Desde la temporada del 2019, la primera como vicepresidente deportivo de los Pericos, Alfonso “Chato” López tuvo la intención de reforzar su defensiva con el parador en corto y segunda base capitalino, Ciro Norzagaray.
En ese entonces lanzó el buscapiés a los directivos de Unión Laguna, pero la operación no se concretó.
“Me gusta mucho como juega ese muchacho”, dijo en aquel entonces el cerebro deportivo de los cuatro veces campeones de la zona Sur en esta nueva etapa de la pelota en Puebla.
En ese entonces, la inconsistencia defensiva de Alberto Carreón en el campo corto provocó que se perdiera la confianza en él, lo que obligó al directivo a poner a funcionar su maquinaria.
Carreón había pasado por una serie de lesiones en ese 2019 y en ocasiones ocupó esos terrenos sin estar al cien por ciento, lo que se transformó en una campaña complicada, cometiendo 15 errores en 87 juegos, con un porcentaje de fildeo de .958, el más bajo desde la campaña de 2014 cuando en 104 juegos sumó 24 pecados y acumuló un .952.
A la contra, Norzagaray acumuló en ese mismo año once pecados en 42 juegos para un porcentaje de .946, por debajo del mismo Carreón, pero aun así el “Chato” no quitaba el dedo del renglón.
Carreón, mejoró enormemente sus números defensivos cuando fue colocado de lleno en la intermedia ante el ascenso de “La Chispa” Gastélum como manager, participando en 29 juegos con 83 asistencias y solo acumuló tres fallas para un porcentaje de .979.
Coincidentemente lo mismo sucedió con Norzagaray, quien en 56 partidos jugando la segunda base en 147, cometió cinco errores, para elevar su porcentaje en .982. Además, participó en 49 dobles matanzas, 29 más que Carreón, aunque en 27 partidos más.
Con esos argumentos, el “Chato” siguió picando piedra, y a sabiendas de que, con la lesión de Alberto Carreón y su cambio inesperado a Tabasco por un jugador por designar -que le soltarán hasta que el tapatío vuelva a calzarse unos spikes-, insistió en traer a al capitalino para cubrir precisamente los terrenos de la segunda base.
Con tantas promesas en el equipo en esos terrenos, pero con la desventaja de su inexperiencia, prefirió ir por el pelotero de 27 años y cinco campañas en Liga Mexicana para colocarlo en la intermedia y suplir la ausencia de uno de los grandes ídolos de la afición poblana.
Así, Ciro apareció desde la primera semana en el entrenamiento de los Pericos, para dar mayor solidez a la defensiva, sobre todo para cubrir dos sitios importantes en la espina dorsal -segunda y campo corto-, donde hará una prometedora llave de dobles matanzas con el bajacaliforniano Jorge Flores.
Con ello, solo irían por un receptor más experimentado, ya que el central con Pete O'Brien estará más que cubierto.
Con el madero, Norzagaray bateó apenas para .291 con 51 imparables en 175 turnos legales, con un jonrón y once impulsadas en 49 juegos en 2021. Su porcentaje de embasarse fue de .726.
Números inferiores, a los de Carreón quien, en 62 juegos, tomó 224 turnos, disparó 71 imparables, dos jonrones, con 38 impulsadas un porcentaje de bateo de .317 y un porcentaje en base de .768.
Con cinco años en Liga Mexicana desde sus siete juegos en 2017 con Yucatán, hasta su consolidación con Laguna entre 2018 y 2021, la ventaja para Ciro son sus seis años más joven que Alberto Carreón, y con él, los Pericos buscan tener un jugador de cuatro por largo tiempo, en lo que terminan de cuajar novatos como Hermán Alvarado, Diego Manjarrez y el mismo cubano naturalizado mexicano, Luis Medina.
Una apuesta interesante, que cubre una grieta más que se abrió en el equipo tras la lesión y más tarde la partida del último ídolo verde, Alberto Carreón.