/ jueves 10 de septiembre de 2020

Ceres, el planeta enano más cercano

En su interior existe un mar salino de 40 kilómetros de profundidad

El 1 de enero de 1801, el primer día del siglo XIX, el astrónomo italiano Giuseppe Piazzi, observando el cielo nocturno desde Palermo, Italia, vio un tenue lucero desconocido. En las siguientes noches notó que se movía. Informó a otros astrónomos pero la lentitud del correo hizo que cuando lo buscaron, el objeto había desaparecido.

Por fortuna, Karl Friedrich Gauss, el Príncipe de las Matemáticas, se encontraba deduciendo un método matemático de las órbitas con solo tener pocos datos, justo la experiencia de Piazzi. De tal suerte que el 31 de diciembre del mismo año, el escurridizo objeto reapareció.

El nuevo astro se encontraba entre la órbita de Marte y Júpiter, en los siguientes meses los astrónomos descubrieron varios objetos más. Año tras año, una nueva estructura desconocida hasta entonces apareció pieza por pieza ante los astrónomos. El Cinturón de Asteroides se revelaba.

Las dos manchas misteriosas, hoy Ceralia y Vinalia Faculae. | Foto: NASA / JPL-Caltech / UCLA / MPS / DLR / IDA

Piazzi bautizó al objeto como Ceres, en honor a la diosa romana de la agricultura y patrona de Sicilia. De su nombre viene la palabra “cereal”. Su equivalente griego es Démeter, nombre con el que en Grecia se le conoce a este objeto. En algunas versiones mitológicas, la constelación de Virgo (La Virgen) representa a Ceres o Démeter.

El objeto Ceres fue considerado planeta en la primera mitad del siglo XIX, después pasó a ser un asteroide, el más grande en el Cinturón de Asteroides. Ceres mide 952 km de diámetro, es 13 veces más pequeño que la Tierra y menos de 1/4 de la Luna. Tiene una atmósfera tenue de vapor de agua. Tarda 1.7 años en darle una vuelta al Sol. Se encuentra a 2.8 UA del Sol. La UA, Unidad Astronómica, es la distancia Tierra Sol, de 150 millones de km. Es decir, Ceres está de la Tierra a 1.8 UA.

La sonda Dawn sobrevolando a Ceres. | Gráfico: NASA / JPL-Caltech / UCLA / MPS / DLR / IDA

En 2006 l’Union Astronomique Internationale UAI, definió qué deben cumplir los planetas para ser llamados planetas. El hasta entonces noveno planeta, Plutón, no cumplía con la nueva definición y pasó a un nuevo listado, el de los Planetas Enanos, siendo Plutón el mayor de ellos. El asteroide Ceres cumplía con la nueva definición y se convirtió en planeta enano. El único planeta enano en el Cinturón de Asteroides y el único a menor distancia de Plutón.

LA ERA MODERNA

En diciembre de 2014 la sonda espacial Dawn de la NASA, después de visitar al asteroide Vesta en el Cinturón de Asteroides, se dirigió a Ceres. Esperaban encontrar un mundo árido, lleno de cráteres como la Luna.

Las Faculae Cerealia y Vinalia. | Foto:

En marzo de 2015 Dawn entró en órbita de Ceres, es la primera sonda en visitar un planeta enano. Meses después otra sonda de la NASA, la New Horizons, sobrevoló a Plutón, convirtiendo al 2015 en el año de la exploración de los planetas enanos.

De inmediato, dos puntos luminosos como ojos que observan a los visitantes, brillaron en las imágenes que arribaron a la Tierra. Al pasar los meses, Dawn descubrió más manchas brillantes, el misterio no hizo más que aumentar.

El 1 de noviembre de 2018 terminó la misión de Dawn al agotarse el combustible, la sonda espacial no puede girar y apuntar sus paneles solares al Sol para obtener energía y enviar información a la Tierra. Dawn orbitará a Ceres durante décadas, como un monumento humano alrededor del cercano planeta enano.

