El camino de la mano vacía (karate-do) se convirtió en el camino del guerrero para la medallista panamericana y mundial Merillela Arreola. La deportista se presume como una mujer sin límites dentro o fuera del dojo, a partir de la práctica de esta arte marcial que este domingo celebra su día a nivel internacional.
“Qué no ha hecho por mí el karate, me escogió y me ha dado toda una disciplina”, expresa vía Zoom la karateca. “Tal vez si no hubiera llegado tarde a una clase de hawaiano, no estaríamos hablando hoy de esta cultura”, explica.
El karate, para quien lo ha practicado y vivido, es un camino de esfuerzo constante, de auto-superación y redefinición de los límites porque exige disciplina desde el día uno. A eso se ha sometido Arreola desde los ocho años de edad.
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“No es para cualquiera, les mentiría si les dijera que esto es fácil. Todo lo contrario, el karate te va a probar todos los días y si te lo tomas en serio… te va a gustar y regresarás”, afirma la practicante de esta arte marcial.
Arte, según Arreola, porque enseña sobre “el manejo de la frustración, emociones y sobre todo para decidir de mejor forma, pues se trata de estar en equilibrio”. Marcial porque es “disciplina a la hora de establecer objetivos, desde las cintas hasta las metas en las competencias”.
El camino de la mano vacía le brinda entonces “matices” a la vida, al igual y como sucede con cada una de las escuelas de karate existentes, donde los grandes maestros le han impreso su sello a este arte marcial y los alumnos de cada uno de éstos han sido testigos de los cambios llevándolos, tarde o temprano, a otra generación.
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“Cuando hablas de karate, hablas de un arte que se enriquece por las variantes de los movimientos hechos por los maestros, dándole cada uno su toque, su sello, su personalidad como sucede con todas las cosas en la vida”.
MÉXICO TIERRA DE KARATE
El arte marcial llegó a tierras aztecas a finales de la década de los 50 del siglo pasado, ganando adeptos desde sus inicios porque a decir de Merillela se identificó con la personalidad de los mexicanos o de la de sus pueblos originarios.
“Somos un pueblo guerrero, somos guerreros desde nuestros orígenes y el karate se fundamenta en eso, siempre interesado en defender las buenas causas y poniéndole corazón a las mismas”, apunta. “Y es así porque es una especialidad donde se antepone el honor o se le da el real valor”, agrega.
En la actualidad toda esta cultura se mezcla con la deportiva, donde pareciera el fin único es ganar, restándole al karate por momentos su filosofía profunda, razón por la cual los propios maestros de esta arte marcial y la gente a cargo del olimpismo miraban con desdén su entrada a los juegos de verano. Pero eso cambió con la llegada de los olímpicos de Japón, casa del karate.
“Ese era el tema del ser un deporte olímpico, el que si era un deporte o una cultura. Al final quedó claro el impacto del arte marcial en el mundo y por eso se le incluyó en el programa, ojalá se mantenga”, remata Arreola.
- El karate nació en la isla de Okinawa, Japón, donde comenzó a practicarse en 1922
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LAS KATAS
Las formas son esquemas rítmicos y rígidos de defensa. Estas técnicas utilizan diferentes partes del cuerpo para golpear, como las manos (canto, palma, dedos, nudillos), los pies (talón, borde externo, planta, base o punta de los dedos), los codos, los antebrazos, las rodillas o la cabeza; además del hueso tibial, en determinados estilos
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