Artículo No. 1139
Casi cada par de años tenemos la noticia del descubrimiento de agua en Marte. Una y otra vez. El conocimiento de la existencia de agua en Marte se remonta a siglos atrás, a 1666. Sin embargo, lo que todos esperamos escuchar es sobre agua líquida templada con las posibilidades de mantener microorganismos vivos; y eso, aún está lejos, muy lejos de ser verdad. Aunque a cada descubrimiento, tenemos la impresión de acercamos.
LAS PRIMERAS OBSERVACIONES
En 1610 Galileo Galilei inaugura la astronomía moderna al utilizar su cañón cristalino –telescopio– para las observaciones astronómicas; poco a poco muchos fueron utilizando el nuevo instrumento para escudriñar el cielo nocturno y los planetas.
En 1666 el astrónomo italiano Giovanni Domenico Cassini observando a Marte descubre un casquete polar en el sur del planeta. Lo que significa que desde entonces se conoce la existencia de agua en Marte, al menos congelada.
En 1672 el astrónomo holandés Christian Huygens descubre el casquete polar en el hemisferio norte marciano. De pronto, el planeta rojo se parecía a la Tierra.
En 1704 el astrónomo franco-italiano Jacques Phillippe Maraldi observa que el casquete polar sur disminuye y aumenta de tamaño al pasar los meses. En 1784 William Herschell detecta que el casquete sur disminuyó su tamaño y se obscureció; su interpretación fue relacionarlo con el cambio de las estaciones en Marte.
Entre 1786 y 1809 el astrónomo francés Honoré Flaungergues observa cambios en la coloración en la superficie de Marte; supuso la existencia de nubes y tormentas de arena.
El gran salto en los estudios de Marte lo dio el astrónomo italiano Giovanni Virginio Schiaparelli, a partir de sus observaciones nada sería igual.
Schiaparelli aprovechó la gran oposición de Marte de 1873 para observar al planeta rojo. En aquel año Marte se observó en el lado opuesto del Sol, visto en el cielo de la Tierra; lo mismo que tuvimos el 27 de julio de este año, y que de alguna manera aún podemos apreciar al iniciar la noche, viendo al este-sureste, Marte es el lucero de color rojo. En 1873 Marte estuvo a 56 millones de km., el 31 de julio pasado estuvo a 57.6 millones de km.
Esta mínima distancia no siempre es la misma: en 2004 fue de 55 millones de km de la Tierra, en 2007 de 88 millones de km, en 2010 de 99, en 2012 de 100, en 2016 de 78. Se hace evidente que a una menor distancia se observa mejor Marte; y en la era espacial, las misiones tardan menos en viajar.
Las observaciones de Schiaparelli cambiaron para siempre la percepción del planeta rojo. Él describió la existencia de líneas –que llamó “canales”–. Se entendieron como canales que surtían agua desde los polos hasta el ecuador; y por lo tanto debían ser artificiales, lo que significaba no solo vida sino vida inteligente. Los “marcianos” habían nacido.
El astrónomo estadounidense Percivall Lowell fue el más entusiasta y defensor de los canales artificiales y por ende de la vida en Marte. Durante años escribió libros y artículos, dio conferencias sobre cómo debía ser la vida en Marte basado en sus propios observaciones.
Fue el punto de partida para la novela de H. G. Wells “La Guerra de los Mundos”, que llevó a Orson Welles (note la diferencia en el apellido) en 1938 a realizar una emisión radiofónica de la novela de Wells. La versión para radio se hizo en formato de “noticia de última hora”, con cortes informativos y enlaces “en vivo” con un “periodista” en el lugar del aterrizaje de los marcianos. Aunque al inicio del programa se especificó que era una ficción, la mayoría de los radioescuchas lo sintonizaron ya iniciado y se desató la paranoia.
DETECTANDO AGUA
Desde el inicio de la era espacial (1957) la URSS y los EE. UU. enviaron sondas a la Luna, Venus y Marte. Años más tarde se sumaría la Agencia Espacial Europea, China, Japón y la India.
Los primeros resultados mostraron la existencia de una atmósfera marciana muy tenue, con la existencia de humedad.
