/ viernes 10 de junio de 2022

'La Lunita', de tendajón a importante restaurante en Cholula | Los tiempos idos

Este negocio, establecido en el centro de San Pedro Cholula, cuenta ya con 108 de historia

A principios del siglo XX y con la ilusión de establecer un negocio próspero, Alfredo Eleuterio Porrás y María Gregoria Luna, llegaron a avecindarse a San Pedro Cholula donde formaron una familia.

El negocio de los Porrás prosperó y pasó de ser tendajón a un restaurante bar que se volvió referente del pueblo mágico y hoy es conocido como “La Lunita”.


La Lunita es toda una tradición en Cholula y no solo por sus emblemáticas bebidas de creación propia, también por recuperar las raíces gastronómicas del lugar a través de platillos de inspiración prehispánica.

Hoy cuenta con 108 años de historia y es atendida por las nuevas generaciones de la familia.

La Lunita (al lado derecho de la foto) hoy cuenta con 108 años de tradición y es referente del pueblo mágico de Cholula | Foto: Bibiana Díaz | El Sol de Puebla

EL ORIGEN DE UNA TRADICIÓN

En busca de nuevos horizontes, en 1914 Alfredo Eleuterio Porrás y María Gregoria Luna dejaron Guanajuato para avecindarse en San Pedro Cholula, lugar donde establecieron un negocio y formaron una familia en la que criaron a cuatro varones: Darío, Rodolfo, José y Enrique.

“No tenemos claro la historia de mi abuelo, supuestamente llegó en barco a Veracruz y creemos que venía de cuba. De ahí se fue a Guanajuato donde conoció a mi abuela y se enroló en las minas. Pero el trabajo era muy intenso y pagaban poco, por eso buscaron otro lugar para salir adelante”, asegura Gregorio Porrás Vázquez, tercera generación de la familia.

El negocio que establecieron era un tendajón, así le llamaban a las tiendas pequeñas que comercializaban productos de consumo diario y en las que también se vendían infusiones.

“Vendían de todo: hilo, cebo, mecate, papel, jabón, arroz, frijol e infusiones (que hoy conocemos como licores). Se tenía que tener una licencia federal para vender alcohol de consumo humano que venía en latas de 20 litros y con eso se hacían los brebajes de frutas, hierbas, etcétera”, asegura.

En 1972 se hizo el diseño de La Lunita que ha representado el negocio de los Porrás hasta la fecha | Foto: Cortesía Gregorio Porrás Vázquez

DE TENDAJÓN A RESTAURANTE

El negocio de los Porrás prosperó, pero tuvo tres cambios de ubicación y cuatro nombres. El primero fue “La Parada Forzosa”. Le pusieron así porque ahí paraban a fuerza los viajeros que iban de Puebla a México o viceversa, estaba ubicado en el camino antiguo a ciudad de México.

“Estaba sobre lo que hoy es la calle 5 de Mayo y la carretera federal a México donde después se estableció una parada de autobuses. Había línea directa e intermedia, el recorrido era de México por la federal y pasaba por Río Frío, San Martín, Huejotzingo, Cholula y Puebla, o al revés cuando iba a la capital”, narra.

Adolfo siguió buscando en otros lugares de San Pedro y encontró uno que le gustó donde estaba el tranvía. En 1930 se cambió y fundó “La Parada Obligatoria” (hoy Avenida Morelos y 6 Sur).

“Le puso así porque obligadamente tenía que parar el tren Puebla-México vía Cuautla; pasaba a Cholula, seguía a Atlixco, después Matamoros, llegaba a Morelos y subía por el otro lado de Amecameca y Chalco para llegar a la terminal de San Lázaro”, detalla.

Liovita Vázquez y Rodolfo Eleuterio Porrás, hijo de Adolfo y María Gregoria, heredero de la tradición familiar de La Lunita | Foto: Cortesía Gregorio Porrás Vázquez

Para 1939 pasaron el negocio enfrente de donde estaban y le pusieron ´El Cambio´ porque se cambiaron de lugar. Así llegaron al sitio que ocupa el negocio de los Porrás desde entonces, en Avenida Morelos esquina 6 norte. Este nombre le duró poco porque la empezaron a llamar “La Lunita” en honor a María Gregoria.

