/ martes 28 de diciembre de 2021

Ariadne Hernández, autora de la brecha de la inclusión

La atleta alcanzó la gloria una vez más a comienzos de mes en el Paseo de Campeones; pero por la visibilidad de la lucha paralímpica trascendió

Antes de los Juegos Paralímpicos de Sídney 2000 poco o nada se sabía de los atletas adaptados en México, a pesar de que éstos compiten en dichas justas desde los Juegos de Heidelberg, Alemania en 1972. Pero tras Australia, donde el país obtuvo su mayor cantidad de preseas en este siglo dentro de una justa de este tipo (34), la visión sobre los paralímpicos en territorio azteca pasó de ser de sorpresa a orgullo.

Mucho de eso se le debe a la poblana Ariadna Hernández, hoy miembro del salón de la fama del deporte poblano o el Paseo de Campeones y oriunda de Tepeyahualco, comunidad a hora y cinco minutos de distancia de la capital del estado, donde ella pensaba nada haría debido a su discapacidad (sin movimiento de la cintura hacia abajo).

Pero tras mudarse a Puebla con el fin de completar sus estudios descubrió el deporte sobre silla de ruedas. Años después, Hernández se presentó a su primera prueba internacional en Sídney lista para escribir su nombre en el Olimpo colgándose la medalla de plata en la prueba de los 500 metros y la de bronce dentro de los 800 y los mil 500 metros.

Hace 21 años no existía la velocidad de comunicación para enterarse de todo lo que pasa en el mundo y en el deporte. Hace muchos años el haber participado en los Juegos Paralímpicos de Sídney y obtener una medalla fue la punta de lanza para abrir lo que son los medios a la sociedad para que voltearan a vernos con el fin de decir: ‘hola, aquí estamos y necesitamos estar incluidos dentro del mundo’”, explicó Hernández hace unos días a este diario cuando formó parte de la ceremonia de investidura de la primera generación miembro del Paseo de Campeones.

Pero la trascendencia de Ariadne no sólo se reduce a los metales conquistados en Australia hace 21 años, se debe a su lucha por lograr equidad y el reconocimiento de la sociedad para los atletas adaptados, pues en el 2003 cuando se convirtió en ganadora del Premio Nacional del Deporte aprovechó la vitrina para hablar por los “atletas de calidad que no han podido destacar por falta de respaldo”, como dijo por entonces.

Ariadne Hernández, ganadora del Premio Nacional del Deporte. Foto: Cortesía

En ese momento, Ariadne en compañía de Aarón Gordian y Saúl Mendoza, campeones mundiales y paralímpicos, pidieron un trato de igualdad para recibir los mismos beneficios y apoyos económicos dados a los deportistas convencionales.

Todo esto en vías de ser incluidos dentro del programa CIMA (Compromiso Integral de México con sus Atletas), que por dichos años se trataba de una beca para que los deportistas del país se mantuvieran atentos a la pista o el campo, menos preocupados por cómo hacer para vivir fuera de los mismos.

La demanda la mandaron al entonces presidente de México, Vicente Fox. Hasta antes de eso, Ariadne había compartido los arduos entrenamientos con su profesión como maestra de secundaria en la Técnica 96 de Puebla.

Han pasado muchos años desde eso, hoy hay un avance en el deporte paralímpico, pues antes era difícil que entregan becas o apoyos y hoy los hay. A mí me tocó abrir camino para eso y a quienes nos toca hacer eso, pues obviamente no es lo mismo a lo que están ahorita y por eso es importante que se conozca lo que hicimos, ya que hubo alguien que inició y tuvo el valor para hacer esto más grande”, compartió llena de orgullo la campeona.

Mis medallas valían los mismos a las de mis compañeros porque había entrenado igual o más y le había echado las mismas ganas o más. Pero afortunadamente hoy hay becas para los jóvenes atletas y eso en 21 años se trata de un gran avance”, agregó.

UNA VEZ MÁS EN EL OLIMPO

Desde entonces, México rebasó las 300 preseas paralímpicas desde su primera participación en 1972, alcanzó el metal dorado 100 en su historia, ha ganado desde Sídney 146 medallas y Ariadne ha alcanzado otra vez el Olimpo.

Sí, el pasado tres de diciembre su nombre se incluyó en el Paseo de Campeones, un salón de la fama del deporte poblano donde se codea con la gran Yola Ramírez o el también campeón olímpico Williams de Jesús Córdova, el primer mexicano en obtener una medalla dentro del taekwondo en las justas veraniegas, entre otros.

Ese hito, dicho en las propias palabras de Hernández, “es similar a la gloria olímpica, la cual es una prueba de que se pueden hacer las cosas; pero un reconocimiento en tu estado es un reconocimiento del gobierno, de la sociedad y eso para mí, es más importante”, remató.

