/ jueves 16 de septiembre de 2021

La histórica hazaña de Tijuana, 50 años después de que lo hizo Jalisco

Los Toros de Tijuana se coronaron campeones de la temporada 2021

Cincuenta años después de aquella magistral gesta de los Charros de Jalisco, dirigidos por “Cananea” Reyes frente a los Saraperos de Saltillo del “Sargento Metralla” Tomás Herrera, los Toros de Tijuana escribieron otra página gloriosa en la historia de la Liga Mexicana de Beisbol, al coronarse campeones de la temporada 2021, arrebatándole la corona de la bolsa a los Leones de Yucatán después de perder los tres primeros partidos de la final.

En los 96 años de historia del circuito, fundado en 1925, es la segunda vez que se vive un momento similar, aunque para volverlo a disfrutar tuvo que pasar medio siglo, y exactamente 50 temporadas -tomando en cuenta las dos del 2018 y restando la que no se jugó en 2020-.

Sí, estos Toros, que perdieron los dos primeros en su casa, el primero en Mérida, que estaban ya heridos de muerte, sacaron prácticamente su bravura, como como auténticos bureles, a partir del cuarto partido, para juego a juego, obligar el retorno de la serie a su estadio, y transformarse de víctimas en victimarios, para consumar ese regreso histórico, tal como lo hicieron los Charros en el ya lejano 1971.

Dicen que “quien ríe al último ríe mejor”, y la sentencia se puede aplicar perfectamente para los Toros que, dirigidos por el regiomontano Homar Rojas, despedido por los Sultanes a media campaña porque bajo su mando el equipo no levantaba, hicieron lo que tenía que hacer: tener paciencia, no desesperarse después de estar en la lona, y jugar el beisbol como lo habían hecho a lo largo de la campaña, para consumar el regreso.

Mientras a los Leones, el beisbol le estuvo dando de más, pero Luis Matos, quien tomó las riendas ya sobre el final de la campaña, no supo qué hacer para colocar la estocada mortal en los cuatro juegos siguientes.

Cómo se veía Leones en esos tres primeros juegos, parecían invencibles; pero ese beisbol que le dio a mansalva, empezó a abandonarlos, y los Toros, que en la primera ronda habían regresado también de un 1-3 ante Rieleros, recuperaron su confianza y dieron el giro completo a la final, para pasar a la historia como el segundo equipo en los 96 años de existencia del circuito, consigue una hazaña similar en la batalla por el banderín.

Una gesta heroica que consumó exactamente un 15 de septiembre de 2021, prácticamente a la misma hora que en Tijuana, por la diferencia de horario, en muchos sitios se estaba dando el grito del inicio de nuestra Independencia.

SACUDIÓ LA MATA

Pero ¿cuándo en realidad se comenzó a gestar el regreso de los Toros?

Fue exactamente a partir de ese cuarto partido, cuando no tenían mañana y estaban obligados a ganar para pensar en el siguiente juego.

Homar Rojas abrió con Devine, pero cuando se dio cuenta que el estadunidense seguía batallando con su control, recurrió a Teddy Stankiewicz, quien hizo un relevo magistral de un imparable durante tres entradas y un tercio para evitar que la ofensiva de los Leones siguiera haciendo daño.

En tanto, su equipo comenzó a batear, dio la vuelta a la pizarra y se levantó con el triunfo holgado de 6-2.

A la defensiva recuperó a Pete O’Brien, que entró en lugar de primera base Ricky Álvarez, para cubrir los jardines y bajó a la inicial a Efrén Navarro, quien además terminó cargando con la ofensiva al sacudir ocho imparables, entre ellos un jonrón y remolcar ocho anotaciones.

Fue el movimiento clave, porque Ricky que en ese cuarto fue el único de la ofensiva que no despertó ya que iba de 4-0, jamás volvió a aparecer en el orden al bate. Es verdad que su guante en la inicial estaba garantizado, pero su paupérrimo 0.63 de bateo no estaba ayudando en nada.

Llegó ese quinto juego, que pudieron ganar en la novena, pero ese mal tiro del “Cochito” Cruz dio vida a los Leones que, con el doblete de Liddi empataron el partido y quizá si hubiesen tenido un corredor más rápido por el lado de la inicial y no al “Pepón” Juárez, pudieron dar la estocada final.

No fue así, el duelo se fue a entradas extras, y los Toros con un Fernando Rodney, fajado, sacando la cara por su equipo, ya con el brazo exprimido aguantó tres episodios, para ganar el duelo tintos en sangre en once episodios con el “tornillo” al derecho de Xorge Carrillo.

Otra clave importante fue que, por fin, el pitcheo aprendió en cómo trabajar al “Pepón” Juárez, quien los estaba matando a palos.

El cuerpo técnico de Tijuana hizo el ajuste que nunca intentaron los Diablos, quienes insistieron en retar con la velocidad al sinaloense y cuántas veces fue así, los acabó a palos.

“El Peón”, después de ese cuadrangular en la primera entrada que decidió el tercer partido de la serie final, en los restantes cuatro juegos fue limitado a tres míseros imparables en 16 turnos y solo una carrera remolcada.

