Decía Camilo José Cela, “el toreo es un arte misterioso, mitad vicio y mitad ballet. Es un mundo abigarrado, caricaturesco, vivísimo y entrañable el que vivimos los que, un día soñamos con ser toreros”, y en un mundo como el que describe el escritor, no puede quedar exento el vestido de torear, retacado de luces e ilusiones.
Ese universo cautivó a la diseñadora industrial poblana Ana Avendaño, gustosa de la fiesta taurina y que recientemente compartió a los micrófonos de ABC Radio Puebla sus impresiones de haber participado en el concurso sobre el diseño de un vestido de luces. Mismo que fue convocado por la agencia NTR, pensado para vestir al matador mexiquense José Mauricio.
Si bien Ana no se apuntó los honores, dio rienda suelta a su creatividad, cumpliendo con el sueño de ser partícipe de una u otra forma de la tauromaquia.
“Ha sido una grata experiencia el poder participar en este evento. Lamentablemente no se respetaron las bases del concurso, pero me quedo con la anécdota de haber concursado”, comentó la joven aficionada a la fiesta brava.
VESTIDO CON 7 MIL MOTIVOS
En cuanto a su creación, un atuendo bañado en tonos verdes y motivos dorados, explicó se le vino a la mente gracias a la inspiración del arcángel Rafael. Todo esto después de hacer una exhaustiva revisión a la historia y evolución del traje de luces, pues el mundo de los toros está repleto de móviles religiosos y tradición.
“Inicialmente basamos el vestido en un color que tuviera que ver con seres de luz y qué mejor que los ángeles. En este caso, aprovechamos la imagen del arcángel Rafael. Hay que recordar que es el encargado del rayo de verde o esmeralda del espectro de la luz”, explicó.
“Adicionalmente fuimos estudiando los orígenes del vestido de luces, su historia y evolución, por lo que nuestra propuesta; además de una inspiración espiritual buscamos que portara más de siete mil motivos que representen la cultura y espiritualidad que implica la fiesta taurina”, agregó Anita.
LA AFICIÓN TAURINA
Ana Avendaño, quien atendió la llamada desde casa, ya que se encuentra bajo el resguardo del confinamiento por la pandemia de COVID-19 como la mayoría de la población, se confesó entusiasta de los toros desde siempre.
“Soy taurina desde siempre, recuerdo que mis padres me llevaban a la plaza y después ya asistí por convicción personal”, reveló.
Anita se mostró contenta con el trabajo realizado, mas no satisfecha, pues considera que su labor cumplió y respetó todas las bases que se publicaron para el concurso y que lamentablemente una vez que se conoció el veredicto, quienes ganaron no cumplían con las bases requeridas para la participación: presentar a colores el diseño.
Sin embargo, ahí queda la propuesta de esta poblana en el ámbito del diseño del vestido de torear.