La Antigua Botica La Fe, también conocida como Farmacia La Fe, es un establecimiento emblemático en el centro histórico de Puebla localizado en 3 Norte 1401, entre 14 y 16 Poniente, que ha sido un bastión de la medicina tradicional desde su fundación en 1945. Con más de siete décadas de historia, esta botica ha mantenido viva una tradición de preparación de remedios naturales que han sido parte de la cultura local.
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La fundación de la botica
La botica fue fundada por el doctor Carlos Rivero, un profesional que, aunque poco conocido, dejó una huella en la comunidad. Se dice que el nombre "La Fe" fue elegido por el antiguo propietario debido a su profunda confianza en las fórmulas que preparaba.
Durante los primeros cuarenta años, Rivero se dedicó a atender a sus clientes, muchos de los cuales provenían de la central de autobuses cercana, lo que aseguraba un flujo constante de pacientes en busca de alivio para sus dolencias.
“Antes había muchísima más clientela, a la vuelta se encontraba la central camionera, entonces venía mucha gente de fuera, de otros municipios de Puebla. La gente venía y compraba sus preparados, incluso tenemos un refrigerador donde se vendían refrescos por el calor, las personas venían y se compraban su líquido, ya era algo muy común de aquí”, menciona María Concepción Paredes Sierra, actual encargada del negocio.
Sin embargo, el cercano cierre de la central de autobuses marcó el inicio de un periodo difícil para el negocio. Con la disminución de las ventas, el doctor Rivero consideró la posibilidad de trasladar su botica. Fue en este contexto que, en 1985, Francisco Paredes Leyva, un hombre con una historia personal ligada a la medicina, se interesó en adquirir el establecimiento.
Señor Francisco toma el negocio
Francisco Paredes, aunque no contaba con estudios formales en medicina, había dedicado más de tres décadas a trabajar en laboratorios en la Ciudad de México y Monterrey. Su pasión por ayudar a las personas a sanar lo llevó a buscar una nueva oportunidad en su tierra natal. Tras una cuidadosa reflexión y un periodo de observación en la botica, decidió adquirirla.
Siempre le gustó la medicina, trataba de ayudar a la gente, les recetaba muchas cosas, las personas venían, le decían que le dolía algo y él les decía qué debían de tomar (...) estuvo pensando si compraba el negocio durante dos o tres meses y se terminó convenciendo indica Concepción, hija del señor Francisco.
A pesar de su falta de conocimientos específicos sobre las fórmulas magistrales, Paredes mostró un compromiso por aprender. Estuvo acudiendo a la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) para adquirir los conocimientos necesarios y, con el tiempo, comenzó a desarrollar sus propias fórmulas. Su esfuerzo y dedicación le permitieron no solo mantener la tradición, sino también innovar en el ámbito de los remedios que ofrecía.
Los productos estrella
Desde sus inicios, La Fe ha sido conocida por sus preparados únicos. Entre los más populares se encuentran el "Remedio para la cabeza", diseñado para aliviar a niños y adultos tras caídas; los "Espíritus para tomar para niño", utilizados para curar el "espanto" tras un accidente o un susto; y la famosa "Loción 7 machos", que se dice ayuda a alejar las “malas vibras”. Estos productos, junto con más de otros 80 que incluyen pomadas, aceites y purgas, han sido parte integral de la vida diaria de muchos pobladores.
Es cierto que junto a otras boticas tenemos el mismo nombre de los productos, pero ellos tienen sus fórmulas y yo tengo las mías, a lo mejor su remedio utiliza algunos elementos que yo no o al revés, cada quien preparaba diferente su producto y eso es lo que la gente sabe, por eso van a uno o a otro afirma María.
El compromiso de Francisco con la calidad llevó a la contratación de personal capacitado, asegurando que cada remedio preparado en la botica cumpliera con estándares que brindaran confianza a los clientes.
Sigue intacta
Tras el fallecimiento de Francisco Paredes hace ocho años, la botica ha sido asumida por su hija, María Concepción Paredes Sierra, junto con su esposo, Gustavo Carreto Garzón. María está decidida a preservar la tradición familiar y la herencia de la botica. Su deseo de mantener el legado de su padre es palpable, ya que recuerda con cariño su dedicación y pasión por ayudar a los demás.
Yo no sabía qué hacer, pero no quería dejarla porque mi papá siempre quiso mucho su farmacia, quise continuar con su legado por él. Es de los negocios que ya casi no ves, con productos que son todavía efectivos, es un homenaje a él destaca la hija.
Un aspecto notable de La Fe es su inalterada apariencia. A pesar del paso del tiempo, el establecimiento ha mantenido su diseño original, con el piso, vitrinas y frascos que reflejan la estética de hace 79 años. Francisco había expresado su deseo de que no se realizaran modificaciones, ya que creía que cualquier cambio podría alejar a los clientes, quienes valoran la autenticidad del lugar.
Su clientela de hoy
Hoy en día, La Fe sigue siendo un punto de referencia en Puebla, especialmente para adultos mayores y sus familias, que regresan en busca de los remedios que han conocido toda su vida, “Muchos jóvenes dicen que vienen porque sus abuelitas los traían (...) es gente que aún le tiene fe a estos productos que son naturales y que no tienen nada de químicos, hay personas que se sorprenden que aún existan este tipo de productos y negocios”, agrega Gustavo Carreto.
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En un mundo donde la medicina tradicional a menudo se ve eclipsada por la farmacología moderna, lugares como La Fe recuerdan a la comunidad el valor de los remedios de antaño y la historia que llevan consigo, convirtiéndose en un clásico poblano con casi 80 años de historia.