/ sábado 29 de enero de 2022

Así fue la visita histórica de Juan Pablo II a Puebla en 1979 | Los tiempos idos

Hace 43 años los poblanos recibieron al Papa desbordando júbilo y alegría en una jornada que aún permanece en el recuerdo

Dieciséis kilómetros de valla humana acompañaron a la caravana papal que transportó a Juan Pablo II en su recorrido por la ciudad, el domingo 28 de enero de 1979, cuando visitó la capital poblana, a solo tres meses de haber sido elegido por el cónclave.

Se calculó que fueron millón y medio de personas, entre angelopolitanos, fuereños de los pueblos diocesanos y turismo religioso, las que acompañaron al Santa Padre en su recorrido desde su entrada por la Avenida Hermanos Serdán hasta el Seminario Palafoxiano, donde ofreció una misa para 250 mil poblanos y un discurso con el que inauguró la Tercera Conferencia General Episcopal ante obispos de todo el país y América Latina.

Esta jornada histórica quedó guardada en la memoria y los corazones de los poblanos quienes la recuerdan con gran alegría, pero también marcó al Pontífice, por la fe de nuestro pueblo que se volcó a manifestarle su cariño y por ser Puebla, el primer destino, del primer viaje, del Papa Peregrino, el Papa “Amigo”.

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Millón y medio de personas acompañaron a Juan Pablo II en su recorrido por las calles de la ciudad. En la imagen se aprecia el primer Papamóvil del mundo | Foto: Hemeroteca El Sol de Puebla

CERCANÍA CON EL PAPA

“En 1979, yo era un joven de 24 años de edad que era seminarista (…) Por designación de mis formadores a mí me tocó apoyar al Papa sosteniendo el libro en la celebración eucarística masiva que se realizó en los campos del Seminario Palafoxiano”, expone el padre Andrés Torres Ramírez, Vicario Episcopal de Pastoral en la Arquidiócesis de Puebla, y párroco de Nuestra Señora del Sagrado Corazón de La Paz.

“Esto me permitió tener una cercanía con el recién electo Papa y contemplar un hombre fuerte, muy vigoroso, jovial, que caminaba con mucha firmeza en nuestros pasillos aun rodeado de mucha gente, y muy decidido a lo que iba”, sentencia.

El padre recuerda al Papa afectado por los rayos del sol que recibió en el trayecto de México a Puebla en el Papamóvil, un trayecto que duró varias horas porque la gente hizo valla a lo largo de la carretera. A pesar de ello, asegura que “siempre con una sonrisa muy fresca, una mirada muy transparente”.

Entró a descansar en uno de los cuartos del seminario que se le asignó. Después de un rato salió ya revestido y lo acompañamos en lo que sería la celebración eucarística”, dice.

El Papa muy firme, sereno y a la vez con gestos muy cercanos dirigiéndose a la multitud, pero al mismo tiempo con gestos cálidos y cercanos con sus hermanos obispos, nosotros teníamos que desempeñar nuestra función con toda la formalidad y respeto. Verlo ahí generó una gran emoción, particularmente en mí. Él estaba como si estuviera en casa, saludando y moviéndose con soltura. Fue un momento muy especial”, enfatiza.

Habitación del seminario en la que el Papa descanso por un rato antes de la celebración eucarística | Foto: Hemeroteca El Sol de Puebla

HUMANISMO Y CARISMA

El Papa se quedó para presidir la apertura de la Conferencia General Episcopal en el Seminario Palafoxiano, con un discurso. Estuvo acompañado por Aloísio Lorscheider, obispo de Brasil y por el cardenal Ernesto Corripio Ahumada, arzobispo de México, ambos presidentes del CELAM.

“Después tuvimos oportunidad de compartir con él los alimentos en el seminario (…) Ver al Papa saludando a los obispos en las mesas, muy cercano, incluso alzando su copa y brindando con el vino con todos ellos, manifestó su humanismo. Puedo dar testimonio que ese día se dio un encuentro muy significativo y viví una experiencia que marco mi vida como la de muchos hermanos que en ese momento, adultos, ancianos, jóvenes o niños, pudieron experimentar por la visita del Papa”, asegura.

