El punto en León, el primero logrado fuera del estadio Universitario en el torneo, dejó en el cubil de La Manada un sabor agridulce por las condiciones en el cual se dio el mismo.
A los licántropos no sólo se les escapó en el Bajío una ventaja de dos goles, también una oportunidad dorada para prácticamente condenar a Veracruz a un cierre perfecto durante los últimos cinco partidos del campeonato.
Lobos con seis unidades obligaría a los Tiburones Rojos a sumar las 15 en disputa a partir de la reanudación de la competencia tras la fecha FIFA.
Pero con la unidad rescatada en el Nou Camp, los escualos aún dan signos de vida en la lucha por la permanencia.
El conjunto de Guillermo Vázquez reza o hace votos para un naufragio de tintes bíblicos en el cubil, pues si La Manada sólo registra dos puntos en los siguientes cinco compromisos, los jarochos sin sumar conseguirían la anhelada salvación.
Aunque La Manada, a pesar de aparecer de nuevo en el penúltimo peldaño de la tabla de los cocientes, sigue en control de su destino con tres partidos más en casa.
La localía es hasta el momento la fortaleza de los universitarios, pues el 99 por ciento de sus puntos totales (9) los consiguieron en el cubil.
Sin embargo, Lobos deberá de mejorar en defensa sí o sí para medirse en casa a los Diablos Rojos del Toluca el próximo 31 de marzo.
El equipo dirigido por Hernán Cristante, sublíder del torneo, se presentará en el Universitario de la BUAP como el quinto mejor ataque de la justa.
Ante Toluca, al aparato defensivo de Lobos no le vale una presentación similar a la del sábado en León.
En los dos goles en el Bajío, a Francisco “Maza” Rodríguez y a Facundo Erpen se los “comen” o éstos se desentienden en la cobertura al novato Claudio González.
Luego entonces, con todo el consentimiento, el novel futbolista esmeralda se convirtió en la figura del cotejo.
León también demostró lo mucho que le duele a los licántropos cuando se les ataca a velocidad.
Y aquello se originó a partir de un cambio en la propuesta o idea de juego, decidiéndose en los segundos 45 minutos a ofender vía la contra.
A partir de entonces las oportunidades escasearon para el representativo de la Benemérita, quien durante gran parte del segundo lapso trató de no hacer agua en su cancha.
LO BUENO
Julián Quiñones, no considerado para el duelo ante las Chivas hace par de semanas, reapareció con doblete.
El ariete colombiano parecía encaminaba a La Manada a su primera victoria del ciclo lejos del cubil, pero debió de conformase con el primer punto y la distinción individual de escalar dentro de la tabla de los mejores goleadores del campeonato.
Quiñones mira a cinco dianas de distancia a Jorge Djaniny Tavares en la lucha por coronarse como el máximo artillero del Clausura.
Con los tantos logrados el sábado quedó a dos de su producción del Apertura, a falta de cinco juegos.
Aunque Quiñones subirá sus bonos al finalizar el campeonato tras una temporada 2017-2018 de 16 anotaciones.
La otra reaparición en Lobos llegó con la irrupción en el 11 del cancerbero uruguayo Lucero Álvarez, quien firmó un buen primer tiempo; pero en el segundo lapso, tal vez contagiado por el bajón de sus compañeros, la sensación de poca seguridad en el arco universitario reapareció.
Vital resultará en la campaña universitaria disipar toda duda atrás.
TRES CLAVES EN EL CIERRE DEL TORNEO
1 LA LOCALÍA para La Manada resultará fundamental. A Lobos le faltan tres partidos en casa.
2 EL VERACRUZ reaccionó tras vencer a Atlas el domingo y peleará a muerte los puntos restantes.
3 CONCRETAR CUANTO antes la meta por parte de Lobos. Si fecha a fecha se falla, el descenso se definiría en la última jornada.