Antes de los Juegos Paralímpicos de Sídney 2000 poco o nada se sabía de los atletas adaptados en México, a pesar de que éstos compiten en dichas justas desde los Juegos de Heidelberg, Alemania en 1972. Pero tras Australia, donde el país obtuvo su mayor cantidad de preseas en este siglo dentro de una justa de este tipo (34), la visión sobre los paralímpicos en territorio azteca pasó de ser de sorpresa a orgullo.

Mucho de eso se le debe a la poblana Ariadna Hernández, hoy miembro del salón de la fama del deporte poblano o el Paseo de Campeones y oriunda de Tepeyahualco, comunidad a hora y cinco minutos de distancia de la capital del estado, donde ella pensaba nada haría debido a su discapacidad (sin movimiento de la cintura hacia abajo).

Pero tras mudarse a Puebla con el fin de completar sus estudios descubrió el deporte sobre silla de ruedas. Años después, Hernández se presentó a su primera prueba internacional en Sídney lista para escribir su nombre en el Olimpo colgándose la medalla de plata en la prueba de los 500 metros y la de bronce dentro de los 800 y los mil 500 metros.

Hace 21 años no existía la velocidad de comunicación para enterarse de todo lo que pasa en el mundo y en el deporte. Hace muchos años el haber participado en los Juegos Paralímpicos de Sídney y obtener una medalla fue la punta de lanza para abrir lo que son los medios a la sociedad para que voltearan a vernos con el fin de decir: ‘hola, aquí estamos y necesitamos estar incluidos dentro del mundo’”, explicó Hernández hace unos días a este diario cuando formó parte de la ceremonia de investidura de la primera generación miembro del Paseo de Campeones.

Pero la trascendencia de Ariadne no sólo se reduce a los metales conquistados en Australia hace 21 años, se debe a su lucha por lograr equidad y el reconocimiento de la sociedad para los atletas adaptados, pues en el 2003 cuando se convirtió en ganadora del Premio Nacional del Deporte aprovechó la vitrina para hablar por los “atletas de calidad que no han podido destacar por falta de respaldo”, como dijo por entonces.

Ariadne Hernández, ganadora del Premio Nacional del Deporte. Foto: Cortesía

En ese momento, Ariadne en compañía de Aarón Gordian y Saúl Mendoza, campeones mundiales y paralímpicos, pidieron un trato de igualdad para recibir los mismos beneficios y apoyos económicos dados a los deportistas convencionales.

Todo esto en vías de ser incluidos dentro del programa CIMA (Compromiso Integral de México con sus Atletas), que por dichos años se trataba de una beca para que los deportistas del país se mantuvieran atentos a la pista o el campo, menos preocupados por cómo hacer para vivir fuera de los mismos.

La demanda la mandaron al entonces presidente de México, Vicente Fox. Hasta antes de eso, Ariadne había compartido los arduos entrenamientos con su profesión como maestra de secundaria en la Técnica 96 de Puebla.

Han pasado muchos años desde eso, hoy hay un avance en el deporte paralímpico, pues antes era difícil que entregan becas o apoyos y hoy los hay. A mí me tocó abrir camino para eso y a quienes nos toca hacer eso, pues obviamente no es lo mismo a lo que están ahorita y por eso es importante que se conozca lo que hicimos, ya que hubo alguien que inició y tuvo el valor para hacer esto más grande”, compartió llena de orgullo la campeona.

Mis medallas valían los mismos a las de mis compañeros porque había entrenado igual o más y le había echado las mismas ganas o más. Pero afortunadamente hoy hay becas para los jóvenes atletas y eso en 21 años se trata de un gran avance”, agregó.

UNA VEZ MÁS EN EL OLIMPO

Desde entonces, México rebasó las 300 preseas paralímpicas desde su primera participación en 1972, alcanzó el metal dorado 100 en su historia, ha ganado desde Sídney 146 medallas y Ariadne ha alcanzado otra vez el Olimpo.

Sí, el pasado tres de diciembre su nombre se incluyó en el Paseo de Campeones, un salón de la fama del deporte poblano donde se codea con la gran Yola Ramírez o el también campeón olímpico Williams de Jesús Córdova, el primer mexicano en obtener una medalla dentro del taekwondo en las justas veraniegas, entre otros.

Ese hito, dicho en las propias palabras de Hernández, “es similar a la gloria olímpica, la cual es una prueba de que se pueden hacer las cosas; pero un reconocimiento en tu estado es un reconocimiento del gobierno, de la sociedad y eso para mí, es más importante”, remató.

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