Guante, gorra y pelota sobre la placa de pitcheo. A lo largo de las líneas los dos equipos protagonistas, pero uno de ellos, el de sus amores, el que quiso, el que patrocinó y el que llevó la conquista de infinidad de títulos en todas las ligas que se paró en el beisbol poblano, desde la Volkswagen, LUBA, Interobrera hasta la liga Cholulteca.
Todos sus jugadores portando el uniforme amarillo con negro, similar al del equipo de Grandes Ligas, y todos ellos con el número 21 en los dorsales, que utilizaba por la admiración que le tuvo siempre al inmortal puertorriqueño Roberto Clemente.
Fue así, como el domingo Piratas Garay le rindió un emotivo homenaje a su fundador, a su patrocinador, a su manager y a su pitcher estrella, el Doctor Jorge Garay, quien falleció en los primeros meses del año, dejando dolor en su familia, en sus amigos, en la gente del beisbol y en todos sus pacientes, a los que siempre tendió la mano.
Allí estaba su familia, encabezada por su esposa María Luisa González Pacheco y sus hijos Jorge, que siguió sus pasos en la medicina, Gigia y Mimí.
Los jugadores se colocaron sobre las rayas de fairball, ahí estaban los Piratas colocados por la raya de primera, rindiendo tributo al Doctor Garay.
En el centro del diamante se colocaron su guante, su gorra y una pelota, las mismas que utilizaba cuando trepaba al cerrito para marear a los rivales con sus lanzamientos.
Dentro de la ceremonia brindada por el equipo que participa en la liga de beisbol Volkswagen y que se mantendrá allí gracias al apoyo de muchos exjugadores, se realizó el lanzamiento de la primera bola.
Esta vez le tocó a su esposa subirse al cerrito. Ella que lo acompañaba domingo a domingo, partido a partido y que desde la tribuna aplaudía cada una de sus salidas. Esta vez trepó al centro del diamante para realizar el primer lanzamiento.
Su hijo Jorge hizo lo propio. Se trepó al cerrito y realizó el disparo para el plato.
El doctor, antes de enfermarse y que comenzara la pandemia, los sábados empezaba a disfrutar a su pequeño nieto Nolan que ya era parte de la Liga Zaragoza. Feliz, porque seguiría sus pasos, y heredó su gusto por el beisbol.
Ya no pudo cumplir el sueño de verlo jugar algún día con sus Piratas, pero estamos seguros que el nieto continuará con su legado.
Se anunciaron los órdenes al bate, y de manera simbólica se escuchó el nombre de Jorge Garay como pitcher abridor.
Fue el mejor recuerdo para el amigo, para el lanzador, para el patrocinador y el hombre que se distinguió por su amistad y su don de gente.
Como colofón, Piratas Garay superó en el duelo a Cincinnati, para no quedar mal con el alma mater del equipo.