/ sábado 4 de diciembre de 2021

¿Ayuntamiento con H? | Turisteando con El Barón Rojo

Hoy te compartimos un poco de la historia, leyenda y características del Palacio Municipal de la ciudad de Puebla

Hola queridos lectores, gracias por recibirme en la calidad y la calidez de sus hogares. Aquí nuevamente y como ya es una tradición por más de seis años, gracias a ustedes, les presento mi editorial de cada sábado.

Ustedes se preguntarán lo peculiar del título de esta entrega, esto se debe a que recordarán, queridos lectores, nuestra época de estudiantes, cuando siempre escribíamos la palabra ayuntamiento con H, ¿y saben el porqué de esta costumbre?

Pues se debía a que en los años 70 todos los vehículos del servicio público del ayuntamiento tenían escrito en los costados H ayuntamiento, sin el punto después de la H. Este error perduró hasta la llegada del alcalde Miguel Quiroz Pérez, en 1977, quien ordenó se corrigiera de inmediato, pues esta falta de ortografía perduró por más de 50 años.

Esta anécdota la menciono como algo nostálgico para los que lo vivimos, pero entremos en materia. El palacio del ayuntamiento, el que tenemos actualmente, no es el original de la época de la fundación de la ciudad. Lo único original es el predio, pues desde las épocas de la fundación se destinó este lugar para que fuera el asentamiento de las autoridades de la ciudad.

Hubo varias construcciones, pero la actual fue erigida a partir del año 1897, siendo gobernador del estado el general porfirista Mucio Praxedes Martínez, y se encargó el diseño y construcción al arquitecto inglés Charles T.S. Hall.

Toda la piedra de cantera fue trabajo del escultor poblano Jesús Corro Soriano, padre del también escultor Jesús Corro Ferrer, del cual tenemos por toda la ciudad más de 20 trabajos escultóricos decorando nuestras calles.

El palacio del ayuntamiento es el inmueble más icónico de nuestra arquitectura poblana, localizado en la acera norte de nuestra plaza de armas, nos muestra una impresionante y bellísima fachada, con dos enormes torreones que coronan sus esquinas; al centro su majestuoso balcón y en su copete, la réplica de la campana de Dolores, sin faltar su clásico reloj palaciego.

Al momento de visitarlo te recibe su bello portón en madera tallada, resaltando esta entrada sus jambas y dintel tallados en piedra de cantera. Al interior, el cubo del zaguán mostrando todas las placas conmemorativas de la historia de Puebla y al atravesarlo, te recibe su bellísimo patio enlajado.

Al fondo su majestuosa escalinata, totalmente construida en mármol de carrara, con escalera central y bifurcación en dos mellizas. Al estar en su descanso, detente por un momento, sube la mirada y verás tres hermosos vitrales tragaluces, impresionantes por su belleza.

Foto: Eduardo Zamora Martínez

Cuenta la historia poblana que el palacio original contaba con tres secciones: el cabildo, la audiencia y la cárcel municipal, además de las habitaciones privadas para el alcalde en turno; todo esto desaparece para dar paso a la construcción del actual inmueble.

Al diseño y la disposición del edificio se le conoce como estilo isabelino inglés, pero con tintes del clásico patio colonial poblano, esto es, un patio central, rodeado de arcadas en dos plantas, su clásica escalinata al fondo y al centro, dentro de la línea de las habitaciones, con pasillos amplios en ambas plantas. El inmueble aun sin terminar fue inaugurado en 1901 por el presidente Porfirio Díaz, pero no fue ocupado sino hasta el año de 1906, ahora sí totalmente terminado.

Foto: Eduardo Zamora Martínez

Como detalle curioso, el palacio se construyó de manera independiente sobre la fachada de lo que era el cine teatro Guerrero, pues este era de propiedad particular y no es sino hasta 1993, durante la administración del alcalde Rafael Cañedo Benítez, cuando se adquiere por el ayuntamiento el inmueble y es así como se integra a la estructura del palacio.

Foto: Eduardo Zamora Martínez

¿Sabían que el inmueble colindante al ayuntamiento sobre la calle 2 Norte, el cual ocupa un edificio moderno diseño del arquitecto poblano Marcos Mastretta y construido en 1951, se encuentra en litigio entre sus propietarios y la autoridad desde 1851?

Pues según cuentan los enterados, el terreno está intestado desde hace más de 170 años, digamos desde la época juarista hasta la fecha, ¿verdad o mentira?, bueno, no deja de ser más que una de las muchas leyendas que caminan por nuestras coloniales calles poblanas.

¿Y sabías que este inmueble nunca estuvo cerrado al público, hasta la llegada de la administración pasada? Así es, este palacio, que es propiedad de los poblanos, siempre estuvo abierto al público, excepto en los años 2019, 2020 y 2021, cuando la alcaldesa que lo ocupó prohibió la entrada al mismo, apostando a la entrada y alrededor más de veinte guardias armados.

Ni en la época de la revolución, cuando la ciudad fue tomada por el ejército zapatista en 1914, se cerró al publico la visita a nuestro Palacio Municipal. Pero eso ya es parte de la historia, pues majestuosamente, ya está nuevamente abierto al público poblano.

Querido lector, al visitar nuestro zócalo citadino atraviesa la calle y alimenta tu vista con la belleza del Palacio del Ayuntamiento, algo que no debes dejar de admirar y sentir orgullo, el orgullo poblano que nos envidian muchos, y con sobrada razón.

