fuera de lugar, no te sientes bien.

Debes aprender a reconocer que la responsabilidad de cómo te sientes, cómo accionas, cómo piensas, es tuya y que, si intentas, con tus propias herramientas, no caer en comportamientos tóxicos, pero no te sale bien y vuelves a lo mismo. Debes observar los patrones de con quién te llevas y por qué te interesa llevarte con esa persona o personas… si a lo mejor sientes que necesitas llevarte con gente que se siente peor que tú para creer que estás bien, eso no es cierto, es un engaño.

Cuando realmente estás en una situación pesada, pues busca ayuda, porque las personas tóxicas tienen un perfil muy complicado. Y si en un momento dado estás en una relación de pareja o laboral con alguien que está incisivamente en un tema de toxicidad y tú te estás volviendo así, si sientes ya mucha incomodidad, es importante buscar ayuda profesional, porque estas situaciones envenenan el alma de manera muy sutil y cuando te das cuenta estás bien en el hoyo. Se requiere mucha observación, sencillez, integridad y honestidad contigo mismo, concluye.

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