“Han pasado muchos años y se puede hablar de ´tiempos idos´, pero no es algo que sucedió y se acabó. Ese pasado rico de experiencias es lo que alimenta mi vida personal, la vida de la iglesia y, particularmente, las conclusiones de esa Conferencia General, comúnmente denominado ´Documento Puebla´”, advierte.

Lee esto: Este es el origen del Parque España, templo para el fútbol en Puebla | Los tiempos idos

En la celebración eucarística del seminario el Papa se mostró cercano a la multitud y al mismo tiempo reflejó su espiritualidad | Foto: Hemeroteca El Sol de Puebla

El sacerdote diocesano asegura que el espíritu de Juan Pablo II sigue vivo, no solo en los grandes documentos de la Iglesia Universal sino concretamente en ese ´Documento Puebla´, que dice, el Papa Francisco ha retomado para la realización del próximo Sínodo.

Enfatiza que era la primera vez que venía un Papa a México y eso significó un gran impulso para la vida de fe en nuestras familias, en nuestras iglesias, y marcó profundamente el rumbo de la iglesia en América Latina.

El Papa se fue contento, era muy manifiesta su alegría, su estado de ánimo aun con el cansancio del viaje y los traslados (…) En 1987 el entonces arzobispo me pidió ir a hacer estudios de especialización a Roma. Ahí tuve ocasión de saludar al Papa Juan Pablo II, yo ya como sacerdote, y cuando le dije que era de la diócesis de Puebla, de inmediato recordó su viaje y la Conferencia General. Con gran cercanía manifestaba su buen recuerdo del acontecimiento, siempre con palabras breves pero muy llenas de afecto para nuestro país”, asegura.

“Dios me ha regalado la oportunidad de estar también en contacto con sus sucesores, saludar e intercambiar alguna palabra con Benedicto XVI y ahora con el Papa Francisco a quien conocí antes de que fuera electo y después tuvimos oportunidad de saludarnos nuevamente. Y que nos lo siga concediendo”, concluye.

El Santo Cristo de la Expiración se trasladó al seminario para la conferencia. En la imagen se aprecia el cardenal Santiago Baggio, el Papa Juan Pablo II y el obispo Aloísio Lorscheider | Foto: Erika Reyes | El Sol de Puebla

ORGULLO POBLANO

Cuando se supo que el Papa venía a Puebla la gente se emocionó mucho y todo se organizó muy bien, no solo por instituciones civiles y religiosas, el Gobierno también se unió a este entusiasmo, expone el investigador Pedro Sardá, quien en ese momento tenía 17 años.

Los poblanos no cabíamos de orgullo, Puebla se volvió la capital de la tercera parte de la población mundial, porque todos los católicos, que son una parte muy importante, tenían conocimiento de que el Papa salía de viaje, pero sobre todo que comenzaba a hacer un recorrido. Era el acercamiento de una iglesia del centro de Europa que se movía por fin hacia sus fieles y eso marco una gran diferencia”, enfatiza.

Con el pretexto de la visita de Juan Pablo II se hizo muchísimo turismo religioso. En ese entonces la ciudad tenía un 10% de hoteles de lo que hay en este momento, dice, y agrega que la Secretaria de Turismo del Estado convocó a los poblanos para brindar un lugar, en su casa u otro lugar, a los visitantes que llegarían a la ciudad. Pero que ya no fue necesario porque el Papa también fue a otros lugares de la República.

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El arquitecto Jesús Corro Ferrer pintó el mural que fue develado por el Papa en el Seminario Palafoxiano | Foto: Hemeroteca El Sol de Puebla

RECORRIDO EN EL ZÓCALO

Refiere que dentro de las actividades del Papa se tenía contemplado que visitara la Catedral y por este motivo se abrió la Puerta del Perdón que solo se abre por un acontecimiento importante.

Yo vivía en el Portal Juárez número 101 y nunca la había visto abierta, fue la primera vez que la vi así. Según recuerdo pasaron décadas, quizá incluso un siglo, entre la última vez que se abrió y esta vez. El motivo era para que entrara, por primera vez, un Papa”, subraya.

“También se abrieron las puertas de los costados y las tres puertas principales de la reja que da a la 16 de septiembre. Se hizo una valla de personas muy allegadas a los personajes políticos y religiosos de la época, además de todo el vallado en la ciudad, desde la autopista México-Puebla había gente formada, fue una cosa muy interesante a nivel fenómeno social”, dice.

