Como si el espectáculo del domingo en Pachuca hubiese sido insuficiente, la mini-franja se dio el lujo de otro el miércoles en el juego de ida de las semifinales de la categoría Sub-17 ante Atlas en el Cuauhtémoc, imponiéndose 4-2 para irse en ventaja a Guadalajara a rematar la serie el sábado.
A los blanquiazules se les está haciendo costumbre remontar en su liguilla, pues si bien mandaron en los primeros 90 minutos, debieron de sufrir y venir de atrás para ganar tras caer atrás en el marcador en los amaneceres del encuentro gracias a Alberto Chávez, coronando éste una electrizante descolgada. Los Rojinegros venían a Puebla a ganar, neutralizando rápidamente el intento de futbol de posesión blanquiazul; además, ponían a prueba su mentalidad.
Pero el nervio o ese frío que recorre el cuerpo cuando se comete un error o se está bajo la lupa lo manejó y superó bien la mini-franja, al igual y como lo haría un veterano curtido al calor de mil batallas. Sin salirse de su script, La Franja siguió en su idea: juego de conjunto y cambios de ritmo, hallando a través de esto último la manija para la igualada autoría de Dylan Torres.
El delantero, por cierto, sigue en estado de gracia y suma en esta liguilla tres anotaciones.
Con el marcador como al principio, Puebla encontró más motivos para seguir a lo mismo, inclusive para regalar un gol de antología, de gente adulta o propio del descaro de cualquier muchacho de 17 años, según el enfoque que usted guste… y todo, a partir de un robo de Emilio Martínez: mandón en defensa, estelar en el desdoble.
El zaguero tras desarmar el avance tapatío se animó a conducir hasta delante del ecuador del campo, jugando con criterio pasó a Ángel Morales hacia los linderos del área y éste con el traje de genio puesto cuando dos le caían a la marca, asistió atrás a Cristian Mares con un taco.
Los zagueros se quedaron plantados y todo quedó para un mano a mano entre el arquero César Lugo y Mares. Pero Mares, siempre Mares, le rindió un tributo a Maradona a una semana del lamentable deceso del astro cuando gambeteó al portero para quedar con el arco por delante y en lugar de disparar, optó por conducir la pelota hasta la línea de meta.
El gol, la confección y el remate, merecían la eliminatoria. Pero aún faltaba mucho y Atlas respondió con otro tanto digo de museo, ahora cortesía de Kevin Madrigal, quien primero elevó el balón en la media luna del área blanquiazul y luego lo empalmó de tijera para el 2-2.
Tras la reanudación, Atlas se lo tomó más en serio y adelantó líneas para incomodar la salida blanquiazul. Puebla sufría y requería de respuestas desde el banco, pero fue a través del balón parado donde descansó y comenzó a abrochar el partido… los cambios vinieron tras el 3-2, y sí, le salieron a Luis Arce porque uno de ellos, Fabrizzio Orozco, selló el marcador de palomita para el 4-2.
Puebla encara la vuelta en ventaja y ahora estará a prueba en ese renglón del juego llamado, gestionar ventajas.
- 9 Goles en los últimos dos partidos ha marcado el conjunto poblano