/ martes 2 de abril de 2019

La ciudad sagrada de Varanasi (parte | DESCUBRIENDO… INDIA

“Benarés es más antigua que la Historia, más antigua que las tradiciones, más vieja incluso que las leyendas”: Mark Twain 

Hola compañeros lectores, ¿cómo están? Espero que estén disfrutando los relatos del gran viaje que hice con mis amigos a la India, en esta cuarta parte les hablaré de Varanasi, una de las ciudades más emblemáticas de la India y la que más ganas tenía de conocer. En verdad me sobrepasó en todos los sentidos, física y mentalmente me agotó.

Tuvimos que tomar el tren de Nueva Delhi hacia Varanasi, tomamos el de la noche para llegar por la mañana del día siguiente. Afortunadamente encontramos camarote en 2ª clase para 4 pasajeros; para llegar a la estación del tren es una odisea, tukus tukus por las calles, mucha gente tratando de sorprenderte vendiendo boletos falsos y todo muy caótico.

Foto: Paco Noriega

La estación es vieja, sucia y en condiciones regulares. La cantidad de gente es impresionante por todos lados, parece hormiguero. Mi sorpresa fue enorme cuando vi nuestro tren y observé la cantidad de gente que había en los vagones de 3ª clase, exactamente igual que en las películas, hasta en el techo se trepan; sentí pena por ellos, pero así están acostumbrados.

Jaime y yo llegamos a nuestro camarote y nos instalamos cómodamente en nuestras camas, junto a nosotros iba una pareja de jóvenes esposos con una bebita de 1 año de nacida, pensé que iba a dar lata en el viaje, pero no fue así. Eran muy amables y abiertos, me permitieron cargar a su bebita que estaba muy linda, sentí mucho gusto de haberlo hecho, compartimos alimentos y les invité un chai y nos fuimos a dormir.

Foto: Paco Noriega

Finalmente, después de haber dormido perfectamente bien, llegamos a Varanasi. Nos dirigimos al hotel a dejar el poco equipaje que llevábamos y nos fuimos a recorrer la ciudad a la orilla del gran río Ganges.

Varanasi es una ciudad sagrada del hinduismo y el budismo principalmente, según el hinduismo, todo aquel que muera en Benarés (Varanasi) queda libre de las reencarnaciones, los baños en el río Ganges son purificadores de pecados y todo hinduista debe de visitarla por lo menos una vez en su vida.

Foto: Paco Noriega

El principal destino de los peregrinos que visitan la ciudad son los ghats, las escaleras de piedra que descienden hasta el Ganges. Al amanecer se puede ver a hombres y mujeres realizando sus baños purificadores en el río, a la vez que rinden tributo al dios del Sol, Surya. Cada una de estas escalinatas, construidas en el siglo XVIII, tiene un nombre y una función especial. Los ghats de Mani Karnika y Harischandra son los crematorios principales. En el ghat de Pancha Ganga se cree que convergen cinco ríos sagrados. En total, la ciudad cuenta con más de 100 ghats.

DESAGRADABLE SORPRESA

Ese mismo día, en la mañana que salimos a caminar, sin darnos cuenta llegamos a un pequeño crematorio. Yo estaba sacando fotos y ni cuenta me di, mi amigo Jaime sí se percató, le dio un poco de asco y se alejó del lugar.

Foto: Paco Noriega

Yo estaba fotografiando las “fogatas” cuando se me acercó un señor y me empezó a gritar, yo no entendía nada, luego se acercó otro y también algo me decía, su olor era espantoso y al voltear la cabeza vi una persona en el piso, deforme y con el ojo de fuera. El olor a cuerpos quemados me llegó en ese instante y me apresuré a salir de esa orilla del río inmediatamente. No podía con el asco y durante algunos segundos estuve a punto de vomitar, fue un momento bastante intenso.

A lo lejos vi que Jaime iba caminando, me apresuré a alcanzarlo y me dijo: “¡¡está re pinche esto!!, vamos por una chela”, no había ni terminado de decir chela y yo le decía que sí.

Foto: Paco Noriega

Resultó curioso que a orillas del río no venden bebidas alcohólicas peeeeero, como en cualquier lado, encontramos un pequeño depósito clandestino en un sitio parecido a un sótano, a las orillas del río. Ahí encontramos mucha gente que se tomaba rápido su cerveza e inmediatamente se iba, nada más que nosotros nos quedamos ahí por unas 5 más, ja, ja, ja, ja.