El Papa no entró a Catedral pero el centro estaba atiborrado para recibirlo. En la foto se aprecia el Papamóvil sobre la 16 de septiembre, cruzando la 5 oriente | Foto: Hemeroteca El Sol de Puebla

Recuerda que el Papa y su comitiva entraron por la 25 poniente hacia la 16 de septiembre y justo en el momento en el que se detuvo el autobús convertible para que él pudiera bajar y entrar, le avisaron que no había tiempo suficiente y continuó con el recorrido hacia el Seminario Palafoxiano en donde fue su reunión con los altos jerarcas de la Iglesia católica.

No conoció la Catedral pero paso frente a la máxima Iglesia del Estado, no solo eso, la diócesis de Puebla fue importantísima durante 300 años, solo segunda después de la de Ciudad de México, entonces si fue muy relevante que estuviera en Puebla y que pasara por el frente”, advierte.

“Estaba atiborrado, las vallas tenían 15 o 20 personas de espesor y no había espacios. Si tenías suerte él te saludaba, porque eso si sucedió, fue saludando a todo mundo dentro de lo posible, pero los que pudieron corrieron detrás de él lo iban siguiendo, a veces iban cerca del coche si los guardaespaldas los dejaban, hubo gente que corrió kilómetros tratándolo de seguir”, explica.

El Papa "quería ver y ser visto", por eso la DINA aplicó su ingenio para crear el primer Papamóvil del mundo | Foto: Hemeroteca El Sol de Puebla

UN LUGAR PRIVILEGIADO

La ruta que siguió el Papa fue publicada, “La gente se comenzó a congregar desde el día anterior, de hecho empezaron a apartar lugares por toda la ruta, pusieron sillas, cordones, y los defendieron a capa y espada, porque todo mundo quería estar en primera fila (para recibir la Bendición Papal). Muchos vinieron a dormir en esta zona principal porque sabían que iba a entrar a la Catedral”, refiere Sardá, quien al vivir en el portal fue testigo de todo el movimiento.

Todos querían estar en el balcón de mi casa. Desde ahí me tocó ver al Papa, incluso mi papá grabó un video (…) fue muy emotivo, es un recuerdo que millones de personas compartimos”, sentencia.

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Las calles de la ciudad lucieron jubilosas, fueron decoradas con banderas en los colores del vaticano y pendones con la imagen del Santo Padre | Foto: Colección Pedro Sardá

EL PRIMER PAPAMÓVIL DEL MUNDO

Sardá comenta que el Gobierno Mexicano le pidió a DINA, que era una empresa paraestatal dedicada a la fabricación de camiones, aplicar su ingenio para hacer un vehículo que pudiera ser utilizado tanto en campañas políticas como por el visitante distinguido que se esperaba.

“Este autobús sin toldo se prestaba perfectamente para el propósito de pasear a este insigne visitante. Entonces el gobierno determinó que se podía utilizar este vehículo y que además, iba a ser decorado con los colores del Vaticano, que son el blanco y el amarillo”, detalla.

Los Papas no tenían la costumbre de visitar otros países, cuando lo hacían utilizaban los vehículos del Vaticano, dice el investigador, quien agrega que, no se había tenido la necesidad de utilizar un autobús tan vistoso, pero “el papa Juan Pablo II quería ver y ser visto”, y por eso se fabricó este vehículo que durante su visita a México se bautizó como, “Papamóvil”. Se hizo famoso a nivel mundial, y partir de entonces ha sido diseñado y fabricado por marcas mundiales de autos Premium.

Después de la visita de Juan Pablo II a México, el primer Papamóvil del mundo, no se volvió a utilizar y actualmente se encuentra bajo custodia del Museo del Automóvil Puebla (3 sur 1501, centro).

A las 10:45 horas el Papa fue aclamado por 100 mil personas en San Martín Texmelucan, solo estuvo 10 minutos, después se trasladó a Xoxtla | Foto: Hemeroteca El Sol de Puebla

ASÍ LO VIVIERON LOS POBLANOS

Javier Díaz Bonfigli tenía un restaurante de carnitas en el bulevar 5 de mayo y 16 de septiembre, recuerda que toda la gente del sur-oriente de la ciudad se empezó a juntar de manera muy ordenada y con mucho gusto.