EL OCÉANO

Pasado el tiempo, los astrónomos identificaron la naturaleza de las misteriosas manchas brillantes, llamadas hoy faculae, de las cuales se conocen más de 300.

Las dos faculae que llamaron en un principio la atención, Cerealia y Vinalia se encuentran dentro del cráter Occator, de 92 km de diámetro. En ellas los astrónomos descubrieron cloruro de sodio, es decir sal común, rodeada de otra sal, carbonato de sodio.

La siguiente pregunta fue ¿Cómo llegaron estas sales a la superficie de Ceres? ¿Llegaron en los meteoritos, fueron expulsadas del interior por volcanes?

El cloruro de sodio en Ceres se encuentra parcialmente hidratado, llamado hidrohalita. Por las condiciones actuales de Ceres, el cloruro de sodio se deshidrata en 100 años, lo que indica que estas áreas salinas tienen un origen reciente.

Cerealia Faculae dentro del cráter Occator. En rosa, los depósitos de hidrohalita. | Foto: NASA / JPL-Caltech / UCLA / MPS / DLR / IDA

Según las primeras estimaciones obtenidas al medir la gravedad de Ceres, existe en el interior un mar salino de 40 km de profundidad y varios cientos de km de largo. Cuando un asteroide golpea a Ceres, produce un cráter, el golpe fractura el terreno del que brota el agua salina durante milenios, inundando el cráter, pasado el tiempo, el agua se evapora y queda en la superficie las sales brillantes.

Este océano no parece ser como los terrestres, más bien es de lodo y rocas a una baja temperatura, no se congela gracias a las sales, además, el choque de los meteoritos genera calor y mantiene el océano líquido.

Ceres es un mundo oceánico, como Plutón, las lunas Europa, Encélado, Titán y otras. Nadie esperaba encontrar un océano en un mundo tan pequeño, aún hay quienes dudan de su existencia, por lo que es necesario fortalecer el descubrimiento. Hoy se preguntan los astrónomos ¿El mar salino de Ceres es apto para la vida? Ya veremos. german@astropuebla.org


El 1 de enero de 1801, el primer día del siglo XIX, el astrónomo italiano Giuseppe Piazzi, observando el cielo nocturno desde Palermo, Italia, vio un tenue lucero desconocido. En las siguientes noches notó que se movía. Informó a otros astrónomos pero la lentitud del correo hizo que cuando lo buscaron, el objeto había desaparecido.

Por fortuna, Karl Friedrich Gauss, el Príncipe de las Matemáticas, se encontraba deduciendo un método matemático de las órbitas con solo tener pocos datos, justo la experiencia de Piazzi. De tal suerte que el 31 de diciembre del mismo año, el escurridizo objeto reapareció.

El nuevo astro se encontraba entre la órbita de Marte y Júpiter, en los siguientes meses los astrónomos descubrieron varios objetos más. Año tras año, una nueva estructura desconocida hasta entonces apareció pieza por pieza ante los astrónomos. El Cinturón de Asteroides se revelaba.

Las dos manchas misteriosas, hoy Ceralia y Vinalia Faculae. | Foto: NASA / JPL-Caltech / UCLA / MPS / DLR / IDA

Piazzi bautizó al objeto como Ceres, en honor a la diosa romana de la agricultura y patrona de Sicilia. De su nombre viene la palabra “cereal”. Su equivalente griego es Démeter, nombre con el que en Grecia se le conoce a este objeto. En algunas versiones mitológicas, la constelación de Virgo (La Virgen) representa a Ceres o Démeter.

El objeto Ceres fue considerado planeta en la primera mitad del siglo XIX, después pasó a ser un asteroide, el más grande en el Cinturón de Asteroides. Ceres mide 952 km de diámetro, es 13 veces más pequeño que la Tierra y menos de 1/4 de la Luna. Tiene una atmósfera tenue de vapor de agua. Tarda 1.7 años en darle una vuelta al Sol. Se encuentra a 2.8 UA del Sol. La UA, Unidad Astronómica, es la distancia Tierra Sol, de 150 millones de km. Es decir, Ceres está de la Tierra a 1.8 UA.

