Lo del Atlas en la CONCACAF Liga Campeones el martes no fue un sueño ni un invento, se trató de un impulso para agarrar vuelo y llegar el viernes lanzado al Cuauhtémoc para ganarle al Puebla 4 por 0.
Nueve partidos ligueros después La Academia vio por fin la luz para darle un bonus o un “extra time” a Benjamín Mora en el banquillo rojinegro.
Tal vez fue la épica del martes, la fama del Puebla de darle vida a los muertos este torneo (Cruz Azul, Santos y la lista sigue creciendo), o simplemente el estado de la cancha del Cuauhtémoc porque dos resbalones hicieron de cómplices a los dos golazos que se mandó La Academia en Puebla para encontrar el camino y así ponerle fin a la mala racha.
Sí, Antony Silva se equivocó en el recorrido cuando el intento de Brian Lozano a tiro libres apenas a los seis minutos y cuando trató de corregir aparecieron los topos para hacerle la maldad, porque el cancerbero se fue al suelo para así darle paso al grito de gol de un sector de la afición en el dos veces mundialista.
“El Huevo” lo intentó, pero el campo o los tachones de Silva en un campo húmedo luego de una semana de lluvia en la Angelópolis confabularon a favor de La Academia o en contra del Puebla.
Vaya Liga, cualquiera le gana a cualquiera. Puebla sin mucho hace una semana derrotaba a las Chivas y una después se las veía negras contra el antepenúltimo puesto de la tabla.
Sea como sea Atlas lo ganaba e incrementaba la ventaja con un Puebla somnoliento, sin enterarse del arranque del partido y que sólo accionó el botón de encendido cuando Julián Quiñones le regaló a La Academia un gol de antología.
El moreno, autor de un doblete el martes en la épica de la CONCACAF Liga Campeones, se tiró una chilena dentro del área blanquiazul para el 2-0.
Eso sí, el buque insignia del Atlas en el ataque remató cómodo cuando su marcador Emanuel Gularte también había sido víctima de otro resbalón… de otra hormiga, topo o tachón mal elegido para jugar en un campo húmedo.
Quiñones, por cierto, le ha marcado en los últimos tres partidos a La Franja y cuando mojó siempre el Atlas punteó.
De dos-dos para Atlas. Así fue la efectividad rojinegra en el primer tiempo, donde Puebla trató con Omar Fernández y Guillermo Martínez; pero nada para inquietar a Camilo Vargas.
Tras la reunión de las tropas del entretiempo, Puebla lo buscaría sí o sí y ése fue el mensaje de Eduardo Arce retirando a Gularte-Martínez del campo por Daniel Aguilar y Facundo Waller.
Pero el plan remontada se vino para abajo cuando Gastón Silva marcó el tercero en propia puerta, luego apaga y vámonos cuando Lozano hacía el cuarto por la vía del tiro libre.
El Atlas está en llamas, ocho goles en dos partidos lo dejan claro. La Franja volvió a las andadas y como para no desentonar les dio otra vez vida a los moribundos, o mejor dicho cayó víctima de su irregularidad en el torneo.
