Una noticia triste invade al deporte poblano. Ayer por la tarde falleció el contador Rafael Moreno Valle Sánchez, un hombre a toda ley, todo corazón, que entregó su vida a sus dos grandes pasiones: el Puebla de la Franja y los Pericos de Puebla, equipos de los que fue socio y al mismo tiempo su presidente.
En octubre pasado había cumplido 82 años.
Apenas el 12 de noviembre se cumplieron 50 años de aquel primer ascenso del Puebla de la Franja, bajo la presidencia de Rafael Moreno Valle, y El Sol de Puebla lo buscó para pactar la entrevista de esa gesta que se capitalizó con el gol de Gervasio Quiroz.
Ya no fue posible. El contador había sido internado de emergencia, y desde allí comenzó su lucha. Lo hizo como un guerrero, pero al final ya no pudo más. Su vida terrena llegó a su fin, y ahora está en el mundo celestial donde ya acompaña a su gran amigo Enrique Montero Ponce, que se adelantó en el viaje el 4 de enero pasado, y a quien siempre quiso como a un hermano.
SIEMPRE EN EL DEPORTE
Moreno Valle comenzó su andar por el deporte desde su época de estudiante en la Universidad Autónoma de Puebla, donde practicaba el basquetbol.
Al paso del tiempo, a mediados de los 60 comenzó su andar como directivo presidiendo el equipo de Tercera División de la Universidad.
En 1968 se asoció con un grupo de poblanos para adquirir la franquicia del Puebla en la Segunda División Profesional, y dos años después consumó el primer gran ascenso en la campaña de 1970 con el gol de Gervasio Quiroz.
Cincuenta años se cumplieron hace apenas tres semanas.
A mediados de los 70 se hizo a un lado en el futbol, y recibió la invitación de sus entrañables amigos William Budib y Emilio Tame para unirse como socio con los Pericos de Puebla.
Fue así como llegó al beisbol por primera vez, y se mantuvo en su primera etapa hasta el final de 1975 cuando decidieron vender la franquicia a don Jaime Pérez Avellá, que cuatro después dio a Puebla su tercer banderín, bajo el nombre de Ángeles de Puebla.
Moreno Valle, contador público de profesión, se mantuvo alejado de puestos directivos durante varios años, hasta que, en 1992, cinco años después de la partida de los Ángeles Negros, volvió el gusanillo por el beisbol y asociado nuevamente con un grupo de poblanos adquirió la franquicia de los Cafeteros de Córdoba para revivir en 1993 a sus queridos Pericos de Puebla.
El Sol de Puebla y un grupo de reporteros poblanos lo acompañaron ese diciembre de 1992 a Lousville, Kentucky donde anunció el regreso del beisbol a la angelópolis.
Fueron tres años complicados, donde el tiempo ni la situación económica alcanzó para enderezar la nave, y al final de 1995 tuvo que vender la franquicia a Quintana Roo, para marcar el nacimiento de los Langosteros de Cancún.
SU REGRESO EN GRANDE
Moreno Valle fue quien más aplaudió el regreso de sus Pericos en el año 2000. Siempre se mantuvo expectante y al tanto de su equipo, para cualquier situación.
Al final de 2006 cuando Carlos Peralta se llevó a los Tigres a Cancún y amenazaba también con hacer volar a los verdes apareció el contador. Lo convenció para que le vendiera la franquicia, y de nuevo, con el apoyo de otros poblanos, se quedó con la franquicia.
Fue la etapa más brillante de su carrera como directivo. Un periodo que duró entre 2007 y 2014, donde el equipo llegó tres veces a la final del Sur, ganó dos veces el título de la División y en par de ocasiones, apoyado por sus hijos Rafael, Tony y Juan Carlos, alcanzó la final de Liga Mexicana -2010 y 2014-.
Vendió la franquicia a Gerardo Benavides después de la final de 2014, con la única condición de que se quedara en Puebla.
Y así ha sido hasta nuestros días.
Dos años después, ya desde su palco, volvió a disfrutar a sus Pericos, y más tarde los vio coronarse en aquel sexto juego de la final frente a Tijuana en el estadio Gasmart, con la enorme labor monticular de Travis Barkley y el jonrón de Daric Barton.
Ya en los últimos años disfrutó como aficionado, pero cuando otra vez Benavides amenazó con llevarse al equipo, él levantó la mano. Si no había nadie más, estaba listo para entrar al quite, fuera como fuera. “Pero dejar a Puebla sin beisbol, nunca más”, decía don Rafa, como lo llamábamos siempre con respeto.
En su vida profesional ocupó importantes puestos en la Secretaría de Hacienda, donde siempre se distinguió por ser uno de los profesionales más respetados en su especialidad.
Ayer nos sacudió la noticia.
Como lo escribió su hijo Tony, ayer después de su partida: “Él vivirá por siempre”. DEP.
- 2 TÍTULOS del Sur consiguieron los Pericos de Puebla bajo el mandato del contador Rafael Moreno Valle