La sonda Dawn sobrevolando a Ceres. | Gráfico: NASA / JPL-Caltech / UCLA / MPS / DLR / IDA

En 2006 l’Union Astronomique Internationale UAI, definió qué deben cumplir los planetas para ser llamados planetas. El hasta entonces noveno planeta, Plutón, no cumplía con la nueva definición y pasó a un nuevo listado, el de los Planetas Enanos, siendo Plutón el mayor de ellos. El asteroide Ceres cumplía con la nueva definición y se convirtió en planeta enano. El único planeta enano en el Cinturón de Asteroides y el único a menor distancia de Plutón.

LA ERA MODERNA

En diciembre de 2014 la sonda espacial Dawn de la NASA, después de visitar al asteroide Vesta en el Cinturón de Asteroides, se dirigió a Ceres. Esperaban encontrar un mundo árido, lleno de cráteres como la Luna.

Las Faculae Cerealia y Vinalia. | Foto:

En marzo de 2015 Dawn entró en órbita de Ceres, es la primera sonda en visitar un planeta enano. Meses después otra sonda de la NASA, la New Horizons, sobrevoló a Plutón, convirtiendo al 2015 en el año de la exploración de los planetas enanos.

De inmediato, dos puntos luminosos como ojos que observan a los visitantes, brillaron en las imágenes que arribaron a la Tierra. Al pasar los meses, Dawn descubrió más manchas brillantes, el misterio no hizo más que aumentar.

El 1 de noviembre de 2018 terminó la misión de Dawn al agotarse el combustible, la sonda espacial no puede girar y apuntar sus paneles solares al Sol para obtener energía y enviar información a la Tierra. Dawn orbitará a Ceres durante décadas, como un monumento humano alrededor del cercano planeta enano.

EL OCÉANO

Pasado el tiempo, los astrónomos identificaron la naturaleza de las misteriosas manchas brillantes, llamadas hoy faculae, de las cuales se conocen más de 300.

Las dos faculae que llamaron en un principio la atención, Cerealia y Vinalia se encuentran dentro del cráter Occator, de 92 km de diámetro. En ellas los astrónomos descubrieron cloruro de sodio, es decir sal común, rodeada de otra sal, carbonato de sodio.

La siguiente pregunta fue ¿Cómo llegaron estas sales a la superficie de Ceres? ¿Llegaron en los meteoritos, fueron expulsadas del interior por volcanes?

El cloruro de sodio en Ceres se encuentra parcialmente hidratado, llamado hidrohalita. Por las condiciones actuales de Ceres, el cloruro de sodio se deshidrata en 100 años, lo que indica que estas áreas salinas tienen un origen reciente.

Cerealia Faculae dentro del cráter Occator. En rosa, los depósitos de hidrohalita. | Foto: NASA / JPL-Caltech / UCLA / MPS / DLR / IDA

Según las primeras estimaciones obtenidas al medir la gravedad de Ceres, existe en el interior un mar salino de 40 km de profundidad y varios cientos de km de largo. Cuando un asteroide golpea a Ceres, produce un cráter, el golpe fractura el terreno del que brota el agua salina durante milenios, inundando el cráter, pasado el tiempo, el agua se evapora y queda en la superficie las sales brillantes.

Este océano no parece ser como los terrestres, más bien es de lodo y rocas a una baja temperatura, no se congela gracias a las sales, además, el choque de los meteoritos genera calor y mantiene el océano líquido.

Ceres es un mundo oceánico, como Plutón, las lunas Europa, Encélado, Titán y otras. Nadie esperaba encontrar un océano en un mundo tan pequeño, aún hay quienes dudan de su existencia, por lo que es necesario fortalecer el descubrimiento. Hoy se preguntan los astrónomos ¿El mar salino de Ceres es apto para la vida? Ya veremos. german@astropuebla.org


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