Somos todos, absolutamente, seres sexuales, y el hecho de que las manifestaciones de la sexualidad sean infinitamente variables, cíclicas y con intensidades diferentes, no quiere decir que no se tenga. Tu sexualidad la manifiestas desde el momento en que naces por el simple hecho de venir de madre y padre, conforme vas creciendo esta va creciendo contigo.
Cuando eras un bebé mirabas con placer y éxtasis la vida a través de tu madre y tu padre o al escuchar el canto de un pájaro, disfrutabas los rayos del sol, las caricias y el abrazo de los seres cercanos a ti, no se malinterprete esta información.
La sexualidad es la vida misma, solo que se le ha reducido a un acto físico de procreación, al desahogo de pulsiones instintivas, a la liberación de fantasías con diferentes toques de erotismo, a comportamientos condicionados determinados de conformidad al género, la edad, la cultura, la educación o el nivel económico.
Cuando fuiste un bebé que llegó al mundo, no importan las circunstancias, llegaste porque eras deseado(a) por el Universo y por ello naciste con la magia de la vida. Partiendo de ahí, disfrutaste el ser acariciada(o) y besado(a) lo mismo al sentir el sol que calentó tu piel, el aire que la rozó y muchas cosas, te maravillaste al escuchar los sonidos de la vida, eras la representación digna de la vida en forma de bebé; esta situación es absolutamente incluyente a todos los seres humanos.
Empezaste a crecer y tu sexualidad, con todo y tu historia, creció contigo; es aquí donde se establecieron las “diferencias entre unos y otros”. Aprendiste a hablar y a pedir lo que necesitabas, para ti era muy natural acariciar tu cuerpo, ya que intrínsecamente sabías que es maravilloso, en forma innata te vivías sensual (entiéndase por sensualidad la manifestación de amor con sus dos polos, el positivo y el negativo).
Más adelante descubriste que, si te acariciabas en determinadas zonas de tu cuerpo, las sensaciones que sentiste eran diferentes y te provocaron diversas respuestas, todas naturales por supuesto. Tu piel entera, desde el cuero cabelludo hasta el dedo pequeño de tus pies, está plena y absolutamente viva, siente, vibra y desea, en forma natural, ser acariciada, cuidada, protegida.
Todo ello tiene implícita la connotación sexual; no estoy hablando ahora del erotismo que forma parte de la sexualidad. Bien, a medida que seguiste creciendo y te seguiste relacionando, primero contigo, te convertiste en un(a) precioso(a) niño(a); te gustaba mirarte al espejo, te gustaba verte bien, te gustaba coquetear contigo, te agradaba tu mirada, tu cabello, tus labios, tus manos, tus piernas. Todo seguía siendo natural y maravilloso.
¿Por qué menciono tanto la palabra “natural” ?, pues porque se ha perdido la naturalidad en la sexualidad y es importante recuperarla. Cuando tienes alrededor de los 7 a 12 años empiezan a activarse en forma natural tus hormonas sexuales y empiezas a disfrutar de ti misma(o) en formas más variables, pues te empiezan a llamar la atención los seres humanos del sexo opuesto, el sentir de tu piel se empieza a activar en un plano digámoslo suavemente erótico y sensual, tus emociones juegan aquí ya un papel muy trascendental, empiezas a notar que te gustan cierto tipo de niños(as) pues sólo estos provocan revoloteo en el estómago, sensaciones nuevas y agradables de deseo.
Empieza suavemente la etapa del fetichismo, entendiendo en este espacio el fetichismo a los objetos tales como peluches, helados, flores, dibujos, pulseras y adornos en general, que buscas para aquellas personitas especiales y para ti mismo(a). Empiezas a establecer tu identidad sexual conociendo, explorando y decidiendo todo aquello que te agrada y te hace sentir bien, y desechando lo demás.
Notarás que vives el gusto, el placer, el deseo, la sensualidad, el erotismo, el fetichismo, la admiración, la belleza, la alegría de sentir, la maravilla de observar cómo tu cuerpo se transforma y se desarrolla en silencio, constantemente, en forma misteriosa, cuidando cada detalle y obedeciendo respetuosamente a tus pensamientos respecto a su forma, color, textura, tamaño.
Sabes que eres único(a) y eso está bien… ¿Cuál es la vía hacia el éxtasis?: la AUTENTICIDAD.
- *Teléfono/WhatsApp: 2226171475
- FB: “Sexualidad Mágica, Perfil Índigo y desarrollo de consciencia”
- E-mail: c-ha-p@hotmail.com