Todos estábamos con una avidez de verlo. Todo estaba muy bonito decorado con las banderas del Vaticano. La figura del Santo Padre con la cual se queda uno, es un momento inolvidable, imborrable”, advierte.

Comenta que cuando el Papa presidió la reunión de los obispos de América y el Caribe del CELAM, se acondicionó una sala del Seminario Palafoxiano a la que se llevaron el Santo Cristo de la Expiración del siglo XVII que se venera en el templo del Carmen: “Esa cruz la llevan al portón de Catedral para que todos la vean y procesiona con las fraternidades de la Virgen de los Dolores los Viernes Santos".

La imagen del Papa fue colocada en toda la ciudad con posters oficiales que se colgaron en postes de luz en avenidas como la 25 poniente y el bulevar”, dice su hijo, Francisco Javier Díaz Cardoso.

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Después de Xoxtla el Papa se trasladó finalmente a la Angelópolis | Foto: Hemeroteca El Sol de Puebla

Él recuerda que sus papás los dejaban (a sus hermanas, Isabel Cristina y Rosana, y a él) en casa de su abuelita para que los cuidara mientras ellos estaban en el negocio de carnitas. “Ese día llegó con un poster, nos platicó que los estaban colocando y pidió uno y se lo regalaron. Lo llevó a enmarcar y se lo regalo a mi abuelita. Ahora es un cuadro que está en casa de mi tía y ahí lo conservan”.

Yo tenía 10 años y lo vi por televisión, nos tocó ver desde el trayecto de la autopista en un carro descapotado, era una imagen muy fuerte de fe y devoción de ver a la gente en la orilla de la autopista (…) se puede decir que le hicieron una valla desde la Ciudad de México a Puebla”, detalla.

“Somos una familia católica y nos tocó estar parados frente al televisor para recibir la Bendición Papal que creo que hasta estos días nos acompaña. La ciudad se llenó de paz y de carisma. Todos cantábamos la canción “Amigo” de Roberto Carlos. Fue una experiencia muy impactante en la vida de puebla y de los poblanos”, subraya.

Cualquier sitio era bueno para ver al Papa, aunque eso representara arriesgar la integridad | Foto: Hemeroteca El Sol de Puebla

Coralia e Indira Álvarez López, vivieron su infancia en la 16 de septiembre 111 (Portal Juárez), tenían 14 y 11 años respectivamente, cuando vino el papa.

“Recuerdo que vino familia de Veracruz para verlo, fue una emoción indescriptible, en mi vida vi tanta gente reunida en el centro, el atrio de la Catedral era un hormiguero y toda la 16 de septiembre. Pasó aquí, a pocos metros de nuestras manos”, dice Coralia.

Indira comenta que fue conmovedor, una sensación muy agradable verlo, y recordó: “Yo estudiaba en primaria, en una escuela de religiosas en la cual nos hicieron hacer una investigación de quién era Juan Pablo II. Me acuerdo que hice un álbum muy completo de su historia y fue ganador en mi escuela, tuvo reconocimiento a nivel superior”.

Sobre conmemorativo de la visita del Papa a Puebla. Con motivo de su visita se editaron folletos, carteles, dibujos y libros | Foto: Colección Pedro Sardá

¿POR QUÉ VINO JUAN PABLO II?

La visita del Papa se dio con motivo de la tercera Conferencia General del Episcopado Latinoamericano (CELAM) que se decidió fuera en México, específicamente en Puebla. El Consejo Episcopal tomó la decisión cuando el Papa Pablo VI, aún encabezaba la Iglesia católica.

Pablo VI murió el 6 de agosto de 1978 y solo 20 días después, el cónclave eligió a Juan Pablo I como su sucesor, pero falleció 33 días después. Esto dio lugar al más reciente año de los tres papas, porque el 16 de octubre del mismo año, Juan Pablo II fue elegido Papa.

En esa época Puebla tenía 900 mil habitantes que recibieron con fe y devoción a Juan Pablo II, pero también con mucha alegría a cardenales, obispos, arzobispos, visitantes y medios internacionales presentes.

