En el principio fue una prueba de embarazo y luego las palabras. Con ellas, la escritora Tania Tagle comenzó a zurcir una especie de bitácora de su proceso de gestación. Ella no sabía que esos pensamientos terminarían por conjugarse con sus investigaciones sobre la alteridad y la figura del monstruo a través de la historia, dando como resultado su primer libro de ensayos, Germinal, donde la autora cuestiona los contrastes sociales y personales que implica el ser una futura madre.
“La figura de la mujer embarazada está o muy mistificada o muy infantilizada o incluso ambas. Es muy común que cuando hay una mujer embarazada en algún sitio toda la gente trate de protegerla, pero también hasta cierto punto borran su voluntad. Un embarazo casi siempre se trata del feto y la mujer que está gestando tiene la obligación social de vivirlo como la mejor etapa de su vida, considerarlo como un acto plenamente bello y estar siempre alegre, pero creo que es importante reconocer que no siempre es así.
“Con este libro he querido abrir esa conversación, para que las mujeres que han sentido eso sepan que no son las únicas, que es completamente válido y que la incertidumbre e incluso cierto arrepentimiento no significa que no quieras a tus hijos o que no seas buena madre”, explica Tania Tagle, en entrevista con El Sol de México.
Recurriendo a referencias históricas y míticas, desde la época clásica hasta nuestros días, Tagle repiensa el embarazo, logrando emparentarlo de manera crítica con la figura del monstruo.
“La figura del monstruo surge en Roma, el historiador Tito Livio lo coloca con los oráculos y los adivinadores, es decir traen algún vaticinio o mensaje de los dioses. No se trata del monstruo victoriano que es el que ahora conocemos por Hollywood, pues el temor provenía de algo próximo y no del monstruo en sí.
“Si tratamos de definir qué es un monstruo, se trata de una criatura que está trasgrediendo normas sociales, morales y estéticas, sin que sea necesariamente algo malo. Yo lo he relacionado con la metamorfosis que sucede con el embarazo, no sólo porque hay un cambió físico, sino en cómo empieza a relacionarse la sociedad contigo desde el temor y el cuidado”, agrega la autora.
Germinal también se detiene a reflexionar sobre la idea del “milagro” con que comúnmente se suele emparentar la gestación y el parto, conceptos que para la escritora pueden llegar a ser contradictorios.
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“Yo me puse a investigar qué es un milagro y qué elementos debe tener un acontecimiento para ser considerado como tal. Y de entrada lo primero es que no debe ser natural, que rompa con las reglas de la naturaleza, que sea sobrenatural o contranatural.
“Entonces, es un poco absurdo que se diga que un parto es lo más natural del mundo y al mismo tiempo llamarlo milagro, que cuando estás a punto de parir te digan ´no te preocupes, parir es un milagro, tu cuerpo va a saber qué hacer porque es natural.’ Con este libro también quise repensar todas esas imágenes y discursos que siempre se dicen y que creo pueden ser repensados”, concluye.