Hoy el Museo José Luis Bello y González celebra su 75 aniversario, pues justamente fue un 21 de julio de 1944 que este lugar -que resguarda una de las colecciones artísticas con mayor prestigio de México- abrió sus puertas al público para dar acceso a las 3028 piezas que a lo largo de su vida sumó el dueño de esta casa que lleva su nombre.
Patricia Domínguez Rocabado, titular del museo detalló que, en marco de esta celebración, realizarán diversas actividades a lo largo del año, en primera medida, para honrar la memoria de la familia Bello y en segundo lugar para acercar a los poblanos y visitantes de otros lugares al bagaje cultural e histórico que preserva este lugar.
Entre las actividades más recientes destacan dos exposiciones temporales que ya están abiertas al público: "Luz y sombra de un pintor", del artista Javier Martínez Arellano y "Revalorando la imagen", con piezas del Museo UPAEP.
La responsable del museo recordó que este espacio se logró gracias a la donación que en su momento hizo don Mariano Bello: "la colección de la familia Bello inició por el padre, José Luis Bello y Gonzales; él coleccionaba principalmente oleos y, a su muerte, donó todo a sus cuatro hijos.
"La casa se la dejó al hijo pequeño Mariano Bello, quien se quedó a vivir ahí y empezó a coleccionar no solo oleos, sino también, marfil, talavera, muebles, cristal y piezas de diferentes temporalidades y temáticas, con las que poco a poco incrementó la colección".
Mariano Bello, agrega Patricia Domínguez, dedicó gran parte de su vida al coleccionismo y, su pasión por el arte, le llevó a establecer en su testamento - redactado en 1918 - que a su muerte y a la de su esposa, su increíble colección artística fuera heredada a la Academia de Bellas Artes y Educación de Puebla.
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El Gobierno del Estado cumplió su voluntad, estableciendo en la propia casa de Don Mariano Bello el Museo que alberga su colección, honrando así la memoria de ambos protagonistas.
A la fecha, este espacio se encuentra abierto para goce y disfrute de las nuevas generaciones, quienes tienen acceso a las 14 salas temporales de las que sobresale la denominada Salón Rojo.
Este espacio fue originalmente el despacho particular de Mariano Bello. La decoración elegida para esta sala revela un eclecticismo armonizado: juego de formas geométricas de cerámica poblana en la parte inferior de los muros, cubos con mosaicos de talavera como remates de las vigas y tela roja de Damasco en las paredes, a la cual el Salón debe su denominación.
- En 1940 fue clasificado como Monumento Artístico e inaugurado formalmente como museo el 21 de julio de 1944