San Juan Pablo II fue canonizado en 2014 por el Papa Francisco | Foto: Hemeroteca El Sol de Puebla

Dieciséis kilómetros de valla humana acompañaron a la caravana papal que transportó a Juan Pablo II en su recorrido por la ciudad, el domingo 28 de enero de 1979, cuando visitó la capital poblana, a solo tres meses de haber sido elegido por el cónclave.

Se calculó que fueron millón y medio de personas, entre angelopolitanos, fuereños de los pueblos diocesanos y turismo religioso, las que acompañaron al Santa Padre en su recorrido desde su entrada por la Avenida Hermanos Serdán hasta el Seminario Palafoxiano, donde ofreció una misa para 250 mil poblanos y un discurso con el que inauguró la Tercera Conferencia General Episcopal ante obispos de todo el país y América Latina.

Esta jornada histórica quedó guardada en la memoria y los corazones de los poblanos quienes la recuerdan con gran alegría, pero también marcó al Pontífice, por la fe de nuestro pueblo que se volcó a manifestarle su cariño y por ser Puebla, el primer destino, del primer viaje, del Papa Peregrino, el Papa “Amigo”.

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Millón y medio de personas acompañaron a Juan Pablo II en su recorrido por las calles de la ciudad. En la imagen se aprecia el primer Papamóvil del mundo | Foto: Hemeroteca El Sol de Puebla

CERCANÍA CON EL PAPA

“En 1979, yo era un joven de 24 años de edad que era seminarista (…) Por designación de mis formadores a mí me tocó apoyar al Papa sosteniendo el libro en la celebración eucarística masiva que se realizó en los campos del Seminario Palafoxiano”, expone el padre Andrés Torres Ramírez, Vicario Episcopal de Pastoral en la Arquidiócesis de Puebla, y párroco de Nuestra Señora del Sagrado Corazón de La Paz.

“Esto me permitió tener una cercanía con el recién electo Papa y contemplar un hombre fuerte, muy vigoroso, jovial, que caminaba con mucha firmeza en nuestros pasillos aun rodeado de mucha gente, y muy decidido a lo que iba”, sentencia.

El padre recuerda al Papa afectado por los rayos del sol que recibió en el trayecto de México a Puebla en el Papamóvil, un trayecto que duró varias horas porque la gente hizo valla a lo largo de la carretera. A pesar de ello, asegura que “siempre con una sonrisa muy fresca, una mirada muy transparente”.

Entró a descansar en uno de los cuartos del seminario que se le asignó. Después de un rato salió ya revestido y lo acompañamos en lo que sería la celebración eucarística”, dice.

El Papa muy firme, sereno y a la vez con gestos muy cercanos dirigiéndose a la multitud, pero al mismo tiempo con gestos cálidos y cercanos con sus hermanos obispos, nosotros teníamos que desempeñar nuestra función con toda la formalidad y respeto. Verlo ahí generó una gran emoción, particularmente en mí. Él estaba como si estuviera en casa, saludando y moviéndose con soltura. Fue un momento muy especial”, enfatiza.

Habitación del seminario en la que el Papa descanso por un rato antes de la celebración eucarística | Foto: Hemeroteca El Sol de Puebla

HUMANISMO Y CARISMA

El Papa se quedó para presidir la apertura de la Conferencia General Episcopal en el Seminario Palafoxiano, con un discurso. Estuvo acompañado por Aloísio Lorscheider, obispo de Brasil y por el cardenal Ernesto Corripio Ahumada, arzobispo de México, ambos presidentes del CELAM.

“Después tuvimos oportunidad de compartir con él los alimentos en el seminario (…) Ver al Papa saludando a los obispos en las mesas, muy cercano, incluso alzando su copa y brindando con el vino con todos ellos, manifestó su humanismo. Puedo dar testimonio que ese día se dio un encuentro muy significativo y viví una experiencia que marco mi vida como la de muchos hermanos que en ese momento, adultos, ancianos, jóvenes o niños, pudieron experimentar por la visita del Papa”, asegura.

