Las playeras alusivas a la calificación que mostraron los jugadores del Tri, al finalizar el partido vs El Salvador, lucían bonitas, claro, seguramente estaban contentos por ir a la justa mundialista y cumplir con los objetivos deportivos, pero sobre todo los comerciales. Recordemos los muchos millones de dólares que se perderían si la Selección no asistiera a Catar.
La clasificación prácticamente estaba sellada, pese al empate como local ante los estadounidenses, sin embargo, el “Tata” no termina de convencer o simplemente no convence, situación que ya se volvió una costumbre en nuestro balompié.
Recordemos que la última vez que se completó un ciclo en la dirección técnica de la selección fue con Ricardo Antonio Lavolpe y su calificación clara para ir a Alemania 2006, desde entonces han existido diversos altibajos que ya marcan una mediocridad que es costumbre, es entonces que nos preguntamos ¿Seremos campeones del mundo algún día? ¿Cuál es el problema verdadero? En cuanto al primer cuestionamiento considero que no, sin afán de ser pesimista ni nada y, respondiendo al segundo, es claro que los problemas son estructurales y que la Femexfut, así como otras muchas federaciones deportivas, sindicatos, empresas paraestatales y muchas otras cosas en el país, están sujetas a una corrupción notable y una ambición por parte de sus líderes.
El futbol es parte del negocio del entretenimiento y, en ese tenor, la Selección ha sido un éxito desde 1994, recordando que solo nuestro equipo y la verdeamarela han asistido a la Copa del Mundo y avanzado a la segunda fase desde el Mundial de Estados Unidos. Ahora la tradición continúa, pero no se ve por dónde se pueda avanzar al quinto partido o instancias superiores por las carencias vistas desde hace años.
En cuanto abno podemos negar su trayectoria, pero curiosamente en la Selección Mexicana algo pasa y los timoneles no pueden destacar como se espera, es decir, no importa qué tan bueno sea el técnico, llegando al Tri se descompone de alguna manera.
Cambiar al timonel quizá daría un golpe mediático y no sería la primera vez que hubiera un bomberazo. Si el verdadero objetivo es simplemente calificar a la segunda fase, creo que el argentino o cualquier otro lo podría hacer debido al lugar que tiene México en el futbol mundial: estar dentro de los 16 mejores, pero no más, así que sintámonos contentos de poder ver el próximo Mundial, emocionarnos con el equipo nacional, pero recordemos para qué está hecho y quién toma las decisiones, así que no esperemos cosas imposibles, ni alimentemos ilusiones que siempre resultan destrozadas cada 4 años. Hasta la vista.
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