Hola queridos lectores gracias nuevamente por abrirme las puertas de sus hogares, su servidor Eduardo Zamora, como cada domingo, presentándoles una breve historia de nuestra Puebla angelical, en esta ocasión decidí nombrar esta nota haciendo mención de un popular refrán de los muchos que seguramente mencionaban nuestros padres y abuelos: “Al mejor cazador se le escapa una liebre”, una manera muy coloquial de recordarnos que no porque seas un experto en la materia, eres infalible; siempre se te olvidará algo o cometerás un error o un descuido, siempre, ley de la vida.
Esto lo menciono porque de manera accidental descubrí que el libro del afamado germano poblano Hugo Leigtch, “Las Calles de Puebla”, tiene un error; así es, como diría el mismito Ripley, aunque usted no lo crea.
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Antes de comenzar quiero advertir, queridos lectores, que no es mi intención hacer mofa o sensacionalismo por este detalle, ni mucho menos demeritar la obra de este gran germano-poblano que, sin ningún interés, más que el amor por la ciudad que lo cobijó, se dedicó en cuerpo y alma a escribir esta gran obra de consulta.
Hace algunos meses escribí una crónica acerca de una mansión doble localizada en la avenida reforma, las números 534 y 536, la cual titulé, “Las mansiones mellizas” y en el texto de Hugo Leigtch menciona este tramo de la Avenida Reforma como la “Calle de Miradores”, indicando que esta mansión perteneció a Margarita Rascón de la Hedesa, y claramente dice: “la casa junto a la esquina de la c. 7 norte 1, cuyos herederos dividieron en dos mitades” (sic), pero la única casa dividida así son las actuales 534 y 536, existiendo dos solares al poniente, no mencionados en el libro, los números 538 y 540.
Por el lado de la 7 norte, según la nomenclatura antigua, “Calle de la Estampa”, llamada así porque existió un nicho sobre la fachada de la segunda casa sobre la vía pública y donde existió por muchos años una imagen religiosa, a cargo de los frailes dominicos, quienes construyeron casi todos los inmuebles de esta manzana, entre ellos el colegio de San Ildefonso y la Casa hospicio para niños. Estos nichos existían en muchas fachadas poblanas, donde se tenía por tradición colocar una imagen, pues así existió uno sobre la actual 7 Norte entre Reforma y la 2 Poniente.
El libro de Hugo Leigtch indica que del lado oriente de la calle no existían inmuebles, solamente solares, según reza el texto citado: “casas no había en la acera oriente” (sic).
Ahora viene el motivo de esta nota, hace días tuve la oportunidad de visitar otra gran hemeroteca poblana, en la colonia Santa María, sitio donde existen periódicos poblanos desde 1924 y en una de mis visitas me encontré con la publicidad de un hotel pronto a inaugurarse, el hotel Miradores, citando el texto avenida Reforma 540; si tomamos en cuenta que Hugo Leigtch escribió su libro en 1931, como es que este hotel se inaugura en junio de 1926, edificio que por cierto tiene inscrita la fecha de su construcción: 1904.
Recuerden que el libro “Las Calles de Puebla” menciona como solares toda la acera oriente de la 7 Norte, e incluso menciona como última casa sobre Reforma las actuales 534 y 536. Y es aquí donde me asalta la duda, ¿omisión, error, olvido, descuido?, nunca lo sabremos, las únicas que saben la verdad son nuestras calles poblanas, pero esto de ninguna manera demerita la labor de este gran germano-poblano, al que le debemos mucho, desde una avenida con su nombre, hasta un parque público con una estatua de su persona, gracias Don Hugo Leigtch.
Soy el Barón rojo y nos leeremos la próxima semana.
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