Estructuras armándose, mientras el sonido del metal se funde con el de la cocción de las milanesas de los puestos de cemitas descansando enfrente de La Arena Puebla. Todo esto cuando en la otra esquina, no en la ruda y sí en la de la cuatro sur, Flor Palacios Villegas “Máscaras La Güera” anuncia las tapas en venta… sí, la lucha libre está de regreso.
Un año cinco meses después El Gigante de Acero de la colonia Centro ha abierto sus puertas para la afición y los vendedores lo saben, también los extranjeros, quienes se han retratado el lunes nueve de agosto en La Arena para no perderse la “one and only lucha libre mexicana”, como expresa Joe a una hora y media del arranque de la función de reapertura.
El neoyorquino de visita en México asegura nunca antes ha visto una situación parecida con todo y pandemia: sí, vendedores ambulantes, colores, aromas, folclore.
“Estoy con ganas de ver a los rudos y a los técnicos, la verdadera y original lucha. Es muy emocionante saber que estoy en el mismo país de El Santo, Blue Demond y otros grandes luchadores”, expresa mientras su cara es cubierta por un tapabocas de Los Dinamita.
Los vendedores, por su parte, han visto la luz después de tanto tiempo. Tan buena es la situación que vendiendo el lunes 20 máscaras, cuando hasta antes de la pandemia colocaban entre la afición más de dos centenares, se dan por servidos.
“En todo este tiempo nunca falté, siempre estuve aquí. No era por el dinero; sí por costumbre y yo no sé vivir sin la Arena Puebla. Espero que todos mis clientes vengan para vender por lo menos 20 máscaras porque sin pandemia hasta 400 vendía”, indica Flor, mejor conocida como Máscaras “La Güera”.
LOS RUDOS, LOS RUDOS, LOS RUDOS
Pero no todo fue miel sobre hojuelas, pues la esquina del mal, se dijo vilipendiada, el motivo: no alcanzaron boletos.
A decir de Idris, miembro de la porra ruda, a él y sus colegas se las aplicaron porque cuando se acercaron al pancracio para comprar localidades les dijeron, “no hay joven, venga otro día más temprano y con más calmita”.
“Sí tienen boletos, pero primero quieren vender los más baratos. Ni porque nosotros apoyamos esto cada ocho días con la porra ruda, no respetan eso, ni porque les hacemos el gasto”, manifiesta.
La lucha libre está de regreso en Puebla con sana distancia, cubre bocas, gel y desinfectante para echar al cielo.
La fiesta ha vuelto al Gigante de Acero de la colonia Centro, donde en tiempos de pandemia se venda poco o mucho, se pague un boleto a otro costo, los extranjeros siguen diciendo “presente” y los aficionados agradecen por contar con otro espectáculo con el cual distraerse u olvidar todo este trance y mal, al cual el lunes nueve de agosto se le ha puesto en toque de espaldas.