“Han pasado muchos años y se puede hablar de ´tiempos idos´, pero no es algo que sucedió y se acabó. Ese pasado rico de experiencias es lo que alimenta mi vida personal, la vida de la iglesia y, particularmente, las conclusiones de esa Conferencia General, comúnmente denominado ´Documento Puebla´”, advierte.

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En la celebración eucarística del seminario el Papa se mostró cercano a la multitud y al mismo tiempo reflejó su espiritualidad | Foto: Hemeroteca El Sol de Puebla

El sacerdote diocesano asegura que el espíritu de Juan Pablo II sigue vivo, no solo en los grandes documentos de la Iglesia Universal sino concretamente en ese ´Documento Puebla´, que dice, el Papa Francisco ha retomado para la realización del próximo Sínodo.

Enfatiza que era la primera vez que venía un Papa a México y eso significó un gran impulso para la vida de fe en nuestras familias, en nuestras iglesias, y marcó profundamente el rumbo de la iglesia en América Latina.

El Papa se fue contento, era muy manifiesta su alegría, su estado de ánimo aun con el cansancio del viaje y los traslados (…) En 1987 el entonces arzobispo me pidió ir a hacer estudios de especialización a Roma. Ahí tuve ocasión de saludar al Papa Juan Pablo II, yo ya como sacerdote, y cuando le dije que era de la diócesis de Puebla, de inmediato recordó su viaje y la Conferencia General. Con gran cercanía manifestaba su buen recuerdo del acontecimiento, siempre con palabras breves pero muy llenas de afecto para nuestro país”, asegura.

“Dios me ha regalado la oportunidad de estar también en contacto con sus sucesores, saludar e intercambiar alguna palabra con Benedicto XVI y ahora con el Papa Francisco a quien conocí antes de que fuera electo y después tuvimos oportunidad de saludarnos nuevamente. Y que nos lo siga concediendo”, concluye.

El Santo Cristo de la Expiración se trasladó al seminario para la conferencia. En la imagen se aprecia el cardenal Santiago Baggio, el Papa Juan Pablo II y el obispo Aloísio Lorscheider | Foto: Erika Reyes | El Sol de Puebla

ORGULLO POBLANO

Cuando se supo que el Papa venía a Puebla la gente se emocionó mucho y todo se organizó muy bien, no solo por instituciones civiles y religiosas, el Gobierno también se unió a este entusiasmo, expone el investigador Pedro Sardá, quien en ese momento tenía 17 años.

Los poblanos no cabíamos de orgullo, Puebla se volvió la capital de la tercera parte de la población mundial, porque todos los católicos, que son una parte muy importante, tenían conocimiento de que el Papa salía de viaje, pero sobre todo que comenzaba a hacer un recorrido. Era el acercamiento de una iglesia del centro de Europa que se movía por fin hacia sus fieles y eso marco una gran diferencia”, enfatiza.

Con el pretexto de la visita de Juan Pablo II se hizo muchísimo turismo religioso. En ese entonces la ciudad tenía un 10% de hoteles de lo que hay en este momento, dice, y agrega que la Secretaria de Turismo del Estado convocó a los poblanos para brindar un lugar, en su casa u otro lugar, a los visitantes que llegarían a la ciudad. Pero que ya no fue necesario porque el Papa también fue a otros lugares de la República.

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El arquitecto Jesús Corro Ferrer pintó el mural que fue develado por el Papa en el Seminario Palafoxiano | Foto: Hemeroteca El Sol de Puebla

RECORRIDO EN EL ZÓCALO

Refiere que dentro de las actividades del Papa se tenía contemplado que visitara la Catedral y por este motivo se abrió la Puerta del Perdón que solo se abre por un acontecimiento importante.

Yo vivía en el Portal Juárez número 101 y nunca la había visto abierta, fue la primera vez que la vi así. Según recuerdo pasaron décadas, quizá incluso un siglo, entre la última vez que se abrió y esta vez. El motivo era para que entrara, por primera vez, un Papa”, subraya.

“También se abrieron las puertas de los costados y las tres puertas principales de la reja que da a la 16 de septiembre. Se hizo una valla de personas muy allegadas a los personajes políticos y religiosos de la época, además de todo el vallado en la ciudad, desde la autopista México-Puebla había gente formada, fue una cosa muy interesante a nivel fenómeno social”, dice.

