/ domingo 15 de noviembre de 2020

Así fue el primer paseo de un vehículo en la luna

La antigua Unión Soviética operó la unidad desde la Tierra

El 17 de noviembre de 1970, hace 50 años, rodó sobre la Luna el primer vehículo teledirigido fuera de nuestro planeta Tierra. El Lunojod 1 soviético fue una maravilla tecnológica que hoy sigue sorprendiendo.

LUNOJOD 1

Desde 1958, un año después del primer satélite del mundo, el Sputnik, nació en la antigua Unión Soviética el proyecto de un vehículo lunar científico. Sería una avanzada para la llegada de los cosmonautas, les serviría de transporte, llevándolos a una nave de respaldo si la primera fallaba. Debido a los retrasos del cohete lunar N1, se abandonó la parte del transporte de cosmonautas y solo perduró la actividad científica.

Llamado Lunojod, se componía de un módulo central que contenía los aparatos científicos, la calefacción nuclear y las baterías, medía 2.15 metros, iba sobre un chasis de 1.6 m, de ancho, con 8 ruedas. Tenía una tapa con los paneles solares, que abierta alcanzaba hasta 4.42 m. En total, con la tapa abierta, tenía una altura de 1.92 m y 756 kg de peso. Operaba entre los 150 ºC de día y los -170 ºC de la noche lunar. Cada rueda era independiente, tenían su propio motor, si fallaba una, el vehículo no se detendría, además, algunas ruedas giraban en perpendicular para frenar en las pendientes. Alcanzaba una velocidad de 1 a 2 km/h.

El Lunojod tenía una antena helicoidal direccional y otra de cono. Llevaba sensores para estudiar la densidad y mecánica del suelo. Así como un espectrómetro de rayos X, un telescopio en rayos X, un detector de rayos cósmicos y un reflector láser. Los paneles solares recargaban las baterías, que se descargaban tras la actividad diaria.

El vehículo teledirigido Lunojod 1. | Gráfico: Vita Zheltyákov

Imagine que cada vuelta al volante de su automóvil o presionar el freno o el acelerador, respondieran 5 segundos después. Esas eran las condiciones de operación del Lunojod 1. Estando en la Luna, a 384 mil km en promedio, enviar una señal a la Luna tarda 1.2 segundos, la respuesta del vehículo tomaba otro 1.2 segundos en regresar, más la puesta en marcha de las ruedas o los aparatos un par de segundos más, eran casi 5 segundos de retraso en total.

LA TRIPULACIÓN

El General de División I. I. Spinsa seleccionó a 45 voluntarios del Centro de Control de Naves Militares. Ellos fueron enviados al Instituto de Problemas Médicos y Biológicos en donde realizaron exhaustivas pruebas. Se les evaluó su resistencia física, mental, la toma de decisiones, la visión, la capacidad de navegación y más. Pruebas dignas de un cosmonauta.

Al final, terminaron 18 voluntarios. No se les había informado de qué iba el asunto, pensaban que formarían un cuerpo de cosmonautas militares. Cuando se enteraron que conducirían los primeros vehículos ultraterrestres, cuatro decidieron separarse del programa para esperar otras oportunidades. Los 14 restantes, consideraron un honor el haber sido seleccionados para teleconducir vehículos fuera de la Tierra.

Se organizaron dos tripulaciones de medio tiempo, cada una estaba formada por: un comandante, un conductor, un navegante, un ingeniero de vuelo y el operador de la antena. Se les consideró cosmonautas a distancia.

Los jóvenes militares de las tripulaciones 1 y 2 del Lunojod 1. | Foto: Especial

EL PASEO LUNAR

El 10 de noviembre de 1970 despegó en el cosmódromo de Baikonur, en la antigua República Soviética (de Consejo) Socialista de Kazajstán, un cohete Protón, con la Estación Interplanetaria Automática Luna 17. El 15 de noviembre, Luna 17 entró en órbita lunar y tras dos horas de búsqueda de una planicie para el alunizaje, Luna 17 descendió a 2 m/s hasta tocar suelo con suavidad. La emoción en la sala de control se desbordaba. Probaron los controles y la tripulación quedó a la espera de la primera orden.

En el Centro de Control en Shkólnaya, Crimea, recibieron las primeras imágenes de televisión desde el Lunojod 1, era un paisaje gris árido con un cielo obscuro abismal. Con suavidad se extendieron los rieles de descenso, la tensión en la sala era evidente, nada podía fallar. El comandante Nikolai Yereménko dio la orden: ¡Avance! El conductor Gabduljái Latypov con las manos firmes en la palanca de control, puso en movimiento al Lunojod, descendió lento por los rieles, bajando las 8 ruedas avanzó 20 metros, giró y observó la plataforma de aterrizaje y sus huellas, giró de nuevo para orientar sus paneles al Sol y cargar las baterías. Todo funcionaba de maravilla, la primera sesión de conducción lunar era un éxito. Por fin, todos respiraron con tranquilidad y vinieron las felicitaciones.