En 1956, el segundo hijo de Adolfo, Rodolfo Eleuterio Porrás se casó con Liovita Vázquez y tomó las riendas del negocio porque su padre ya había muerto. Seguía siendo tendajón pero empezaron a vender comida.

“Mis papás vivían ahí y mi mamá empezó a cocinar porque estaba recién casados, pero llegaban los amigos de mi papá tomar la copa y los invitaba a comer. Empezaron a ver que la comida gustaba y por eso se empezó a vender. Nació como cocina económica pero antes se les llamaba loncherías”, refiere.

Los Porrás Vázquez criaron a dos hijos, Adolfo y Gregorio, este último es y quien actualmente está al frente del negocio que fundaron sus abuelos hace 108 años.

“Este lugar es donde hemos permanecido desde entonces, ya somos cinco generaciones. Desde los 14 años me hice cargo del negocio junto con mi mamá porque mi papá sufrió una enfermedad cardiovascular. Poco a poco hemos ido creciendo”, señala.

Esta era la imagen de La Lunita en los años noventa del siglo XX | Foto: Cortesía Gregorio Porrás Vázquez

LA REVOLUCIÓN DE LOS ESTUDIANTES

En la década de los sesenta del siglo XX se estableció la Universidad de Las Américas Puebla en la Hacienda de Santa Catarina Mártir de Cholula lo que despertó un auge en la región.

“Fue una revolución, se vino una oleada de estudiantes, generaciones que querían vivir el Cholula antiguo. Cholula empezó a cambiar su forma de vida, los establos se convirtieron en departamentos para estudiantes o negocios y empezamos a crecer”, enfatiza.

“Nosotros cambiamos un poco la fisonomía del negocio porque los estudiantes venían a consumir lo que mi mamá cocinaba. Decidimos dejar el tendajón y nos convertimos en lo que ahora somos, un restaurante”, detalla.

En 1972 se hizo el diseño de La Lunita que ha representado el negocio de los Porrás y de ahí siguieron creciendo, ampliaron la parte de abajo y en 1986 dejaron de vivir ahí. Fue hasta 2010 que se inauguró la terraza en la parte de arriba, desde donde se aprecia imponente el Santuario de los Remedios.

La sangría, el Cholula en llamas, el bull y el pulque son las bebidas más emblemáticas de La Lunita | Foto: Julio César Martínez | El Sol de Puebla

IDENTIDAD GASTRONÓMICA

La comida que se vendía en La Lunita era casera, pero Gregorio tuvo la inquietud de rescatar la gastronomía de la región para no perder su identidad y de esta manera empezó a ofrecer pulque y agregó comida prehispánica en su menú

“Fui Director de Turismo de San Pedro Cholula y anduve en muchas comunidades, por eso pude darme cuenta que la comida mestiza que hacemos hoy se deriva la prehispánica y para rescatarla la incluimos en nuestra carta”, explica.

Las bebidas más representativas de La Lunita son la tradicional sangría, el bull que es a base de cerveza, y el Cholula en llamas que lleva sidra.

“Aquí en San Pedro está la fábrica de sidra Copa de Oro entonces a mi papá se le ocurrió hacer una combinación de sidra con brandy para hacer el Cholula en llamas. La barra es la original y está muy completa, también tenemos mixologa y el pulque es muy consumido”, subraya.

En su menú se encuentran una gran variedad de platillos típicos y regionales, hasta mariscos, cortes de carnes y mariscos, con respecto a la comida prehispánica hay preparaciones con flor de calabaza, chapulines, huitlacoche y muchos más.

“La Choluleña es un platillo que creamos con el fin de que una persona pueda disfrutar de: 2 chalupas, un envuelto de mole con pollo, arrachera, ensalada verde con nuez de castilla, y papás cambray sazonadas con el toque de la casa”, concluye Gregorio.

