Desde 1997, cada 24 de octubre en varios países se conmemora el Día Internacional de las Bibliotecas, una fecha que busca resaltar la importancia que tienen este tipo de edificaciones para la historia humana, como resguardo de su cultura, de sus escritos y sus creencias.
La historia de esta conmemoración comenzó entre las cenizas y la pérdida de cientos de miles de textos, pues en 1992 la Biblioteca Nacional de Sarajevo quedó totalmente en ruinas debido al conflicto bélico de los Balcanes.
De acuerdo con datos del Sistema de Información Cultural (SIC) México, en el estado de Puebla existen un total de 602 bibliotecas, siendo Puebla capital y los municipios de Zacapoaxtla y Teziutlán los que más albergan, con 131, 22 y 14 respectivamente; en este Día internacional de las bibliotecas, te mostramos tres de ellas que, son calificadas las más importantes, por su acervo histórico, legado cultural y arquitectura.
- Te puede interesar: Un inédito álbum de fotos de Maximiliano y Carlota va a subasta
BIBLIOTECA PALAFOXIANA
Considerada como la primera biblioteca pública del continente americano, la Biblioteca Palafoxiana –situada en 5 oriente Centro Histórico- es una de las más antiguas de México y la tenemos aquí, en Puebla. Fue fundada por el obispo Juan de Palafox y Mendoza en 1646, quien donó su colección personal integrada por más de cinco mil volúmenes, con la única condición de que permaneciera abierta al público y no solamente fuera para eclesiásticos y seminaristas.
No obstante, el recinto como hoy en día lo conocemos fue realizado en 1773 y el obispo Francisco Fabián y Fuero fue el encargado de mandar a construir los dos primeros pisos de la estantería; además fue inscrita en el Registro de Memoria del Mundo en 2005 por ser la primera biblioteca pública de América Latina y mantenerse en el mismo sitio durante tres siglos.
Actualmente reúne 45 mil 508 libros antiguos, 5 mil 438 manuscritos, siete impresos mexicanos y 200 impresos sueltos; para su conservación, los ejemplares se encuentran resguardados con malla de alambre para su conservación.
- Te recomendamos: La escritora María Dueñas recorre los escenarios de su novela Sira
BIBLIOTECA FRANCISCANA
Este espacio cultural, ubicado en el municipio de San Pedro Cholula constituye uno de los fondos bibliográficos y documentales más importantes del centro del país; forma parte del convento de San Gabriel Cholula, mismo que fue construido entre 1549 y 1552, por la orden religiosa de los franciscanos.
Se convirtió en biblioteca hasta el año de 1991, cuando autoridades franciscanas y de la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP) acordaron rescatar el fondo bibliográfico de la Provincia Franciscana que cuenta con los acervos históricos de Cholula, Calpa, Santa Úrsula y Coayoacán.
Su acervo cuenta con más de 24 mil volúmenes de los siglos XVI al XIX, con obras fundamentales del pensamiento novohispano destacando una gran variedad de sermones, tratados de teología, derecho canónico, manuales de catequesis, hagiografías y liturgias, entre otras, así como textos de historia, ciencias, matemáticas, literatura, filosofía, gramática y retórica, escritos principalmente en latín y español antiguo.
BIBLIOTECA HISTÓRICA JOSÉ MARÍA LAFRAGUA
La biblioteca Lafragua destaca como uno de los acervos bibliográficos y documentales más ricos de México y el futuro de sus fondos antiguos nos lleva a considerar el concepto de gestión como elemento integrador, indispensable para garantizar la preservación de éstos.
Este espacio es famoso por su calidad de materiales bibliohemerográficos, documentales antiguos y función de biblioteca de investigación; su historia se remonta al siglo XVI, con la labor educativa de la orden religiosa de la Compañía de Jesús a través del Colegio del Espíritu Santo.
En 1885, el Colegio del Estado de Puebla organizó una sesión solemne para reinaugurar su biblioteca bajo el nombre de José María Lafragua, honrando la memoria de su principal benefactor y adquirió obras de carreras profesionales de la época junto con la incorporación del acervo de bibliotecas conventuales por las leyes de desamortización de bienes del clero en el siglo XIX, por lo que actualmente acumula un poco más de 90 mil volúmenes.
