Skipper es un cachorro schnauzer que recibió este día -junto con otros perritos- su bendición en la iglesia de San Antonio Abad, santo patrono de los animales domésticos a quien justamente se le celebra este día.
La presencia de cachorros, gatos y aves, fue la que predominó durante la tradicional bendición que se celebra cada 17 de enero en todo el país, esto, con el fin de cuidar la salud de las mascotas que se han convertido en integrantes especiales de las familias.
Alejandro Cabrera Pérez, de la congregación del Oratorio de San Felipe Neri, fue quien encabezó este acto del cual dijo, las personas acuden a la iglesia para darle gracias a Dios por tener alguien que los acompañe.
Recordó que San Antonio Abad era un monje, el padre de la vida monástica, con quien se empezaron a construir los primeros monasterios. Al ser una persona de mucha oración se iba a los cementerios para hacer sus rezos porque sentía que ahí, nadie lo molestaba. Aunque la gente creía que ahí los muertos espantaban, él les quiso demostrar que no espantan, pues estos ya están descansando.
Precisó que, frecuentemente, suelen confundir al santo patrono con San Francisco de Asís, sin embargo, precisó que este era patrono de todos los animales, mientras que San Antonio Abad se enfocó en los animales domésticos porque eran los que lo acompañaban durante sus oraciones.
“San Antonio Abad empezó a interceder por sus animalitos porque también, son creaciones de Dios. Yo considero que se deben respetar, son seres que Dios creo para que hiciera más amenas nuestra vida y que no estuviéramos solos”, consideró.
SKIPPER, EL CONSENTIDO DE LA CASA
Skipper es gruñón. No le gusta que lo acaricie alguien ajeno a la familia. Si ve algún tipo de peligro a su alrededor, ladra con todas sus fuerzas para proteger a su dueña y, aunque parezca ser un perro de “pocas pulgas”, su dueña asegura que con ella es muy noble, juguetón y cariñoso, cualidades que le han valido para convertirse en el consentido de la familia.
Carmen, su dueña, dice que lo recibió en casa desde que era un cachorro y, a nueve años de su llegada, el cariño por él ha ido en incremento, es por ello que año con año lo lleva a bendecir para que no le pase nada y siga junto a ella durante muchos años más.
“Hay que cuidarlos mucho el tiempo que nos los preste Dios. Yo soy muy feliz de tenerlo y siempre me acompaña a todos lados”, compartió.
Así como doña Carmen, alrededor de 500 personas más se dieron cita en la iglesia para escuchar misa y recibir en el atrio la bendición, el listón rojo de protección y la oración a San Antonio Abad.
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