Soy Jorge Eduardo Zamora Martínez, el Barón Rojo, agradezco el favor de tu atención.


Hola queridos lectores, gracias por recibirme en la calidad y la calidez de sus hogares. Aquí nuevamente y como ya es una tradición por más de seis años, gracias a ustedes, les presento mi editorial de cada sábado.

Ustedes se preguntarán lo peculiar del título de esta entrega, esto se debe a que recordarán, queridos lectores, nuestra época de estudiantes, cuando siempre escribíamos la palabra ayuntamiento con H, ¿y saben el porqué de esta costumbre?

Pues se debía a que en los años 70 todos los vehículos del servicio público del ayuntamiento tenían escrito en los costados H ayuntamiento, sin el punto después de la H. Este error perduró hasta la llegada del alcalde Miguel Quiroz Pérez, en 1977, quien ordenó se corrigiera de inmediato, pues esta falta de ortografía perduró por más de 50 años.

Esta anécdota la menciono como algo nostálgico para los que lo vivimos, pero entremos en materia. El palacio del ayuntamiento, el que tenemos actualmente, no es el original de la época de la fundación de la ciudad. Lo único original es el predio, pues desde las épocas de la fundación se destinó este lugar para que fuera el asentamiento de las autoridades de la ciudad.

Hubo varias construcciones, pero la actual fue erigida a partir del año 1897, siendo gobernador del estado el general porfirista Mucio Praxedes Martínez, y se encargó el diseño y construcción al arquitecto inglés Charles T.S. Hall.

Toda la piedra de cantera fue trabajo del escultor poblano Jesús Corro Soriano, padre del también escultor Jesús Corro Ferrer, del cual tenemos por toda la ciudad más de 20 trabajos escultóricos decorando nuestras calles.

El palacio del ayuntamiento es el inmueble más icónico de nuestra arquitectura poblana, localizado en la acera norte de nuestra plaza de armas, nos muestra una impresionante y bellísima fachada, con dos enormes torreones que coronan sus esquinas; al centro su majestuoso balcón y en su copete, la réplica de la campana de Dolores, sin faltar su clásico reloj palaciego.

Al momento de visitarlo te recibe su bello portón en madera tallada, resaltando esta entrada sus jambas y dintel tallados en piedra de cantera. Al interior, el cubo del zaguán mostrando todas las placas conmemorativas de la historia de Puebla y al atravesarlo, te recibe su bellísimo patio enlajado.

Al fondo su majestuosa escalinata, totalmente construida en mármol de carrara, con escalera central y bifurcación en dos mellizas. Al estar en su descanso, detente por un momento, sube la mirada y verás tres hermosos vitrales tragaluces, impresionantes por su belleza.

Foto: Eduardo Zamora Martínez

Cuenta la historia poblana que el palacio original contaba con tres secciones: el cabildo, la audiencia y la cárcel municipal, además de las habitaciones privadas para el alcalde en turno; todo esto desaparece para dar paso a la construcción del actual inmueble.

Al diseño y la disposición del edificio se le conoce como estilo isabelino inglés, pero con tintes del clásico patio colonial poblano, esto es, un patio central, rodeado de arcadas en dos plantas, su clásica escalinata al fondo y al centro, dentro de la línea de las habitaciones, con pasillos amplios en ambas plantas. El inmueble aun sin terminar fue inaugurado en 1901 por el presidente Porfirio Díaz, pero no fue ocupado sino hasta el año de 1906, ahora sí totalmente terminado.

Foto: Eduardo Zamora Martínez

Como detalle curioso, el palacio se construyó de manera independiente sobre la fachada de lo que era el cine teatro Guerrero, pues este era de propiedad particular y no es sino hasta 1993, durante la administración del alcalde Rafael Cañedo Benítez, cuando se adquiere por el ayuntamiento el inmueble y es así como se integra a la estructura del palacio.

Foto: Eduardo Zamora Martínez

¿Sabían que el inmueble colindante al ayuntamiento sobre la calle 2 Norte, el cual ocupa un edificio moderno diseño del arquitecto poblano Marcos Mastretta y construido en 1951, se encuentra en litigio entre sus propietarios y la autoridad desde 1851?

Pues según cuentan los enterados, el terreno está intestado desde hace más de 170 años, digamos desde la época juarista hasta la fecha, ¿verdad o mentira?, bueno, no deja de ser más que una de las muchas leyendas que caminan por nuestras coloniales calles poblanas.

¿Y sabías que este inmueble nunca estuvo cerrado al público, hasta la llegada de la administración pasada? Así es, este palacio, que es propiedad de los poblanos, siempre estuvo abierto al público, excepto en los años 2019, 2020 y 2021, cuando la alcaldesa que lo ocupó prohibió la entrada al mismo, apostando a la entrada y alrededor más de veinte guardias armados.

Ni en la época de la revolución, cuando la ciudad fue tomada por el ejército zapatista en 1914, se cerró al publico la visita a nuestro Palacio Municipal. Pero eso ya es parte de la historia, pues majestuosamente, ya está nuevamente abierto al público poblano.

Querido lector, al visitar nuestro zócalo citadino atraviesa la calle y alimenta tu vista con la belleza del Palacio del Ayuntamiento, algo que no debes dejar de admirar y sentir orgullo, el orgullo poblano que nos envidian muchos, y con sobrada razón.

Soy Jorge Eduardo Zamora Martínez, el Barón Rojo, agradezco el favor de tu atención.


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