El Papa no entró a Catedral pero el centro estaba atiborrado para recibirlo. En la foto se aprecia el Papamóvil sobre la 16 de septiembre, cruzando la 5 oriente | Foto: Hemeroteca El Sol de Puebla

Recuerda que el Papa y su comitiva entraron por la 25 poniente hacia la 16 de septiembre y justo en el momento en el que se detuvo el autobús convertible para que él pudiera bajar y entrar, le avisaron que no había tiempo suficiente y continuó con el recorrido hacia el Seminario Palafoxiano en donde fue su reunión con los altos jerarcas de la Iglesia católica.

No conoció la Catedral pero paso frente a la máxima Iglesia del Estado, no solo eso, la diócesis de Puebla fue importantísima durante 300 años, solo segunda después de la de Ciudad de México, entonces si fue muy relevante que estuviera en Puebla y que pasara por el frente”, advierte.

“Estaba atiborrado, las vallas tenían 15 o 20 personas de espesor y no había espacios. Si tenías suerte él te saludaba, porque eso si sucedió, fue saludando a todo mundo dentro de lo posible, pero los que pudieron corrieron detrás de él lo iban siguiendo, a veces iban cerca del coche si los guardaespaldas los dejaban, hubo gente que corrió kilómetros tratándolo de seguir”, explica.

El Papa "quería ver y ser visto", por eso la DINA aplicó su ingenio para crear el primer Papamóvil del mundo | Foto: Hemeroteca El Sol de Puebla

UN LUGAR PRIVILEGIADO

La ruta que siguió el Papa fue publicada, “La gente se comenzó a congregar desde el día anterior, de hecho empezaron a apartar lugares por toda la ruta, pusieron sillas, cordones, y los defendieron a capa y espada, porque todo mundo quería estar en primera fila (para recibir la Bendición Papal). Muchos vinieron a dormir en esta zona principal porque sabían que iba a entrar a la Catedral”, refiere Sardá, quien al vivir en el portal fue testigo de todo el movimiento.

Todos querían estar en el balcón de mi casa. Desde ahí me tocó ver al Papa, incluso mi papá grabó un video (…) fue muy emotivo, es un recuerdo que millones de personas compartimos”, sentencia.

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Las calles de la ciudad lucieron jubilosas, fueron decoradas con banderas en los colores del vaticano y pendones con la imagen del Santo Padre | Foto: Colección Pedro Sardá

EL PRIMER PAPAMÓVIL DEL MUNDO

Sardá comenta que el Gobierno Mexicano le pidió a DINA, que era una empresa paraestatal dedicada a la fabricación de camiones, aplicar su ingenio para hacer un vehículo que pudiera ser utilizado tanto en campañas políticas como por el visitante distinguido que se esperaba.

“Este autobús sin toldo se prestaba perfectamente para el propósito de pasear a este insigne visitante. Entonces el gobierno determinó que se podía utilizar este vehículo y que además, iba a ser decorado con los colores del Vaticano, que son el blanco y el amarillo”, detalla.

Los Papas no tenían la costumbre de visitar otros países, cuando lo hacían utilizaban los vehículos del Vaticano, dice el investigador, quien agrega que, no se había tenido la necesidad de utilizar un autobús tan vistoso, pero “el papa Juan Pablo II quería ver y ser visto”, y por eso se fabricó este vehículo que durante su visita a México se bautizó como, “Papamóvil”. Se hizo famoso a nivel mundial, y partir de entonces ha sido diseñado y fabricado por marcas mundiales de autos Premium.

Después de la visita de Juan Pablo II a México, el primer Papamóvil del mundo, no se volvió a utilizar y actualmente se encuentra bajo custodia del Museo del Automóvil Puebla (3 sur 1501, centro).

A las 10:45 horas el Papa fue aclamado por 100 mil personas en San Martín Texmelucan, solo estuvo 10 minutos, después se trasladó a Xoxtla | Foto: Hemeroteca El Sol de Puebla

ASÍ LO VIVIERON LOS POBLANOS

Javier Díaz Bonfigli tenía un restaurante de carnitas en el bulevar 5 de mayo y 16 de septiembre, recuerda que toda la gente del sur-oriente de la ciudad se empezó a juntar de manera muy ordenada y con mucho gusto.