Al día siguiente la noticia le dio la vuelta al mundo, la Unión Soviética tenía en vehículo de teleconducción en la Luna. Días después el periodista de Pravda, V. Smirnov, escribió: “El 20 de noviembre nos presentaron a la tripulación del vehículo lunar, son jóvenes inteligentes, en elegantes trajes azules y ataviados de condecoraciones”. Después, el Coronel del Servicio Médico Yu. Pétrov dijo: “… hay que tener en cuenta el trabajo de los operadores en difíciles e inusuales condiciones. Su responsabilidad moral es significativa, en cuyas manos está el destino del enorme trabajo de un gran equipo de diseñadores y científicos ... El estrés, los nervios y el corazón, son difíciles de comparar con situaciones en la Tierra …

El Lunojod 1 estuvo diseñado para operar por 3 días lunares o 90 días terrestres pero superó las expectativas más optimistas. Por si se lo pregunta, el día lunar dura 28 días terrestres.

Un año después, el 15 de septiembre de 1971, la calefacción nuclear se agotó y los aparatos comenzaron a congelarse. El día 30 de ese mes se recibió la última señal desde el Lunojod. Tras múltiples intentos no hubo más contacto y el 4 de octubre se dio por finalizada la misión. El Lunojod había operado 11 días lunares o 322 días terrestres, recorriendo 9.9 km (cálculo actual), tres veces más de lo previsto. Su record fue superado tres años después por el Lunojod 2 y décadas después por los rovers de la NASA en Marte.

Se realizaron 117 sesiones de conducción lunar, en la que estuvieron presentes: académicos, científicos y cosmonautas. El Lunojod 1 envió 211 imágenes panorámicas de alta resolución y más de 21 mil emisiones de televisión, realizó 25 análisis del suelo con el espectrómetro de fluorescencia de rayos X y 500 perforaciones en el suelo.

Después llegó el Lunojod 2 y otras Estaciones Automáticas soviéticas, algunas regresaron a la Tierra con muestras del suelo. La última alunizó en 1976 y la siguiente lo hizo ¡hasta 2013! la Chang’e 3 de China.

Aunque el Lunojod 1 se apagó en 1971, sigue sorprendiendo en pleno siglo XXI. Cada Lunojod, el 1 y el 2, llevó un reflector láser, tres misiones Apollo de la NASA llevaron tres reflectores más. Los reflectores sirven para medir la distancia a la Luna. Desde el Observatorio de Crimea les disparaban un láser que era reflejado y regresaba a la Tierra, midiendo el tiempo que tarda la luz en ir y venir y conociendo la velocidad de la luz, se calcula la distancia precisa a la Luna. Al terminar el Lunojod 1 su misión, se desconocieron sus coordenadas exactas, por lo que no se le pudo disparar más el láser. En 2010, el grupo APOLLO de la Universidad de San Diego, California, utilizando la sonda espacial Lunar Recannaissance Orbiter de la NASA, lo encontró, calculando sus coordenadas, el McDonald Observatory en Estados Unidos y el Observatoire de la Côte d’Azur en Francia, le dispararon sendos láseres, como gran sorpresa, resultó tener el reflector más potente de todos.

En 2012, l’Union Astronomique International (UAI) honró a los cosmonautas del Lunojod 1 dándole sus nombres a cráteres en la Luna; siendo: Primera tripulación: Comandante Nikolai Yeremenko, Conductor Gabduljái Latypov, navegante Konstantin Davidovsky, ingeniero Leonid Mosénzov y antena Valeri Sapránov. Segunda tripulación: Comandante Igor Fyódorov, conductor Vyacheslav Dovgan, navegante Vikenti Sámal, ingeniero Albert Kozhebníkov, antena Nikolai Kozlítin y reserva Vasili Chubúkin.

Recorrido del Lunojod 1, con los nombres de las tripulaciones en algunos cráteres, con sus formas familiares en ruso. | Gráfico: Universidad Estatal de Moscú de Geodesia y Cartografía, 2012

En la segunda mitad de 2021, Rusia planea regresar a la Luna con la Estación Luna 25, la cual hoy está en preparación.

La proeza del Lunojod 1 ha servido de base para los rovers (vehículos robóticos) de la NASA en Marte y para los de China en la Luna.

El Lunojod 1 es el primer vehículo en recorrer un mundo más allá de la Tierra, estableció un record y quedó en la memoria como una hazaña tecnológica que sigue sorprendiendo. Es un monumento en la Luna al ingenio y dedicación científica. Hoy cumple, 50 años.

