A menudo, el amor se confunde con conductas que pueden ser negativas, lo que genera problemas como relaciones tóxicas, peleas y otros malestares. Los especialistas en salud mental señalan que existe una condición de apego que a veces se confunde con la atracción hacia otra persona.
Esta condición se llama limerencia y puede tener consecuencias desagradables si no se trata a tiempo. Por ello, es esencial detectar las señales que puedan indicar que alguien está en esta situación, ya que solo así se podrá iniciar el proceso necesario para enfrentar estas circunstancias.
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Además, es importante conocer los factores de riesgo que pueden llevar a una persona a desarrollar este tipo de vínculo, que no suele traer comodidad ni felicidad, sino que provoca estrés, ansiedad, entusiasmo y un deseo intenso de complacer al otro. A continuación, te damos los detalles que debes conocer.
¿Qué es la limerencia?
Es un estado emocional comparado con el enamoramiento, pero va mucho más allá de una simple atracción o gusto por otra persona. En este escenario, se experimenta una obsesión intensa y constante por alguien, según reporta la Clínica Cleveland de Estados Unidos.
Esto se percibe cuando los sentimientos son tan fuertes que resultan incontrolables, lo que a veces deja sensaciones desagradables como sentirse miserable. El objeto limerente (LO), como se conoce a la persona por la que se siente atracción, ni siquiera tiene que ser del tipo habitual del paciente, pero algo en ella le atrae.
Puede ocurrir con alguien con quien se tenga una relación de noviazgo o matrimonio, aunque también sucede si no hay ningún tipo de vínculo, ni siquiera una gran convivencia.
“También puedes experimentar limerencia por una persona a la que solo has visto unas pocas veces o por alguien que no has conocido en absoluto, como una celebridad o una persona que conoces en las redes sociales”, sostuvo la clínica.
Quien vive esta experiencia puede sentir una mezcla de euforia y ansiedad. Por un lado, está la intensa alegría que surge al pensar en la persona, y por otro, el temor constante al rechazo o a la falta de correspondencia. Este ciclo emocional se alimenta de la incertidumbre.
¿Qué lo produce?
Cualquiera que se encuentre en las condiciones adecuadas puede padecer esta condición, aunque algunas personas pueden ser más susceptibles, comentó la psicoterapeuta Natacha Duke, quien agregó que esto puede tener implicaciones físicas.
Es posible que la limerencia se produzca por la falta de neurotransmisores, que son las sustancias químicas del cerebro que envían mensajes al cuerpo, como la serotonina o dopamina, cuyos niveles pueden aumentar repentinamente al tener contacto con el LO.
Otros factores pueden ser el apego inseguro, traumas, baja autoestima e incluso el uso de las redes sociales, pues en estas plataformas se puede acceder con mayor facilidad a la ‘vida’ de las personas al ver las fotografías y estados que comparten.
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El estudio añadió que la dependencia emocional es una consecuencia directa de esta condición. La persona se siente incompleta o vacía si no recibe la atención o respuesta esperada. Este tipo de vínculo es generalmente unilateral, lo que genera un desequilibrio. También puede manifestarse en otros contextos, como la amistad.