Una de las instalaciones deportivas más grandes e importantes de Puebla es el Velódromo “Salomón Jauli Dávila” o también conocido como Velódromo de Cuautlancingo (por ubicarse en las inmediaciones de dicho municipio de la zona metropolitana de la capital poblana), que hoy en día presenta en algunas de sus zonas cierto deterioro a causa de la lluvia y el crecimiento de la yerba.
Construido en una superficie de 10 MIL 500 m2 con material “Serge Ferrari 1402 S2” y bajo el diseño de Lonas Lorenzo, fue inaugurado en el año 2010 con una inversión bipartita del Gobierno del Estado de Puebla y CONADE de 135 millones de pesos, se convirtió en epicentro de campeonatos regionales, estatales, nacionales e incluso internacionales, donde sobre todo el desarrollo de los ciclistas de la entidad en pruebas de pista, así como la proyección de Puebla en este deporte, consolidaron tanto al Velódromo como al Patinódromo, instalación que se encuentra en el mismo complejo deportivo. Además, es un detonante de talento importante para las disciplinas de ciclismo y patines sobre ruedas en distintas modalidades.
Fue en el mes de julio del 2014 cuando tuvo su primer problema al desprenderse la techumbre de enlonado, por lo que el Velódromo dejó de tener actividad alguna por espacio de 2 años y fue hasta el año 2016 cuando se colocó nueva velaria, además de acondicionar la pista y darle mantenimiento a algunos espacios del inmenso lugar.
Posteriormente llegó la construcción del Complejo de Seguridad, mejor conocido como “C-5”, mismo que fue inaugurado a finales de octubre de 2016 en lo que se esperaba que diera mayor realce a la instalación deportiva, la cual fue solo “a medias” al colocarle una barda metálica a todo el perímetro del Velódromo, así como un recubrimiento especial al cuerpo de la misma instalación donde se practica el ciclismo.
Eso ha sido lo último que se le ha invertido a este espacio, el cual -a casi dos años de dichos trabajos- muestra algunas zonas tanto de Velódromo como de Patinódromo.
Actualmente en el Velódromo se entrena ciclismo los días martes y jueves por las tardes, mientras que handball se practica los miércoles y viernes, igualmente en horario vespertino. Del mismo modo, quienes practican patines sobre ruedas -ya sea hockey, patinaje artístico y de velocidad- continúan con sus actividades por las tardes en el Patinódromo.
Entre las carencias que se tienen actualmente en estas instalaciones son la falta de servicios de agua y luz en el lugar, la presencia solo de una persona de mantenimiento, así como de la administración del lugar.
Deportistas se quejaron ante El Sol de Puebla de que personal que labora en el “C-5” ha contribuido para el deterioro de las instalaciones deportivas ya que parte del personal va a realizar sus “necesidades fisiológicas” detrás de la zona de gradas así como en parte de su área de estacionamiento (la cual en principio sería exclusiva para quienes practican actividad deportiva). Incluso hoy en día ya se utiliza como tiradero de chatarra y estacionamiento de patrullas descompuestas.
Aunque tiene cerca de dos años de haberse colocado el nuevo enlonado como techo del Velódromo, se han formado pequeñas goteras que poco a poco comienzan a dañar de nueva cuenta el piso, no así la pista del inmueble, la cual se encuentra en óptimas condiciones luego del tratamiento a la que fue sometida en 2017. Además de la suciedad de paloma que causa daños a las butacas, los sanitarios todo el tiempo se encuentran cerrados, por lo que este hecho representa incomodidad entre los deportistas.
Respecto al Patinódromo son menores las zonas descuidadas, tal es el caso de la ruptura de acrílico en las bancas de los equipos, esto en las dos canchas de hockey. De igual modo, es necesaria la colocación de nueva malla, ya que la actual no se encuentra en buenas condiciones.
Finalmente, años atrás existían zonas donde se podía practicar el ciclismo de montaña, el tiro con arco, incluso en esa misma área verde se practicaban otros deportes como futbol soccer y futbol americano; hoy es imposible ya que la yerba ha crecido a tal grado de que no es viable la realización de alguna de estas disciplinas, por lo que son espacios casi perdidos.