Chirridos y sonidos inexplicables, ánimas en pena, presencias fantasmales y muñecas embrujadas, son experiencias fuera de lo normal que a cualquiera le ponen los pelos de punta.
Muchos son los que dicen haber tenido la inquietante sensación de hormigueo de que alguien o algo los está observando, sucesos que escapan de cualquier lógica y que han tenido lugar en las grandes capitales del país.
Si en vísperas de Halloween vas a andar por estos lugares ¡atrévete a conocerlos!
EL NIÑO DEL CEMENTERIO DE GUADALAJARA
El Panteón de Belén ya no está en funcionamiento, pero aún resguarda los restos de tapatíos y personajes ilustres. Ofrece recorridos nocturnos, solo para valientes, porque la verdad no hay muchos que se atrevan a aventurarse a media noche entre las tumbas.
En torno a él existen muchas historias de terror y una de ellas es la del infante Ignacio Torres Altamirano, mejor conocido como Nachito. En vida, el niño le tenía un pánico fuera de lo común a la oscuridad y a los lugares cerrados, por lo que siempre dormía con la luz encendida y las ventas abiertas.
Tristemente el niño murió a los cinco años de edad. Al poco tiempo de ser sepultado, ocurrió un extraño fenómeno que dejó horrorizado al velador: el féretro era hallado constantemente abierto hasta que decidieron colocar el ataúd con vista al sol para que Nachito descansara sin miedo.
Cuando la gente se enteró del fenómeno paranormal, le empezó a dejar juguetes. Los visitantes aseguran haberlo visto correr entre las tumbas además de escuchar su voz y sus risas ¡qué miedo!
ÁNIMAS EN EL MUSEO DE CUERNAVACA
Justo frente a la Catedral de Cuernavaca se encuentra el Museo de la Ciudad, erguido en 1886. El primer uso que se le dio fue como casa de una congregación de religiosos con votos de pobreza. Después como Palacio de Gobierno fue testigo de las atrocidades de la Revolución.
Dicen que, en esa época, la parte de abajo del recinto se utilizó como SEMEFO y los cadáveres eran apilados ahí. También dicen que fue casa de enfermos mentales por un tiempo.
A pesar de que con los años se han modificado el color de sus paredes, y sus salas y corredores han sido decorados con obras de arte, la carga energética que guarda es mucha.
Los trabajadores del recinto aseguran que por las noches se escuchan chirridos y sonidos inexplicables. También dicen que se escuchan gritos desgarradores de dolor que frecuentemente son acompañados por un fuerte viento y manifestaciones de presencias del más allá en las que se abren la puertas o ventanas…. A lo mejor y por eso el área donde está ubicado el edificio es conocido como el triángulo de los espantos ¿no crees?
LA PLANCHADA DEL NOSOCOMIO EN CDMX
Una de las historias más espeluznantes que hay de un hospital en la Ciudad de México, es la del Hospital Juárez que es una de las primeras construcciones de la Colonia, ubicado en Jesús María y Fray Servando Teresa de Mier en el centro histórico.
Lo que la gente dice es que por las noches los pasillos del hospital son recorridos por el fantasma de la enfermera Eulalia, mejor conocida como “La Planchada”, por el hecho de que siempre estaba muy limpia, arreglada y con el uniforme impecable.
Cuenta la leyenda que La Planchada sufrió un desengaño por culpa de un médico del hospital que la enamoró, ella se deprimió mucho, enfermó y murió ahí mismo.
Dicen que ahora su espíritu vaga por todo el complejo y los pacientes han asegurado verla y ser atendidos por ella. Incluso hay enfermeras que dicen que cuando se han quedado dormidas sin hacer la ronda a los enfermos alguien les da un golpe en la cabeza para que despierten y continúen con sus labores ¡que susto!
LA TÉTRICA ISLA DE XOCHIMILCO
Cuenta la historia que mediados de los 70 llegó a vivir ahí un tipo humilde y retraído llamado Julián Santana.
Un día una joven se ahogó cerca de su chinampa y el sitio fue marcado con una cruz, pero el espíritu de la difunta se negó a abandonar el lugar ya que él aseguraba que lo visitaba de noche. Empezó a escuchar voces, pasos y lamentos de mujer, entonces fue que se le ocurrió protegerse con muñecas desmembradas y decapitadas para, según él, “espantar a los espantos”; y siempre que regresaba de pescar decía que una sirena se lo quería llevar.
Un día del año 2001, Julián calló víctima de una insuficiencia cardíaca mientras pescaba en el mismo lugar que vaticino que algún día la sirena lo iría a buscar.
Su leyenda se hizo popular por lo tétrico que resulta ver todas esas muñecas colgadas en la isla. Una de ellas era “la moneca”, que dicen que era su favorita, fue bautizada Agustinita porque fue hallada el día de San Agustín. Ahora los visitantes le piden deseos y le hacen ofrendas porque la consideran milagrosa ¿escalofriante verdad?