Después fuimos a la Universidad pública de Varanasi, la más grande de Asia, ahí tuve la oportunidad de platicar con un profesor y me contó que India es la 4ª potencia económica del mundo, esto gracias a la agronomía, tecnología, químicos y armamento. También me dijo que Varanasi es un gran centro cultural en donde salen muchos músicos y escritores y que obviamente es el centro religioso más importante.

Foto: Paco Noriega

EL FESTIVAL DEL FUEGO

Por la noche en una lanchita fuimos hacia unos de los ghats más importantes en donde realizan las ceremonias. Todas las lanchas se juntan en la orilla y desde ahí se observa a los sacerdotes haciendo cantos y bailes al dios del fuego, todas las escaleras están llenas de gente que observa la ceremonia. El momento cumbre es cuando entre toda la gente se reparte el fuego en pequeñas velitas, para depositarlas en el río hasta que desaparecen con la corriente.

A la mañana siguiente desperté a Jaime para ir a ver el amanecer, obvio me dijo que no y se quedó en el hotel; estábamos muertos, pero yo no iba a dejar pasar esa oportunidad, así que llegué al río, tomé una lancha y fui a verlo.

Foto: Paco Noriega

Me impresionó ver la cantidad de budistas, jainistas e hinduistas que salen a hacer oraciones al sol y a Ganga, todos hacen alabanzas y poco a poco se meten al río a bañar. Debo decir que el Ganges está sumamente contaminado. Mientras navegaba por el río pude ver el gran crematorio y nos dirigimos hacia ahí.

Es verdaderamente impresionante, parece una gran iglesia y ahí al aire libre están quemando a los muertitos. Al bajarme de la lancha y acercarme, pude platicar con una de las personas encargadas y me explicó cómo es el ritual.

Foto: Paco Noriega

En primer lugar, preparan a los difuntos con flores, ropas y esencias para bañarlos en el río algunos minutos, para después ponerlos en las hogueras hasta convertirse en cenizas. Según la casta del difunto, será la madera que usen; si esta es mayor, se hará una fogata con maderas finas para que dure mucho tiempo el fuego y sea lenta la cremación; por el contrario, si la casta es menor, pondrán bambú para hacer el fuego intenso y el cuerpo se creme más rápido. Una vez que los cuerpos se hacen cenizas, las entregan a los familiares y las depositan en el río.

Muchas lanchas con turistas se acercan a este crematorio para presenciar el ritual. Me sorprendió ver a muchas personas mayores, principalmente indios y ahí me explicaron que lo mejor que te puede pasar es morir en Varanasi, para quedar perfectamente puro.

Foto: Paco Noriega

MI PASEO POR EL GANGES

Fue verdaderamente enriquecedor, le pagué unas rupias extras al lanchero para que navegáramos más tiempo y así lo hicimos, hasta casi medio día. Desembarcamos para comer en un pequeño ghat y me sorprendí al ver que el lugar estaba lleno de personas deformes: había gente sin brazos, sin piernas, diferentes malformaciones, que en verdad me hicieron huir. No comprendí esas escenas, aunque más tarde reflexionando y por lo que vi ese mes en la India, pude sacar mis propias conclusiones de eso, que en verdad era muy grotesco.

Por las noches los callejoncitos (son muy pequeños y parecen laberintos) dan la sensación de ser inseguros y pensé por momentos que me iban a matar ahí, pero en verdad es de lo más seguro y siempre estuve con una sensación increíblemente extraña, llena de satisfacción.

Foto: Paco Noriega

Los días que estuvimos en Varanasi fueron muy raros, había veces en que quería salir corriendo, pero otras me asombraba de más y me incitaba a investigar mas allá de lo que veía.

Sin duda Varanasi me la quedo en el corazón, es muy intensa a pesar de ser una ciudad caótica, dura, incomoda, sucia, en desorden, con ruido, calor, nauseabunda y grotesca. Comprendí muchas cosas, una de ellas, muy resumida, fue que la mayoría de las religiones hablan de amar a Dios, ser buenos en este mundo para nosotros y con nuestro prójimo para, en algún momento, llegar al cielo. Sí, Varanasi me sacó varias veces las lágrimas, igual ahora que estoy recordando y terminando este relato.

paco_noriega2001@yahoo.com

Foto: Paco Noriega

Hola compañeros lectores, ¿cómo están? Espero que estén disfrutando los relatos del gran viaje que hice con mis amigos a la India, en esta cuarta parte les hablaré de Varanasi, una de las ciudades más emblemáticas de la India y la que más ganas tenía de conocer. En verdad me sobrepasó en todos los sentidos, física y mentalmente me agotó.