El 17 de noviembre de 1970, hace 50 años, rodó sobre la Luna el primer vehículo teledirigido fuera de nuestro planeta Tierra. El Lunojod 1 soviético fue una maravilla tecnológica que hoy sigue sorprendiendo.

LUNOJOD 1

Desde 1958, un año después del primer satélite del mundo, el Sputnik, nació en la antigua Unión Soviética el proyecto de un vehículo lunar científico. Sería una avanzada para la llegada de los cosmonautas, les serviría de transporte, llevándolos a una nave de respaldo si la primera fallaba. Debido a los retrasos del cohete lunar N1, se abandonó la parte del transporte de cosmonautas y solo perduró la actividad científica.

Llamado Lunojod, se componía de un módulo central que contenía los aparatos científicos, la calefacción nuclear y las baterías, medía 2.15 metros, iba sobre un chasis de 1.6 m, de ancho, con 8 ruedas. Tenía una tapa con los paneles solares, que abierta alcanzaba hasta 4.42 m. En total, con la tapa abierta, tenía una altura de 1.92 m y 756 kg de peso. Operaba entre los 150 ºC de día y los -170 ºC de la noche lunar. Cada rueda era independiente, tenían su propio motor, si fallaba una, el vehículo no se detendría, además, algunas ruedas giraban en perpendicular para frenar en las pendientes. Alcanzaba una velocidad de 1 a 2 km/h.

El Lunojod tenía una antena helicoidal direccional y otra de cono. Llevaba sensores para estudiar la densidad y mecánica del suelo. Así como un espectrómetro de rayos X, un telescopio en rayos X, un detector de rayos cósmicos y un reflector láser. Los paneles solares recargaban las baterías, que se descargaban tras la actividad diaria.

El vehículo teledirigido Lunojod 1. | Gráfico: Vita Zheltyákov

Imagine que cada vuelta al volante de su automóvil o presionar el freno o el acelerador, respondieran 5 segundos después. Esas eran las condiciones de operación del Lunojod 1. Estando en la Luna, a 384 mil km en promedio, enviar una señal a la Luna tarda 1.2 segundos, la respuesta del vehículo tomaba otro 1.2 segundos en regresar, más la puesta en marcha de las ruedas o los aparatos un par de segundos más, eran casi 5 segundos de retraso en total.

LA TRIPULACIÓN

El General de División I. I. Spinsa seleccionó a 45 voluntarios del Centro de Control de Naves Militares. Ellos fueron enviados al Instituto de Problemas Médicos y Biológicos en donde realizaron exhaustivas pruebas. Se les evaluó su resistencia física, mental, la toma de decisiones, la visión, la capacidad de navegación y más. Pruebas dignas de un cosmonauta.

Al final, terminaron 18 voluntarios. No se les había informado de qué iba el asunto, pensaban que formarían un cuerpo de cosmonautas militares. Cuando se enteraron que conducirían los primeros vehículos ultraterrestres, cuatro decidieron separarse del programa para esperar otras oportunidades. Los 14 restantes, consideraron un honor el haber sido seleccionados para teleconducir vehículos fuera de la Tierra.

Se organizaron dos tripulaciones de medio tiempo, cada una estaba formada por: un comandante, un conductor, un navegante, un ingeniero de vuelo y el operador de la antena. Se les consideró cosmonautas a distancia.

Los jóvenes militares de las tripulaciones 1 y 2 del Lunojod 1. | Foto: Especial

EL PASEO LUNAR

El 10 de noviembre de 1970 despegó en el cosmódromo de Baikonur, en la antigua República Soviética (de Consejo) Socialista de Kazajstán, un cohete Protón, con la Estación Interplanetaria Automática Luna 17. El 15 de noviembre, Luna 17 entró en órbita lunar y tras dos horas de búsqueda de una planicie para el alunizaje, Luna 17 descendió a 2 m/s hasta tocar suelo con suavidad. La emoción en la sala de control se desbordaba. Probaron los controles y la tripulación quedó a la espera de la primera orden.

En el Centro de Control en Shkólnaya, Crimea, recibieron las primeras imágenes de televisión desde el Lunojod 1, era un paisaje gris árido con un cielo obscuro abismal. Con suavidad se extendieron los rieles de descenso, la tensión en la sala era evidente, nada podía fallar. El comandante Nikolai Yereménko dio la orden: ¡Avance! El conductor Gabduljái Latypov con las manos firmes en la palanca de control, puso en movimiento al Lunojod, descendió lento por los rieles, bajando las 8 ruedas avanzó 20 metros, giró y observó la plataforma de aterrizaje y sus huellas, giró de nuevo para orientar sus paneles al Sol y cargar las baterías. Todo funcionaba de maravilla, la primera sesión de conducción lunar era un éxito. Por fin, todos respiraron con tranquilidad y vinieron las felicitaciones.