EL REGRESO

Con el golpe psicológico a su favor, obligando el regreso a Tijuana, y con su despertar ofensivo, los Toros, a pesar de comenzar perdiendo el sexto juego, aplastaron a los Leones 10-3 para mandar la batalla final hasta el último agarrón, que pondría fin a todo, a la final y a una campaña 2021 que, a pesar de ser recortada a 66 juegos, resultó sensacional.

Y ya en el séptimo juego, Homar Rojas, quien curiosamente fue despedido a media campaña por los Sultanes de Monterrey y llegó al relevo de Omar Vizquel a los bureles, mandó al cerrito a Teddy Stankiewicz con solamente tres días de descanso, y el México-estadunidense, lanzó una joya de pitcheo durante seis entradas y un bateador, limitando en tres hits a los bicampeones del Sur, y recetándole una blanqueada de 3-0 en combinación con su bullpen.

Ese jonrón solitario de O´Brien en la tercera tanda contra Jake Thompson pudo ser más que suficiente para respaldar a Stankiewciz, pero después sencillos productores de Leandro Castro en la quinta y Daniel Castro en la séptima, dieron el cerrojazo final.

Después cuando Jake Sánchez entró al relevo de Stankiewicz en la séptima y solamente pudo sacar un tercio y con par de boletos colocó la potencial del empate en la caja de bateo, apareció Mike Tonkin, quien hizo otro magistral relevo colgando la argolla con sendos chocolates sobre Sebastián Valle y José Juan Aguilar, apagando lo que parecía la reacción de los melenudos.

Tonkin, clave con sus relevos entre séptima y octava entrada trabajó durante una entrada y dos tercios para detener la rebelión melenuda y tenderle la cama al cerrador Fernando Rodney, quien cerró con broche de oro ponchando al “Pepón”, dominando a Liddi en rola por la inicial, y a su viejo estilo que lo llevó a salvar 327 juegos en 19 campañas en la Gran Carpa, consumó el out final del histórico regreso con tremendo ponche sobre el grandulón Art Charles.

Y así se escribió la historia, exactamente 50 años después. De aquel 1971 donde los Charros, como campeones del Sur, consumaron el regreso contra los Saraperos de Saltillo, monarcas del Norte; a este 2021, con los Toros de Tijuana, campeones norteños, haciendo lo propio sobre los Leones de Yucatán, bicampeones sureños, que por segunda temporada consecutiva -2019-2021- terminaron tropezando en siete juegos.

La diferencia fue, que a pesar de que tuvieron en la lona a los astados, jamás pudieron darle la estocada final.



Cincuenta años después de aquella magistral gesta de los Charros de Jalisco, dirigidos por “Cananea” Reyes frente a los Saraperos de Saltillo del “Sargento Metralla” Tomás Herrera, los Toros de Tijuana escribieron otra página gloriosa en la historia de la Liga Mexicana de Beisbol, al coronarse campeones de la temporada 2021, arrebatándole la corona de la bolsa a los Leones de Yucatán después de perder los tres primeros partidos de la final.

En los 96 años de historia del circuito, fundado en 1925, es la segunda vez que se vive un momento similar, aunque para volverlo a disfrutar tuvo que pasar medio siglo, y exactamente 50 temporadas -tomando en cuenta las dos del 2018 y restando la que no se jugó en 2020-.

Sí, estos Toros, que perdieron los dos primeros en su casa, el primero en Mérida, que estaban ya heridos de muerte, sacaron prácticamente su bravura, como como auténticos bureles, a partir del cuarto partido, para juego a juego, obligar el retorno de la serie a su estadio, y transformarse de víctimas en victimarios, para consumar ese regreso histórico, tal como lo hicieron los Charros en el ya lejano 1971.

Dicen que “quien ríe al último ríe mejor”, y la sentencia se puede aplicar perfectamente para los Toros que, dirigidos por el regiomontano Homar Rojas, despedido por los Sultanes a media campaña porque bajo su mando el equipo no levantaba, hicieron lo que tenía que hacer: tener paciencia, no desesperarse después de estar en la lona, y jugar el beisbol como lo habían hecho a lo largo de la campaña, para consumar el regreso.

Mientras a los Leones, el beisbol le estuvo dando de más, pero Luis Matos, quien tomó las riendas ya sobre el final de la campaña, no supo qué hacer para colocar la estocada mortal en los cuatro juegos siguientes.

Cómo se veía Leones en esos tres primeros juegos, parecían invencibles; pero ese beisbol que le dio a mansalva, empezó a abandonarlos, y los Toros, que en la primera ronda habían regresado también de un 1-3 ante Rieleros, recuperaron su confianza y dieron el giro completo a la final, para pasar a la historia como el segundo equipo en los 96 años de existencia del circuito, consigue una hazaña similar en la batalla por el banderín.

Una gesta heroica que consumó exactamente un 15 de septiembre de 2021, prácticamente a la misma hora que en Tijuana, por la diferencia de horario, en muchos sitios se estaba dando el grito del inicio de nuestra Independencia.