Tuvimos que tomar el tren de Nueva Delhi hacia Varanasi, tomamos el de la noche para llegar por la mañana del día siguiente. Afortunadamente encontramos camarote en 2ª clase para 4 pasajeros; para llegar a la estación del tren es una odisea, tukus tukus por las calles, mucha gente tratando de sorprenderte vendiendo boletos falsos y todo muy caótico.

Foto: Paco Noriega

La estación es vieja, sucia y en condiciones regulares. La cantidad de gente es impresionante por todos lados, parece hormiguero. Mi sorpresa fue enorme cuando vi nuestro tren y observé la cantidad de gente que había en los vagones de 3ª clase, exactamente igual que en las películas, hasta en el techo se trepan; sentí pena por ellos, pero así están acostumbrados.

Jaime y yo llegamos a nuestro camarote y nos instalamos cómodamente en nuestras camas, junto a nosotros iba una pareja de jóvenes esposos con una bebita de 1 año de nacida, pensé que iba a dar lata en el viaje, pero no fue así. Eran muy amables y abiertos, me permitieron cargar a su bebita que estaba muy linda, sentí mucho gusto de haberlo hecho, compartimos alimentos y les invité un chai y nos fuimos a dormir.

Foto: Paco Noriega

Finalmente, después de haber dormido perfectamente bien, llegamos a Varanasi. Nos dirigimos al hotel a dejar el poco equipaje que llevábamos y nos fuimos a recorrer la ciudad a la orilla del gran río Ganges.

Varanasi es una ciudad sagrada del hinduismo y el budismo principalmente, según el hinduismo, todo aquel que muera en Benarés (Varanasi) queda libre de las reencarnaciones, los baños en el río Ganges son purificadores de pecados y todo hinduista debe de visitarla por lo menos una vez en su vida.

Foto: Paco Noriega

El principal destino de los peregrinos que visitan la ciudad son los ghats, las escaleras de piedra que descienden hasta el Ganges. Al amanecer se puede ver a hombres y mujeres realizando sus baños purificadores en el río, a la vez que rinden tributo al dios del Sol, Surya. Cada una de estas escalinatas, construidas en el siglo XVIII, tiene un nombre y una función especial. Los ghats de Mani Karnika y Harischandra son los crematorios principales. En el ghat de Pancha Ganga se cree que convergen cinco ríos sagrados. En total, la ciudad cuenta con más de 100 ghats.

DESAGRADABLE SORPRESA

Ese mismo día, en la mañana que salimos a caminar, sin darnos cuenta llegamos a un pequeño crematorio. Yo estaba sacando fotos y ni cuenta me di, mi amigo Jaime sí se percató, le dio un poco de asco y se alejó del lugar.

Foto: Paco Noriega

Yo estaba fotografiando las “fogatas” cuando se me acercó un señor y me empezó a gritar, yo no entendía nada, luego se acercó otro y también algo me decía, su olor era espantoso y al voltear la cabeza vi una persona en el piso, deforme y con el ojo de fuera. El olor a cuerpos quemados me llegó en ese instante y me apresuré a salir de esa orilla del río inmediatamente. No podía con el asco y durante algunos segundos estuve a punto de vomitar, fue un momento bastante intenso.

A lo lejos vi que Jaime iba caminando, me apresuré a alcanzarlo y me dijo: “¡¡está re pinche esto!!, vamos por una chela”, no había ni terminado de decir chela y yo le decía que sí.

Foto: Paco Noriega

Resultó curioso que a orillas del río no venden bebidas alcohólicas peeeeero, como en cualquier lado, encontramos un pequeño depósito clandestino en un sitio parecido a un sótano, a las orillas del río. Ahí encontramos mucha gente que se tomaba rápido su cerveza e inmediatamente se iba, nada más que nosotros nos quedamos ahí por unas 5 más, ja, ja, ja, ja.