Todos estábamos con una avidez de verlo. Todo estaba muy bonito decorado con las banderas del Vaticano. La figura del Santo Padre con la cual se queda uno, es un momento inolvidable, imborrable”, advierte.

Comenta que cuando el Papa presidió la reunión de los obispos de América y el Caribe del CELAM, se acondicionó una sala del Seminario Palafoxiano a la que se llevaron el Santo Cristo de la Expiración del siglo XVII que se venera en el templo del Carmen: “Esa cruz la llevan al portón de Catedral para que todos la vean y procesiona con las fraternidades de la Virgen de los Dolores los Viernes Santos".

La imagen del Papa fue colocada en toda la ciudad con posters oficiales que se colgaron en postes de luz en avenidas como la 25 poniente y el bulevar”, dice su hijo, Francisco Javier Díaz Cardoso.

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Después de Xoxtla el Papa se trasladó finalmente a la Angelópolis | Foto: Hemeroteca El Sol de Puebla

Él recuerda que sus papás los dejaban (a sus hermanas, Isabel Cristina y Rosana, y a él) en casa de su abuelita para que los cuidara mientras ellos estaban en el negocio de carnitas. “Ese día llegó con un poster, nos platicó que los estaban colocando y pidió uno y se lo regalaron. Lo llevó a enmarcar y se lo regalo a mi abuelita. Ahora es un cuadro que está en casa de mi tía y ahí lo conservan”.

Yo tenía 10 años y lo vi por televisión, nos tocó ver desde el trayecto de la autopista en un carro descapotado, era una imagen muy fuerte de fe y devoción de ver a la gente en la orilla de la autopista (…) se puede decir que le hicieron una valla desde la Ciudad de México a Puebla”, detalla.

“Somos una familia católica y nos tocó estar parados frente al televisor para recibir la Bendición Papal que creo que hasta estos días nos acompaña. La ciudad se llenó de paz y de carisma. Todos cantábamos la canción “Amigo” de Roberto Carlos. Fue una experiencia muy impactante en la vida de puebla y de los poblanos”, subraya.

Cualquier sitio era bueno para ver al Papa, aunque eso representara arriesgar la integridad | Foto: Hemeroteca El Sol de Puebla

Coralia e Indira Álvarez López, vivieron su infancia en la 16 de septiembre 111 (Portal Juárez), tenían 14 y 11 años respectivamente, cuando vino el papa.

“Recuerdo que vino familia de Veracruz para verlo, fue una emoción indescriptible, en mi vida vi tanta gente reunida en el centro, el atrio de la Catedral era un hormiguero y toda la 16 de septiembre. Pasó aquí, a pocos metros de nuestras manos”, dice Coralia.

Indira comenta que fue conmovedor, una sensación muy agradable verlo, y recordó: “Yo estudiaba en primaria, en una escuela de religiosas en la cual nos hicieron hacer una investigación de quién era Juan Pablo II. Me acuerdo que hice un álbum muy completo de su historia y fue ganador en mi escuela, tuvo reconocimiento a nivel superior”.

Sobre conmemorativo de la visita del Papa a Puebla. Con motivo de su visita se editaron folletos, carteles, dibujos y libros | Foto: Colección Pedro Sardá

¿POR QUÉ VINO JUAN PABLO II?

La visita del Papa se dio con motivo de la tercera Conferencia General del Episcopado Latinoamericano (CELAM) que se decidió fuera en México, específicamente en Puebla. El Consejo Episcopal tomó la decisión cuando el Papa Pablo VI, aún encabezaba la Iglesia católica.

Pablo VI murió el 6 de agosto de 1978 y solo 20 días después, el cónclave eligió a Juan Pablo I como su sucesor, pero falleció 33 días después. Esto dio lugar al más reciente año de los tres papas, porque el 16 de octubre del mismo año, Juan Pablo II fue elegido Papa.

En esa época Puebla tenía 900 mil habitantes que recibieron con fe y devoción a Juan Pablo II, pero también con mucha alegría a cardenales, obispos, arzobispos, visitantes y medios internacionales presentes.

San Juan Pablo II fue canonizado en 2014 por el Papa Francisco | Foto: Hemeroteca El Sol de Puebla

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