Un frío primer tiempo y un gol tempranero en la reanudación de Fernando Arce se cargaban el invicto el martes del Puebla en el Cuauhtémoc; pero una vez más recurriendo a la vieja confiable, la épica, La Franja vino de atrás para igualar a uno con Juárez.
El empate si bien mantiene el paso inmaculado del blanquiazul en el torneo; sí compromete su posición del líder.
A La Franja se le está haciendo costumbre regalar los primeros tiempos o conectarse a los partidos. Si Chivas el sábado le metió un meneo, del cual reaccionó de forma temible en la segunda mitad; el martes en casa ante un Juárez inferior, y no sólo por lo que dice la tabla, únicamente monopolizó el esférico, pero sin llegar a ser ese conjunto electrizante de ida, vuelta, presión y sobre todo juego directo.
De eso poco, muy poco, sólo en los 10 minutos del final del primer capítulo. Ahí el Puebla se trató del Puebla con Jordi Cortizo regalando una volea que cimbró el transversal y una escapada de Maxi Araújo con buscapiés incluido en dirección hacia Memo Martínez, titular otra vez, pero impuntual a la cita con el gol.
Pero al menos La Franja alcanzó el descanso siendo La Franja. Aunque en la reanudación, Juárez le dio una probadita de su propia medicina.
Lezcano se fue a presionar alto a Diego de Buen para forzar el error blanquiazul. De los supuestos se pasó a los hechos y el balón le quedó a merced a Maximiliano Silvera para que éste sin volverse loco sirviera al corazón del área a Fernando Arce, quien de primera acomodó el esférico al fondo de la red para estrenar la pizarra.
Una vez más Puebla debía de recurrir a la vieja costumbre de la épica. Sí, la misma del sábado en Zapopan o la de hace casi un mes contra Atlas.
Larcamón se puso en modo Larcamón, ese técnico que le da igual perder por uno o por tres en aras de empatar o ganar y retiró del terreno a Gularte por Corral en búsqueda de ganar más llegada por los acostados en el reacomodo de la alineación. Luego se la jugó con Alberto Herrera en lugar de Juan Pablo Segovia y el canterano otra vez le dio la razón a su entrenador.
La enésima operación remontada se puso con Araújo encarando por derecha hasta frenar en el corredor del área, donde tiró de la chistera centrando con un taconazo en dirección de Martínez, éste aguantó y giró de media vuelta, pero la zaga juarense tapó estoica. Pero el rebote terminó por elevarse en el aire y ahí el corazón del Puebla apareció con Herrera lanzándose como si no hubiera mañana para rematar de cabeza y festejar como un loco.
Sin embargo, la operación remontada quedó inconclusa, no hubo más porque Larcamón guardó parte de sus armas con la visita del sábado al Azteca para medirse a Cruz Azul en el horizonte, sin más Mancuello se fue al banco por Javier Salas y la modificación hombre por hombre con Aristeguieta en lugar de Martínez.
El venezolano lo buscó, pero esta vez no hubo para otro de goles mágicos del Puebla. El blanquiazul no ganó, pero al menos no perdió el invicto; tal vez vea cómo el liderato cambie de manos con Pachuca y Tigres acechándole… lo bueno es que éstos tampoco la tienen sencilla el miércoles, pues ni más ni menos deberán de pelear la cima del torneo contra el campeón Atlas y un Cruz Azul herido tras caer con Santos el domingo.
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