El pugilismo poblano está de luto, en específico de la región de Teziutlán con el fallecimiento de Julio Hernández Guarneros, también conocido como el “Pequeño veneno teziuteco” a consecuencia de un paro cardiaco a la edad de 48 años, el lunes pasado.
A lo largo de su carrera como boxeador participó aproximadamente en 50 peleas profesionales, aunque a causa de que en varias ocasiones por diversas circunstancias personales tuvo que interrumpir su actividad deportiva, no pudo explotar a lo máximo su carrera boxística a nivel nacional.
Flavio Hernández, hermano del “Pequeño veneno teziuteco”, recuerda con cariño a su hermano, quien reconoció que pese a nunca lograr un título nacional, su calidad fue excepcional.
“Estamos muy tristes como su familia, en cuanto a su legado como boxeador pese a su edad siempre contó con una técnica depurada, fue complicado siempre que lo atacaran, fue un campeón sin corona, no es fácil en esta carrera, el mundo del boxeo es de muchos elementos pero tenía la clase y potencial para llegarlo a ser”, dijo.
Recordó que su hermano así como el resto de su familia siempre fueron amantes al pugilismo.
“Nos gustó el deporte desde niños porque mi papá fue boxeador, nacimos en el deporte, mi hermano paró por 20 años, aunque de joven sí ejerció la carrera, después se retiró y ya adulto regresó, lo hizo de forma sorprendente, tenía cualidades importantes”, expuso.
Finalmente la dinastía Hernández reconocida en Teziutlán como “Los Flavius”, al ser tres hermanos, quienes se dedicaron al deporte de los puños, posteriormente la llegada de Flavio “Yuyo” Hernández, quien a lo largo de su carrera ha destacado en Atlixco, esperan que en el futuro el amor por este deporte se mantenga en la familia.