México ya conquistó la Copa Libertadores, la cual se disputarán el próximo sábado River Plate y Boca Juniors en el Monumental de Buenos Aires, Argentina.
Aunque si usted limita la búsqueda exclusivamente a los equipos aztecas que alcanzaron la final del máximo torneo continental a nivel de clubes para tratar de hallar a un campeón, probablemente ponga en entredicho la credibilidad de El Sol de Puebla cuando asegura el triunfo tricolor en el certamen, pues ni Cruz Azul, Chivas o Tigres alzaron el trofeo.
Sin embargo, existe el precedente de un entrenador mexicano, quien como parte del cuerpo técnico del Once Caldas de Colombia ganó la Libertadores en 2004.
Su nombre: Jorge Yahir García Romero.
El Sol de Puebla charló con él en el Estadio Universitario, donde se desempeña como auxiliar técnico de Juan Francisco Palencia con La Manada de los Lobos de la BUAP.
A 14 años de convertirse en el primer mexicano ganador de la Copa Libertadores de América, ésta es su apasionante historia, la cual comienza con un joven de 27 años de edad estudioso del futbol preparándose por Sudamérica, y quien desconoce lo que le depara el destino en Colombia por el sólo hecho de trabajar en México con Cruz Azul bajo las órdenes del hoy estratega del Puebla, Enrique Meza.
“Bastante tiempo de aquello (el título con el Caldas en la Libertadores), pero ese recuerdo siempre estará ahí, es algo muy padre que me sucedió, todo por la finalidad de ir a aprender (del futbol) y en gran medida por trabajar en México con el profe Meza”, recuerda Jorge.
“Antes de mi viaje había ido un año atrás con Cruz Azul a jugar la Libertadores y tuve la oportunidad de ver al equipo (Once Caldas). Después regresé porque me gustaba la forma en cómo se desempeñaban en la cancha y tenía ganas de seguirlos”, agrega.
En menos de un tris el viaje de actualización, se transformaba para el auxiliar técnico universitario en una aventura apasionante.
De hallarse de paso por el cono sudamericano se quedaba de tiempo completo, pues disponía de una oportunidad dorada para continuar su adiestramiento como técnico gozando del apoyo del entonces cuerpo técnico del Once Caldas para costear sus gastos e inclusive presumir de un lugar donde vivir.
Él, a cambio debía de entregar informes y proponer trabajos en cancha para el cuadro colombiano.
Todo esto le valió la confianza del hombre a cargo, el entrenador Luis Fernando Montoya, quien le encomendó tareas de mayor importancia como la de visoria de los rivales del Caldas, incluidos aquellos de la Libertadores.
El equipo albo, rememora Jorge, partía en la Copa en desventaja o como la víctima cuando en su camino hacia la final se cruzaban conjuntos como el histórico Santos y el difícil Sao Paulo.
“Nosotros no teníamos la presión de salir campeones, pero íbamos a lugares como Sao Paulo y ya se veían en Japón en la Copa Intercontinental. Todo eso se convirtió en una motivación extra para nuestros propios jugadores para alzar el campeonato”, confiesa.
EL ESPÍRITU DE SHACKLETON.- Aunque nada mejor para conquistar la Libertadores como rememorar el espíritu del explorador irlandés Ernest Shackleton, quien luego de dos años de aislamiento en el Polo Sur tras el hundimiento de su barco, se las ingenió para salvar a todos sus hombres y así llevarlos de vuelta a casa.
La historia la conocía bien Jorge.
El mexicano preparó entonces un vídeo con motivo a la visita del Once Caldas a La Bombonera de Boca Juniors, donde comenzaría a definirse el título continental y además los esperaba un ambiente hostil.
“El día de la final de ida en Buenos Aires le pedí al profe Montoya ver un vídeo de Shackleton, que tal vez serviría para hacer frente a las condiciones que enfrentaríamos: una cancha repleta y una afición enardecida. El profe aceptó y de ahí salió una gran charla técnica, que asimilaron todos los muchachos para lograr un gran resultado”.
El Once Caldas salía con un 0-0 favorable para su causa de la casa del campeón reinante, destronándolo en Colombia en la vuelta en penales (2-0) tras igualar 1-1 en el tiempo regular. Una vez más el Caldas alzaba los brazos en el segundo duelo, al igual y como lo hizo en toda las fases previas de eliminación de la Copa Libertadores de América.
Nada, a decir de Jorge, se compara con la gloria continental, la cual se pierde México desde el 2016 cuando por motivos de logística salió del certamen. El hoy auxiliar licántropo invita a repensar a los dirigentes del futbol mexicano las cosas en aras del crecimiento del juego de pelota azteca.
“A México le hace falta la Libertadores, pues los jugadores crecen por el nivel de exigencia de la competencia y el no participar ha detenido el desarrollo de nuestro futbol”.
