Un estudio realizado en el Duke Center Institute en Durham, Carolina del Norte, Estados Unidos, explicó que los contaminantes ambientales podrían tener relación con las tasas más altas de cáncer de mama en zonas urbanas en comparación con las zonas rurales.
De acuerdo con los investigadores para realizar el estudio se tomaron en cuenta los datos del Índice de Calidad Ambiental (EQI, por sus siglas en inglés) para los residentes en Carolina del Norte y se comparó con la información de casos de cáncer de mama y el estado en el que se encontraba la enfermedad al momento del diagnóstico.
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“(El EQI) es una evaluación condado por condado del aire, el agua, la tierra, el entorno construido, así como el entorno sociodemográfico”, explicó Gayathriu Devi, autora principal del estudio y profesora de cirugía y patología y directora del Consorcio Duke para el Cáncer de Mama Inflamatorio del Instituto en Duke.
Debido a que algunos condados del estado tienen mejor calidad ambiental que otros, se encontró que, las personas que viven en condados con mala calidad ambiental presentaron cerca de 11 casos más de cáncer de mama por cada 100 mil residentes en comparación con zonas con mejor calidad del aire.
En concreto, en Carolina del Norte existen 57 condados identificados como urbanos y 43 calificados como rurales y el promedio de casos de cáncer de mama fue de 157.2 en zonas urbanas y de 148.7 en zonas rurales.
Los investigadores también encontraron que, en varios de los condados, los contaminantes del suelo, al igual que los pesticidas y los productos químicos de la industria o la agricultura, desempeñaron un papel importante en las tasas de cáncer presentes.
También, se encontró cierta relación en cuanto a la etnicidad, debido a que las mujeres de piel negra parecían especialmente vulnerables. Al respecto, los condados con una mayor cantidad de población de raza negra presentaron tasas más altas de diagnósticos de cáncer de mama en etapa avanzada, aunque, el estudio destacó que es posible que las tasas más bajas de mamografías para la detección a la que tiene acceso esta población también puede ser parte de la disparidad.
Otros datos sobre la investigación con el cáncer
Dentro de sus resultados, la investigación expone que la asociación entre el cáncer de mama y el medio ambiente varía de acuerdo con la etapa resumida del cáncer de mama y el dominio ambiental.
Ya otras investigaciones han mostrado una correlación en la incidencia en los subtipos de cáncer de mama agresivo y en etapa avanzada con factores demográficos como el nivel socioeconómico y la urbanidad.
También se expuso algunos datos sobre el tabaquismo, aunque no se tuvieron datos del consumo del cigarro a nivel individual. Sobre esto, los condados con un mayor porcentaje de fumadores mostraron una incidencia moderadamente menor de cáncer de mama localizados, aunque se reiteró que no se conoce cuántas de esas mujeres con la enfermedad fueron fumadoras.
“Estos hallazgos aclaran que la investigación de los impactos ambientales sobre el cáncer de mama total puede ocultar impactos en diferentes etapas de la enfermedad, lo que presenta un desafío en la identificación de factores de riesgo ambientes procesables para el cáncer de mama, una enfermedad altamente heterogénea”, concluye el estudio. “Se debe considerar la inclusión del EQI en futuro modelos que investiguen las asociaciones entre el cáncer y el medio ambiente para controlar los efectos de confusión causados por las innumerables exposiciones documentadas en el entorno acumulativo”.