Una vez que el equipo no le aceptó al rector de la máxima casade estudios del estado Alfonso Esparza Ortiz cambiar el pago de laapuesta por un asado tras haber calificado a la liguilla por elAscenso MX, al mandamás de la Benemérita no le quedó otra quecumplir y aventarse de un avión en paracaídas.
El Doctor, tal y como se había hecho a la idea desde elsábado, cumplió con su palabra y ayer en el aeródromo de Atlixcose lanzó desde una avioneta para finiquitar su deuda de honor.
El reto entre el dirigente de la BUAP y Lobos se pactó desdehace casi dos meses.
El rector declaró hacia los jugadores licántropos que sillegaban a calificar, se lanzaba de un paracaídas, meta que secumplió el pasado sábado cuando los Lobos de la BUAP derrotaron2-1 a los Leones Negros de la UdeG.
Sin quererlo, la apuesta funcionó como motivación para que elconjunto universitario cambiara el rostro tras una primera vueltade torneo para el olvido.
En caso de que el equipo no hubiese avanzado a las finales aNicolás Ruvalcaba como capitán del equipo le tocaba pagar anombre del plantel.
El desafío y el cumplimiento del mismo es una muestra de labuena sintonía entre la cabeza de la Benemérita y La Manada.