Después fuimos a la Universidad pública de Varanasi, la más grande de Asia, ahí tuve la oportunidad de platicar con un profesor y me contó que India es la 4ª potencia económica del mundo, esto gracias a la agronomía, tecnología, químicos y armamento. También me dijo que Varanasi es un gran centro cultural en donde salen muchos músicos y escritores y que obviamente es el centro religioso más importante.

Foto: Paco Noriega

EL FESTIVAL DEL FUEGO

Por la noche en una lanchita fuimos hacia unos de los ghats más importantes en donde realizan las ceremonias. Todas las lanchas se juntan en la orilla y desde ahí se observa a los sacerdotes haciendo cantos y bailes al dios del fuego, todas las escaleras están llenas de gente que observa la ceremonia. El momento cumbre es cuando entre toda la gente se reparte el fuego en pequeñas velitas, para depositarlas en el río hasta que desaparecen con la corriente.

A la mañana siguiente desperté a Jaime para ir a ver el amanecer, obvio me dijo que no y se quedó en el hotel; estábamos muertos, pero yo no iba a dejar pasar esa oportunidad, así que llegué al río, tomé una lancha y fui a verlo.

Foto: Paco Noriega

Me impresionó ver la cantidad de budistas, jainistas e hinduistas que salen a hacer oraciones al sol y a Ganga, todos hacen alabanzas y poco a poco se meten al río a bañar. Debo decir que el Ganges está sumamente contaminado. Mientras navegaba por el río pude ver el gran crematorio y nos dirigimos hacia ahí.

Es verdaderamente impresionante, parece una gran iglesia y ahí al aire libre están quemando a los muertitos. Al bajarme de la lancha y acercarme, pude platicar con una de las personas encargadas y me explicó cómo es el ritual.

Foto: Paco Noriega

En primer lugar, preparan a los difuntos con flores, ropas y esencias para bañarlos en el río algunos minutos, para después ponerlos en las hogueras hasta convertirse en cenizas. Según la casta del difunto, será la madera que usen; si esta es mayor, se hará una fogata con maderas finas para que dure mucho tiempo el fuego y sea lenta la cremación; por el contrario, si la casta es menor, pondrán bambú para hacer el fuego intenso y el cuerpo se creme más rápido. Una vez que los cuerpos se hacen cenizas, las entregan a los familiares y las depositan en el río.

Muchas lanchas con turistas se acercan a este crematorio para presenciar el ritual. Me sorprendió ver a muchas personas mayores, principalmente indios y ahí me explicaron que lo mejor que te puede pasar es morir en Varanasi, para quedar perfectamente puro.

Foto: Paco Noriega

MI PASEO POR EL GANGES

Fue verdaderamente enriquecedor, le pagué unas rupias extras al lanchero para que navegáramos más tiempo y así lo hicimos, hasta casi medio día. Desembarcamos para comer en un pequeño ghat y me sorprendí al ver que el lugar estaba lleno de personas deformes: había gente sin brazos, sin piernas, diferentes malformaciones, que en verdad me hicieron huir. No comprendí esas escenas, aunque más tarde reflexionando y por lo que vi ese mes en la India, pude sacar mis propias conclusiones de eso, que en verdad era muy grotesco.

Por las noches los callejoncitos (son muy pequeños y parecen laberintos) dan la sensación de ser inseguros y pensé por momentos que me iban a matar ahí, pero en verdad es de lo más seguro y siempre estuve con una sensación increíblemente extraña, llena de satisfacción.

Foto: Paco Noriega

Los días que estuvimos en Varanasi fueron muy raros, había veces en que quería salir corriendo, pero otras me asombraba de más y me incitaba a investigar mas allá de lo que veía.

Sin duda Varanasi me la quedo en el corazón, es muy intensa a pesar de ser una ciudad caótica, dura, incomoda, sucia, en desorden, con ruido, calor, nauseabunda y grotesca. Comprendí muchas cosas, una de ellas, muy resumida, fue que la mayoría de las religiones hablan de amar a Dios, ser buenos en este mundo para nosotros y con nuestro prójimo para, en algún momento, llegar al cielo. Sí, Varanasi me sacó varias veces las lágrimas, igual ahora que estoy recordando y terminando este relato.

paco_noriega2001@yahoo.com

Foto: Paco Noriega

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