Para no perder su identidad, Gregorio Porrás Vázquez, rescató la gastronomía prehispánica de la región y hoy la puedes degustar en su terraza con vista al Santuario de los Remedios | Foto: Julio César Martínez | El Sol de Puebla


A principios del siglo XX y con la ilusión de establecer un negocio próspero, Alfredo Eleuterio Porrás y María Gregoria Luna, llegaron a avecindarse a San Pedro Cholula donde formaron una familia.

El negocio de los Porrás prosperó y pasó de ser tendajón a un restaurante bar que se volvió referente del pueblo mágico y hoy es conocido como “La Lunita”.


La Lunita es toda una tradición en Cholula y no solo por sus emblemáticas bebidas de creación propia, también por recuperar las raíces gastronómicas del lugar a través de platillos de inspiración prehispánica.

Hoy cuenta con 108 años de historia y es atendida por las nuevas generaciones de la familia.

La Lunita (al lado derecho de la foto) hoy cuenta con 108 años de tradición y es referente del pueblo mágico de Cholula | Foto: Bibiana Díaz | El Sol de Puebla

EL ORIGEN DE UNA TRADICIÓN

En busca de nuevos horizontes, en 1914 Alfredo Eleuterio Porrás y María Gregoria Luna dejaron Guanajuato para avecindarse en San Pedro Cholula, lugar donde establecieron un negocio y formaron una familia en la que criaron a cuatro varones: Darío, Rodolfo, José y Enrique.

“No tenemos claro la historia de mi abuelo, supuestamente llegó en barco a Veracruz y creemos que venía de cuba. De ahí se fue a Guanajuato donde conoció a mi abuela y se enroló en las minas. Pero el trabajo era muy intenso y pagaban poco, por eso buscaron otro lugar para salir adelante”, asegura Gregorio Porrás Vázquez, tercera generación de la familia.

El negocio que establecieron era un tendajón, así le llamaban a las tiendas pequeñas que comercializaban productos de consumo diario y en las que también se vendían infusiones.

“Vendían de todo: hilo, cebo, mecate, papel, jabón, arroz, frijol e infusiones (que hoy conocemos como licores). Se tenía que tener una licencia federal para vender alcohol de consumo humano que venía en latas de 20 litros y con eso se hacían los brebajes de frutas, hierbas, etcétera”, asegura.

En 1972 se hizo el diseño de La Lunita que ha representado el negocio de los Porrás hasta la fecha | Foto: Cortesía Gregorio Porrás Vázquez

DE TENDAJÓN A RESTAURANTE

El negocio de los Porrás prosperó, pero tuvo tres cambios de ubicación y cuatro nombres. El primero fue “La Parada Forzosa”. Le pusieron así porque ahí paraban a fuerza los viajeros que iban de Puebla a México o viceversa, estaba ubicado en el camino antiguo a ciudad de México.

“Estaba sobre lo que hoy es la calle 5 de Mayo y la carretera federal a México donde después se estableció una parada de autobuses. Había línea directa e intermedia, el recorrido era de México por la federal y pasaba por Río Frío, San Martín, Huejotzingo, Cholula y Puebla, o al revés cuando iba a la capital”, narra.

Adolfo siguió buscando en otros lugares de San Pedro y encontró uno que le gustó donde estaba el tranvía. En 1930 se cambió y fundó “La Parada Obligatoria” (hoy Avenida Morelos y 6 Sur).

“Le puso así porque obligadamente tenía que parar el tren Puebla-México vía Cuautla; pasaba a Cholula, seguía a Atlixco, después Matamoros, llegaba a Morelos y subía por el otro lado de Amecameca y Chalco para llegar a la terminal de San Lázaro”, detalla.

Liovita Vázquez y Rodolfo Eleuterio Porrás, hijo de Adolfo y María Gregoria, heredero de la tradición familiar de La Lunita | Foto: Cortesía Gregorio Porrás Vázquez

Para 1939 pasaron el negocio enfrente de donde estaban y le pusieron ´El Cambio´ porque se cambiaron de lugar. Así llegaron al sitio que ocupa el negocio de los Porrás desde entonces, en Avenida Morelos esquina 6 norte. Este nombre le duró poco porque la empezaron a llamar “La Lunita” en honor a María Gregoria.

