.jpg "NOTA 16 CORTESÍA (2).jpg")
Extalleristas del Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla (IMACP) denunciaron falta de comunicación con la nueva administración, encabezada por el escritor Gerardo Ismael Oviedo Aguilar.
En entrevista para El Sol de Puebla, Sandra Parra y Palmira González, maestras en los talleres de Cartonería y Danza Contemporánea, respectivamente, expresaron que, tras finalizar los talleres en el Teatro Popular José Recek Saade durante 2020, preguntaron para conocer la continuación de los mismos, sin embargo, no fue hasta apenas hace unas semanas que se percataron de los nuevos talleres y docentes.
Añadieron que el IMACP se mantuvo en silencio sobre el asunto, pero ante los cuestionamientos e inconformidades de los alumnos de cada taller eliminado, mismos que llevaban hasta ocho años, fue que los buscaron.
“Fue hasta que comenzaron a cuestionarse los alumnos, hasta que el público, los usuarios comenzaron a cuestionar qué había pasado con los últimos talleres que entablaron o buscaron tener un diálogo, que en un inicio fue muy poco profesional e institucional”, coincidieron.
En este mismo sentido, González comunicó que las respuestas que les ofrecieron para aclarar lo sucedido no fueron las adecuadas, ni claras, tales como la entrega de un formato de desempeño para evaluarlos, pese a que ese trabajo le corresponde al mismo instituto.
“Hubo bastantes contradicciones en sus correos electrónicos en donde nosotros cuestionábamos acerca de esta evaluación de desempeño, en un correo nos decían que no, que ellos lo iban a hacer y que en cuanto lo tuvieran nos iban a dar respuesta, pero en otro correo nos volvían a decir que teníamos que entregar esa evaluación”, enunció.
Por su parte, Sandra Parra agregó que en el IMACP se dijeron dispuestos a recibir las propuestas, a pesar de tener conocimiento de los objetivos y lecciones que cada taller ofertaría al curso siguiente.
“Lo único que nos respondieron fue que estaban dispuestos a recibir nuestras propuestas, lo cual, es algo muy absurdo porque llevamos muchos años trabajando ahí, sabían de qué iban los talleres, sabían cómo era nuestra forma de trabajar y pues dijeron que estaban dispuestos a recibir nuestras propuestas pero que teníamos que entregar una prueba”, subrayó.
Así pues, recalcó que las clases en línea se dieron por iniciativa de los talleristas, ya que los alumnos mostraron intención de continuarlos, razón por la que enviaron un oficio con la propuesta, la cual se aceptó y ahora es esa misma por la que supuestamente los profesores ya no quisieron continuar impartiendo los cursos.
“La modalidad en línea, fuimos precisamente nosotros los que la propusimos, esa ya, desde que inició la pandemia, cuando en un momento la primera orden fue suspender los talleres. Entonces dijimos ¿cómo vamos a seguir trabajando?, pues si ahorita no podemos asistir al teatro pues, hagámoslo en línea”.
PETICIONES IGNORADAS
Desde el inicio de la nueva administración, los talleristas solicitaron mejores condiciones laborales, ante las diversas complicaciones y necesidades que tenían en el instituto, ya que, aunque sabían que no podrían ser considerados como un trabajador más, se comprometieron a generarles un contrato pedido, el cual, tras hacerle observaciones, ya no procedió.
“En este contrato, pues nuevamente se violentaba nuestra labor, no nos generaba ninguna estabilidad laboral, no lo aceptamos. Hicimos las observaciones para que pudieran hacer las modificaciones, quedaron de darle continuidad y eso pues nunca tuvo ninguna respuesta”, lamentaron.
Posteriormente, González recordó que generaron un oficio para volver a pedir la respuesta a la petición, pero Oviedo Aguilar solo respondió que el IMACP no tenía una responsabilidad para los talleristas, razón por la que dijo, cree que pudo desencadenar los cambios de cursos.
“Prácticamente se lavó las manos y ahí fue donde también dijimos, “esto puede generar grandes cambios para el siguiente año”, veíamos venir esta intención de cambiar totalmente la dinámica de la comunidad, de cambiar totalmente los talleres, de imponer de manera arbitraria lo que ellos necesitaban”, manifestó.
Finalmente, ambas coincidieron en que a través de los años cada taller conformó su propia comunidad, además de impartir las clases se realizaban eventos y de ser necesario se apoyaba con recurso propio a las necesidades de los alumnos y del Teatro Recek, situación que rememoró, el mismo director reconoció en algún momento.
