Si el Puebla o mejor dicho su afición reincide en el futuro con una invasión de cancha como la protagonizada el viernes pasado al final del partido ante las Águilas del América, de las amenazas se pasaría a los hechos y el veto, cerrar el Cuauhtémoc para la fanaticada o para el blanquiazul, se convertiría en realidad.
Por ahora, luego del comunicado dado a conocer por parte de la Comisión Disciplinaria al respecto todo quedó en una amonestación. Pero la situación preocupa cuando en el pasado reciente se han presentado desde agresiones al rival por parte de la afición y violencia fuera de la cancha o en la tribuna.
Por lo menos, La Franja jugaría un partido a “puerta cerrada” o en otro estadio ubicado a “50 Kilómetros del estadio habitual”, según lo estipulado por el reglamento de competencia de la Liga MX dentro de su apartado de “Veto al Estadio”, artículo 70.
De esa forma si el Cuauhtémoc es vetado el Puebla “deberá de jugar en su Estadio a ‘Puerta Cerrada’, en el día y hora acostumbrados, situación que será certificada por la LIGA MX a través del Comisario designado para dicho encuentro”, explica el reglamento de la justa.
Pero si así lo prefiere, el blanquiazul contaría con la chance de jugar “en otro Estadio de la LIGA MX o LIGA EXSPANSIÓN MX, que se encuentre ubicado a partir de 50 km del Estadio habitual”. Aunque éste deberá de “ser aprobado por la Presidencia Ejecutiva de la LIGA MX, y autorizado expresamente por el Club que habitualmente juega en el Estadio de que se trate”, ahonda la norma.
Sin embargo, para la autorización, “el Club sancionado deberá informar a la Presidencia Ejecutiva de la LIGA MX sobre la decisión de jugar en otro Estadio, con cuando menos 7 días naturales de anticipación al partido programado tratándose de Fase de Calificación y 2 días naturales tratándose de jornada doble y/o Fase Final”.
Cabe destacar, esta opción le resultaría más costosa al conjunto blanquiazul, pues “si por la ubicación del Estadio elegido para suplir a otro en caso de Veto se originasen gastos extras para los Clubes participantes, estos gastos correrán a cargo del Club cuyo Estadio esté vetado”, señala puntualmente el artículo 71 del reglamento de competencia.
¿POR QUÉ SE VETA A UN ESTADIO?
Además de la invasión a la cancha, también son motivos para cerrar un inmueble la violencia en la tribuna, y hacia los participantes de un encuentro (equipos, cuerpos técnicos, árbitros) por parte de la afición o entre ella. También la aparición del grito homofóbico en la grada es razón para el veto.
Hasta ahora sólo dos equipos de la Liga MX han sido sancionados con el cierre del estadio por manifestaciones discriminatorias, Cruz Azul y Atlas.
Los cementeros lo vivieron en carne propia en el Grita México 2021 en el estadio Azteca enfrentado a León a consecuencia de los gritos homofóbicos por parte de un sector de aficionados celestes al guardameta esmeralda, Rodolfo Cota, obligando a parar el choque en par de ocasiones y a agregar en la compensación 11 minutos.
Antes, en el malogrado Clausura 2020, en la jornada dos en el duelo entre Atlas y Puebla en el Jalisco el compromiso debió de detenerse dos veces debido a los gritos homofóbicos en contra del entonces guardameta blanquiazul Nicolás Vikonis durante cada uno de sus despejes.
¿CUÁNDO HAN VETADO AL CUAUHTÉMOC?
En este siglo el castigo sucedió en el Torneo Apertura 2004 cuando el entonces dueño del equipo Francisco Bernat Cid supuestamente golpeaba, junto con cuatro de sus guardaespaldas, al cuerpo arbitral encabezado por Manuel Glower Guerra en el duelo del 24 de octubre contra los Pumas de la UNAM.
Aquel partido se trató de un duelo intenso con triunfo sobre la hora de los auriazules; además hubo un penal polémico, lo cual prendió a la gente desencadenando desmanes en la tribuna y en los vestuarios.
Por entonces se le imponía dos encuentros de castigo al Cuauhtémoc y a Bernat un año de sanción.
Antes de eso, en la década de los 90, cuando la presunta persecución de Televisa al entonces presidente del equipo Emilio Maurer el Puebla vio las puertas del Cuauhtémoc cerrar por un aparente “desaire” del club y cuerpo técnico al entonces gobernador del estado Mariano Piña Olaya en la final de la campaña 1991-1992 entre La Franja y León.
Según cuenta Maurer, por entonces el titular del ejecutivo del estado bajó a saludar al plantel y éste ya no estaba desencadenando la ira de Piña Olaya a grado tal de mandar cerrar el Cuauhtémoc al siguiente día de aquel partido obligando a La Franja a jugar en otros escenarios al principio de la siguiente temporada y orillando a la venta del club por parte de Maurer más tarde.
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