En 1956, el segundo hijo de Adolfo, Rodolfo Eleuterio Porrás se casó con Liovita Vázquez y tomó las riendas del negocio porque su padre ya había muerto. Seguía siendo tendajón pero empezaron a vender comida.

“Mis papás vivían ahí y mi mamá empezó a cocinar porque estaba recién casados, pero llegaban los amigos de mi papá tomar la copa y los invitaba a comer. Empezaron a ver que la comida gustaba y por eso se empezó a vender. Nació como cocina económica pero antes se les llamaba loncherías”, refiere.

Los Porrás Vázquez criaron a dos hijos, Adolfo y Gregorio, este último es y quien actualmente está al frente del negocio que fundaron sus abuelos hace 108 años.

“Este lugar es donde hemos permanecido desde entonces, ya somos cinco generaciones. Desde los 14 años me hice cargo del negocio junto con mi mamá porque mi papá sufrió una enfermedad cardiovascular. Poco a poco hemos ido creciendo”, señala.

Esta era la imagen de La Lunita en los años noventa del siglo XX | Foto: Cortesía Gregorio Porrás Vázquez

LA REVOLUCIÓN DE LOS ESTUDIANTES

En la década de los sesenta del siglo XX se estableció la Universidad de Las Américas Puebla en la Hacienda de Santa Catarina Mártir de Cholula lo que despertó un auge en la región.

“Fue una revolución, se vino una oleada de estudiantes, generaciones que querían vivir el Cholula antiguo. Cholula empezó a cambiar su forma de vida, los establos se convirtieron en departamentos para estudiantes o negocios y empezamos a crecer”, enfatiza.

“Nosotros cambiamos un poco la fisonomía del negocio porque los estudiantes venían a consumir lo que mi mamá cocinaba. Decidimos dejar el tendajón y nos convertimos en lo que ahora somos, un restaurante”, detalla.

En 1972 se hizo el diseño de La Lunita que ha representado el negocio de los Porrás y de ahí siguieron creciendo, ampliaron la parte de abajo y en 1986 dejaron de vivir ahí. Fue hasta 2010 que se inauguró la terraza en la parte de arriba, desde donde se aprecia imponente el Santuario de los Remedios.

La sangría, el Cholula en llamas, el bull y el pulque son las bebidas más emblemáticas de La Lunita | Foto: Julio César Martínez | El Sol de Puebla

IDENTIDAD GASTRONÓMICA

La comida que se vendía en La Lunita era casera, pero Gregorio tuvo la inquietud de rescatar la gastronomía de la región para no perder su identidad y de esta manera empezó a ofrecer pulque y agregó comida prehispánica en su menú

“Fui Director de Turismo de San Pedro Cholula y anduve en muchas comunidades, por eso pude darme cuenta que la comida mestiza que hacemos hoy se deriva la prehispánica y para rescatarla la incluimos en nuestra carta”, explica.

Las bebidas más representativas de La Lunita son la tradicional sangría, el bull que es a base de cerveza, y el Cholula en llamas que lleva sidra.

“Aquí en San Pedro está la fábrica de sidra Copa de Oro entonces a mi papá se le ocurrió hacer una combinación de sidra con brandy para hacer el Cholula en llamas. La barra es la original y está muy completa, también tenemos mixologa y el pulque es muy consumido”, subraya.

En su menú se encuentran una gran variedad de platillos típicos y regionales, hasta mariscos, cortes de carnes y mariscos, con respecto a la comida prehispánica hay preparaciones con flor de calabaza, chapulines, huitlacoche y muchos más.

“La Choluleña es un platillo que creamos con el fin de que una persona pueda disfrutar de: 2 chalupas, un envuelto de mole con pollo, arrachera, ensalada verde con nuez de castilla, y papás cambray sazonadas con el toque de la casa”, concluye Gregorio.

Para no perder su identidad, Gregorio Porrás Vázquez, rescató la gastronomía prehispánica de la región y hoy la puedes degustar en su terraza con vista al Santuario de los Remedios | Foto: Julio César Martínez | El Sol de Puebla


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