SACUDIÓ LA MATA

Pero ¿cuándo en realidad se comenzó a gestar el regreso de los Toros?

Fue exactamente a partir de ese cuarto partido, cuando no tenían mañana y estaban obligados a ganar para pensar en el siguiente juego.

Homar Rojas abrió con Devine, pero cuando se dio cuenta que el estadunidense seguía batallando con su control, recurrió a Teddy Stankiewicz, quien hizo un relevo magistral de un imparable durante tres entradas y un tercio para evitar que la ofensiva de los Leones siguiera haciendo daño.

En tanto, su equipo comenzó a batear, dio la vuelta a la pizarra y se levantó con el triunfo holgado de 6-2.

A la defensiva recuperó a Pete O’Brien, que entró en lugar de primera base Ricky Álvarez, para cubrir los jardines y bajó a la inicial a Efrén Navarro, quien además terminó cargando con la ofensiva al sacudir ocho imparables, entre ellos un jonrón y remolcar ocho anotaciones.

Fue el movimiento clave, porque Ricky que en ese cuarto fue el único de la ofensiva que no despertó ya que iba de 4-0, jamás volvió a aparecer en el orden al bate. Es verdad que su guante en la inicial estaba garantizado, pero su paupérrimo 0.63 de bateo no estaba ayudando en nada.

Llegó ese quinto juego, que pudieron ganar en la novena, pero ese mal tiro del “Cochito” Cruz dio vida a los Leones que, con el doblete de Liddi empataron el partido y quizá si hubiesen tenido un corredor más rápido por el lado de la inicial y no al “Pepón” Juárez, pudieron dar la estocada final.

No fue así, el duelo se fue a entradas extras, y los Toros con un Fernando Rodney, fajado, sacando la cara por su equipo, ya con el brazo exprimido aguantó tres episodios, para ganar el duelo tintos en sangre en once episodios con el “tornillo” al derecho de Xorge Carrillo.

Otra clave importante fue que, por fin, el pitcheo aprendió en cómo trabajar al “Pepón” Juárez, quien los estaba matando a palos.

El cuerpo técnico de Tijuana hizo el ajuste que nunca intentaron los Diablos, quienes insistieron en retar con la velocidad al sinaloense y cuántas veces fue así, los acabó a palos.

“El Peón”, después de ese cuadrangular en la primera entrada que decidió el tercer partido de la serie final, en los restantes cuatro juegos fue limitado a tres míseros imparables en 16 turnos y solo una carrera remolcada.

EL REGRESO

Con el golpe psicológico a su favor, obligando el regreso a Tijuana, y con su despertar ofensivo, los Toros, a pesar de comenzar perdiendo el sexto juego, aplastaron a los Leones 10-3 para mandar la batalla final hasta el último agarrón, que pondría fin a todo, a la final y a una campaña 2021 que, a pesar de ser recortada a 66 juegos, resultó sensacional.

Y ya en el séptimo juego, Homar Rojas, quien curiosamente fue despedido a media campaña por los Sultanes de Monterrey y llegó al relevo de Omar Vizquel a los bureles, mandó al cerrito a Teddy Stankiewicz con solamente tres días de descanso, y el México-estadunidense, lanzó una joya de pitcheo durante seis entradas y un bateador, limitando en tres hits a los bicampeones del Sur, y recetándole una blanqueada de 3-0 en combinación con su bullpen.

Ese jonrón solitario de O´Brien en la tercera tanda contra Jake Thompson pudo ser más que suficiente para respaldar a Stankiewciz, pero después sencillos productores de Leandro Castro en la quinta y Daniel Castro en la séptima, dieron el cerrojazo final.

Después cuando Jake Sánchez entró al relevo de Stankiewicz en la séptima y solamente pudo sacar un tercio y con par de boletos colocó la potencial del empate en la caja de bateo, apareció Mike Tonkin, quien hizo otro magistral relevo colgando la argolla con sendos chocolates sobre Sebastián Valle y José Juan Aguilar, apagando lo que parecía la reacción de los melenudos.

Tonkin, clave con sus relevos entre séptima y octava entrada trabajó durante una entrada y dos tercios para detener la rebelión melenuda y tenderle la cama al cerrador Fernando Rodney, quien cerró con broche de oro ponchando al “Pepón”, dominando a Liddi en rola por la inicial, y a su viejo estilo que lo llevó a salvar 327 juegos en 19 campañas en la Gran Carpa, consumó el out final del histórico regreso con tremendo ponche sobre el grandulón Art Charles.

Y así se escribió la historia, exactamente 50 años después. De aquel 1971 donde los Charros, como campeones del Sur, consumaron el regreso contra los Saraperos de Saltillo, monarcas del Norte; a este 2021, con los Toros de Tijuana, campeones norteños, haciendo lo propio sobre los Leones de Yucatán, bicampeones sureños, que por segunda temporada consecutiva -2019-2021- terminaron tropezando en siete juegos.

La diferencia fue, que a pesar de que tuvieron en la lona a los astados, jamás pudieron darle la estocada final.



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