Al día siguiente la noticia le dio la vuelta al mundo, la Unión Soviética tenía en vehículo de teleconducción en la Luna. Días después el periodista de Pravda, V. Smirnov, escribió: “El 20 de noviembre nos presentaron a la tripulación del vehículo lunar, son jóvenes inteligentes, en elegantes trajes azules y ataviados de condecoraciones”. Después, el Coronel del Servicio Médico Yu. Pétrov dijo: “… hay que tener en cuenta el trabajo de los operadores en difíciles e inusuales condiciones. Su responsabilidad moral es significativa, en cuyas manos está el destino del enorme trabajo de un gran equipo de diseñadores y científicos ... El estrés, los nervios y el corazón, son difíciles de comparar con situaciones en la Tierra …

El Lunojod 1 estuvo diseñado para operar por 3 días lunares o 90 días terrestres pero superó las expectativas más optimistas. Por si se lo pregunta, el día lunar dura 28 días terrestres.

Un año después, el 15 de septiembre de 1971, la calefacción nuclear se agotó y los aparatos comenzaron a congelarse. El día 30 de ese mes se recibió la última señal desde el Lunojod. Tras múltiples intentos no hubo más contacto y el 4 de octubre se dio por finalizada la misión. El Lunojod había operado 11 días lunares o 322 días terrestres, recorriendo 9.9 km (cálculo actual), tres veces más de lo previsto. Su record fue superado tres años después por el Lunojod 2 y décadas después por los rovers de la NASA en Marte.

Se realizaron 117 sesiones de conducción lunar, en la que estuvieron presentes: académicos, científicos y cosmonautas. El Lunojod 1 envió 211 imágenes panorámicas de alta resolución y más de 21 mil emisiones de televisión, realizó 25 análisis del suelo con el espectrómetro de fluorescencia de rayos X y 500 perforaciones en el suelo.

Después llegó el Lunojod 2 y otras Estaciones Automáticas soviéticas, algunas regresaron a la Tierra con muestras del suelo. La última alunizó en 1976 y la siguiente lo hizo ¡hasta 2013! la Chang’e 3 de China.

Aunque el Lunojod 1 se apagó en 1971, sigue sorprendiendo en pleno siglo XXI. Cada Lunojod, el 1 y el 2, llevó un reflector láser, tres misiones Apollo de la NASA llevaron tres reflectores más. Los reflectores sirven para medir la distancia a la Luna. Desde el Observatorio de Crimea les disparaban un láser que era reflejado y regresaba a la Tierra, midiendo el tiempo que tarda la luz en ir y venir y conociendo la velocidad de la luz, se calcula la distancia precisa a la Luna. Al terminar el Lunojod 1 su misión, se desconocieron sus coordenadas exactas, por lo que no se le pudo disparar más el láser. En 2010, el grupo APOLLO de la Universidad de San Diego, California, utilizando la sonda espacial Lunar Recannaissance Orbiter de la NASA, lo encontró, calculando sus coordenadas, el McDonald Observatory en Estados Unidos y el Observatoire de la Côte d’Azur en Francia, le dispararon sendos láseres, como gran sorpresa, resultó tener el reflector más potente de todos.

En 2012, l’Union Astronomique International (UAI) honró a los cosmonautas del Lunojod 1 dándole sus nombres a cráteres en la Luna; siendo: Primera tripulación: Comandante Nikolai Yeremenko, Conductor Gabduljái Latypov, navegante Konstantin Davidovsky, ingeniero Leonid Mosénzov y antena Valeri Sapránov. Segunda tripulación: Comandante Igor Fyódorov, conductor Vyacheslav Dovgan, navegante Vikenti Sámal, ingeniero Albert Kozhebníkov, antena Nikolai Kozlítin y reserva Vasili Chubúkin.

Recorrido del Lunojod 1, con los nombres de las tripulaciones en algunos cráteres, con sus formas familiares en ruso. | Gráfico: Universidad Estatal de Moscú de Geodesia y Cartografía, 2012

En la segunda mitad de 2021, Rusia planea regresar a la Luna con la Estación Luna 25, la cual hoy está en preparación.

La proeza del Lunojod 1 ha servido de base para los rovers (vehículos robóticos) de la NASA en Marte y para los de China en la Luna.

El Lunojod 1 es el primer vehículo en recorrer un mundo más allá de la Tierra, estableció un record y quedó en la memoria como una hazaña tecnológica que sigue sorprendiendo. Es un monumento en la Luna al ingenio y dedicación científica. Hoy cumple, 50 años.

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