No hay duda de que la Liguilla del balompié nacional es la fiesta grande y Puebla el color del futbol, pues el Cuauhtémoc además de registrar su primer lleno en época pandémica y en mucho tiempo hizo también de escenario para grabar un video musical con La Franja jugándose el pase a semifinales con las Águilas del América.
Sí, el balompié nacional es tan folclórico que en Puebla el americanismo se pasea a sus anchas, situación impensable en plazas como CU o Guadalajara, mientras baila al medio tiempo con el rival al ritmo de una cumbia compuesta hace 16 años para el azul y blanco… ver para creer.
Pero es la verdadera fiesta del futbol. Un bálsamo en un campeonato manchado por la sangre de Querétaro. Aunque con la convivencia entre blanquiazules y azulcremas tampoco se tapa el sol con un dedo; sí es un buen empezar, o un buen recordatorio de que el futbol es un juego, no la vida.
Para bien o para mal, así de extrema es la Liga MX, donde a las barras las directivas las mueven a sus anchas. Y es que de un partido a otro, según convenga a los intereses, a los grupos de animación blanquiazules los mandaron a gayola cuando en la repesca hicieron barra desde la zona del arco sur.
Entonces, ¿se puede o no controlar a los porristas en México?
Tal vez al final de todo quede “el aguante”, ése que ha hecho a una afición seguir fiel a su escuadra desde su última gran alegría hace 32 años. Por eso es capaz de resistir de visita en casa; pero así de extrema es la Liga MX.
Y LA MÚSICA DE LA FIESTA…
Sí, sin baile tampoco hay fiesta y esa la puso el Grupo Maravilla con un peculiar espectáculo de medio tiempo al ritmo de “Hay Puebla Tú Me Vuelves Loco”, la canción de los pasillos al exterior del coliseo dos veces mundialista tras cada fin de partido.
Pero la realidad al grupo y a la directiva la movida les salió mal porque si trataban de retratar el ambiente generado por el Puebla de Larcamón… ¡caray… qué pena!, porque en el video seguro predominará el amarillo… con lo chillante del color.
Pero total, “qué tanto es tantito”, diría aquel poeta urbano cuando el chiste era rumbear y a eso el público asistió el miércoles al coloso de Maravillas con un Puebla-América después de tanta pandemia.