Es normal querer probar cosas nuevas en la intimidad para salir de la rutina. Ya sea con juguetes sexuales o probar alguna prenda de lencería, también puedes recurrir a buscar posturas distintas y salir de las conocidas misionero o vaquera. Una de las posiciones menos conocidas pero que es muy recomendada es el 68, la cual te dará, además de mayor disfrute, posibles beneficios para tu cuerpo.
- Te puede interesar: Las 5 mejores posiciones sexuales para estimular el Punto G
Aunque la postura no es tan conocida, el 68 es una forma en que puedes salir de la rutina con tu pareja. Ya que es la respuesta para aquellos que buscan maximizar su placer al recibir sexo oral, aunque también es una excelente manera de complacer a la pareja con algo completamente nuevo. Hay que aclarar que en esta postura solo uno es estimulado, pero no hay razón para creer que no puede ser interesante de probar. Pero ¿cómo es?
La persona que hará el papel activo, debe recostarse sobre su espalda con las rodillas ligeramente flexionadas, en otras palabras asumirá una posición como si hiciera una cama para que su pareja deja caer el cuerpo sobre el suyo. El ‘pasivo’, quien recibirá el placer, deberá recostarse sobre su pareja poniendo sus piernas alrededor del rostro de su compañero.
Con esta posición el activo tiene acceso a toda la zona genital (clítoris, vulva, labios, pene o testículos, incluso el área perineal o ano). Como la boca del que estimula se enfoca en esa área, las manos quedan libres para poder estimular otras partes del cuerpo.
¿Por qué es mejor esta postura?
Para las mujeres, la pelvis queda más elevada y así su pareja puede estimular toda la vulva. Comprobando que no se necesita penetración para que haya placer y orgasmos en un encuentro sexual. Otra cosa a considerar es que esta posición permite mucha libertad, ya que al momento de dar sexo oral a tu pareja, tus manos quedan libres para darte placer o incluso estimular más a tu compañero tocando y estimulando sus zonas erógenas.
No hay mejor consejo para quien asume el papel del pasivo que el de no ser demasiado egoísta; aún y cuando su papel goza completamente de esta posición, puede ayudar a su pareja sosteniendo un poco de su propio cuerpo sobre sus codos.
Publicado originalmente en El Sol de la Laguna.