El swing de Howie Hendricks fue descomunal. El batazo se elevó, tomó distancia y se fue del otro lado de la cerca por todo el central.
Ese Grand Slam en la décima entrada de un pelotero que había batallado con su defensiva, era el tiro de gracia para los Dodgers de Los Ángeles.
El Dodgers Stadium enmudeció y la ilusión de los Dodgers de llegar a su tercera Serie Mundial consecutiva y ahora sí, ganarla, se acabó en la primera ronda.
Los Nacionales de Washington, que se metieron a la postemporada como el mejor comodín de la Liga Nacional y que llegaron con una racha de nueve triunfos en los últimos 10 juegos, habían consumado la hazaña venciendo al mejor equipo del viejo circuito, que a lo largo de la campaña almacenó 106 victorias, y cuya marca solo fue superada por los 107 de los Astros de Houston.
Una tristeza para sus seguidores, pero quedó demostrado, una vez más, que a Cleyton Kershaw no se le da la postemporada y que Dave Roberts también tiene sus altibajos a la hora cero.
Pero da gusto ver a los Nacionales, esos mismos que heredaron la franquicia de los Expos de Montreal, llegando a su primera antesala de la Serie Mundial.
Por la tarde, San Luis había despedazado también en su propia casa a los Bravos de Atlanta para avanzar a la Serie de Campeonato de la Liga Nacional, que será totalmente colorada.
Una serie que ganaron pese a que su mánager Mike Matheny en el tercer juego y primero en San Luis, con la pizarra 1-0 a favor y corredor en segunda, pasó intencional la potencial carrera de la ventaja, lo que al final les pesó porque ese corredior dio la delantera a Bravos.
Resurgieron de sus cenizas y alargaron la batalla hasta el quinto juego donde con sus 10 carreras en la primera tanda dieron un golpazo de autoridad.
Unos Cardenales que presumen 11 anillos de Serie Mundial, el último de ellos en el 2011 entrando como comodín; que han ganado 19 series de campeonato, que jugaron su último clásico en 2013, cayendo en seis juegos ante los Medias Rojas de Boston y que en estas lides gozan de enorme experiencia.
Hoy arranca la batalla en Washington, porque pese a avanzar como comodín, los Nacionales de Dave Martínez tuvieron mejor marca que los Pájaros Rojos.
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Gabriel Medina, director de planeación y estrategia, fue designado presidente interino de la Liga Mexicana de Beisbol de Verano ante la renuncia de Javier Salinas como mandamás del circuito.
Medina ha trabajado durante nueve años en la liga, donde llegó como gerente de medios y fue escalando posiciones hasta convertirse en brazo derecho de Salinas.
Es un joven con amplio conocimiento del beisbol, y se encargará de sacar adelante todos los compromisos que tiene la liga, en tanto consiguen al sucesor, que ya andan buscando tiene rato.
Nombres hay muchos, pero se las ha olvidado colocar en ese grupo a Samuel Lozano Molina, que reúne todas las cualidades para convertirse en conciliador y volver a unir a esos dos grupos que pelean por el poder de la liga.
Samuel tiene amplia experiencia dentro del beisbol. Sabe del negocio en todos los terrenos, desde el deportivo hasta el comercial, y sería la persona ideal para sacar el barco adelante, incluso por encima de Horacio de la Vega...
Se los dejo de tarea.