Las sondas Mariner de la NASA que aterrizaron en Marte, observaron cuencas, ríos secos y otras formaciones topológicas propias de la existencia en el pasado de cauces de agua u otro líquido. Los rovers –vehículos planetarios– han observado rocas con contornos finos y curvos, iguales a las piedras de río que tenemos en la Tierra.
En 2008 la sonda orbital de la NASA Mars Odyssey y el aterrizador Phoenix encontraron agua en forma de escarcha en regiones lejanas de los casquetes polares; esta escarcha aparece y desaparece al cambiar las estaciones.
En 2014 y 2015 la sonda Mars Reconnaissance Orbiter –MRO– observó lineas recurrentes en pendientes de cráteres y montañas. Lo que se interpretó coma caídas de agua líquida. Algo que hasta el momento se desconocía. Poco después esta sorprendente noticia se puso en duda, otros científicos interpretaron las imágenes como caídas de arena.
En 2015 se publicó en la revista “Science” un informe que mostraba la existencia de un océano en Marte hace más de 4 mil millones de años; un océano tan grande como el Atlántico, que ocupó hasta el 19% del planeta, con una profundidad de hasta 1.6 km. y un volumen de 20 millones de km3.
La trama del descubrimiento del agua en Marte nos ha llevado de un planeta árido a uno similar a la Tierra. Pero hay más. Hoy no existe el océano y su atmósfera es 100 veces menos densa que la terrestre.
¿Por qué Marte perdió su océano y su atmósfera? ¿Si sucedió en Marte, puede ocurrir en la Tierra?
En 2015 la sonda Maven de la NASA nos mostró cómo Marte se transformó de un planeta con agua y atmósfera a uno árido, tal y como lo conocemos en la actualidad.
Todo se reduce a la carencia de un campo magnético en Marte –magnetósfera–, campo protector que si tiene la Tierra. Este campo nos protege de las radiaciones del Sol y del espacio, sin él no se puede desarrollar la vida. En Marte al carecer del campo magnético, el viento solar se llevó la atmósfera y casi toda el agua.
Además en 2017 se mostraron resultados obtenidos con datos de los rovers Curiosity y Opportunity: Resulta que hace unos 3, 500 millones de años el Sol no era tan brillante ni emitía tanta energía como en la actualidad; era un tercio menos caliente de lo actual. Marte necesitaba una atmósfera densa para retener el calor –un efecto invernadero– lo que permitiría el agua líquida en la superficie. Los estudios indicaron que eso no era posible, por lo que se pone en duda la existencia del océano global marciano.
Otro estudio indica que parte del agua fue absorbida en el subsuelo por rocas de basalto. Pero el agua no está ahí contenida, sino que se separó en sus componentes y estos se esparcieron en la atmósfera y se perdieron.
Pero si no existió agua en la superficie, en el subsuelo las condiciones son diferentes. La noticia del 2018 es el “probable” descubrimiento de un lago de agua líquida debajo del casquete del polo sur marciano; un lago a 1.5 km. de profundidad y 20 km. de extensión. La presencia del lago austral aún no está corroborada pero abre puertas a la imaginación de lo que podríamos encontrar en el subsuelo marciano. Lo que veremos en el siguiente artículo. germán@astropuebla.org
DATO CURIOSO
Si quiere revivir la narración radiofónica de la “Guerra de los Mundos” (sin salir a las calles gritando despavorido), puede escucharla en youtube; busque: La Guerra De Los Mundos - Orson Welles Sub – Español .
CITA: “Yendo a Marte algún día, haremos las cosas mejor para nosotros aquí en la Tierra.”: Scott Kelly – Astronauta de la NASA
DATOS MARCIANOS
- El año marciano dura 686.9 días terrestres.
- El día en Marte dura 24.6 horas.
- Marte es poco más de la mitad de la Tierra: 6, 794 km. vs 12, 756 km.
- La atmósfera marciana es 100 veces menos densa que la terrestre.
- La gravedad en Marte es de 3.7 m/s2; la de la Tierra de 9.8 m/s2.
- Marte se encuentra en promedio a 222 millones de km. del Sol, la Tierra lo está a 150 millones de km.