Hola queridos lectores, gracias por recibirme en la calidad y la calidez de sus hogares, parece increíble, pero ya estamos a la mitad del primer mes de este nuevecito 2019, lo que nos indica que este año se va a ir rapidito, ¿o será que los que nos vamos a ir rapidito somos nosotros?, ¡aaay nanita! pero bueno, Dios nos dará vida para seguir dando lata en este planeta.
En esta ocasión queridos lectores, les voy a mostrar una colección muy rara, y además muy especial, una colección de calendarios de la ciudad de Puebla, de la segunda mitad del siglo XIX, aproximadamente de la época de Maximiliano, Juárez y el principio de la época porfiriana.
Estos calendarios -para esas épocas no se les llamaba así, sino almanaques, esto es, pequeños libritos de bolsillo- eran de aproximadamente 50 a 60 hojas, de un tamaño de entre 2 y 4 pulgadas, los más pequeños y de entre 4 y 6 pulgadas los más grandes, menciono medidas inglesas porque el sistema métrico decimal no fue adoptado totalmente por la población sino hasta después de la revolución, además de que toda la maquinaria de tipografía que se importó al país era en su mayoría de origen norteamericano.
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Todos estos almanaques reunían en su reducido número de páginas toda una serie de datos que el editor consideraba que eran de interés para el público, muy pocos de ellos se vendían, la mayoría se obsequiaban, desde luego, con una gran cantidad de anuncios de productos de la época, desde zapaterías, librerías, droguerías, hasta corseterías; muchos de ellos ya tenían grandes anunciantes, como las compañías ferroviarias, con el calendario y horarios de sus corridas, grandes almacenes como la afamada ciudad de México, en la antigua calle de mercaderes, actualmente la 2 Norte, sombrererías, reboserías, hasta cientos de negocios familiares, como tiendas de telas, mercerías, carnicerías, y todo tipo de pequeñas empresas.
Entre los editores más famosos de la época juarista en Puebla estaba la casa editora de don Ignacio Cumplido, cuyos almanaques eran los más completos de la época, pues ya incluían el itinerario de buques de carga y pasajeros que arribaban al puerto de Veracruz, información mucho muy valiosa para los primeros exportadores mexicanos, y para planear el viaje a la Madre Patria por parte de la gran colonia española residente en Puebla.
Además no podía faltar en los almanaques el horario de misas en todas las iglesias de la ciudad, las fiestas patronales, los días de guardar, la Semana Santa, entre otras, ¡ah!.. sin olvidar el calendario de fiestas en todas las comunidades aledañas a la ciudad.
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Todas estas pequeñas literaturas forman parte de la colección de la hemeroteca Juan N. Troncoso, anexa a la biblioteca José María Lafragua, localizada en el edificio Carolino de esta ciudad.
Querido lector, en un tiempo que te des para caminar por el centro de nuestra ciudad no dejes de visitar esta pequeña pero hermosa colección de almanaques, y además, para admirar la belleza que envuelve este gran recinto de nuestra Puebla colonial, la hermosa biblioteca Lafragua de la BUAP, es un orgullo el ver que la universidad administra correctamente el dinero de los contribuyentes, invirtiéndolo en la conservación de estos bellos inmuebles, patrimonio de todos los poblanos.
Agradezco ampliamemte a la señora Faustina, colaboradora de la universidad, la amabilidad prestada a su servidor durante la visita a este recinto.
Soy Jorge Eduardo Zamora Martínez, agradezco el favor de tu atención, mi correo a su disposición profelalo2002@hotmail.com, mis páginas Eduardo Zamora Martínez y Lalo Zamora, WhatsApp: 2212532690, y Twitter @elbaronrojo62, se despide de ustedes su amigo El Barón Rojo. Hasta la próxima.
